"Todas las familias estamos viviendo un infierno"
Los padres del estudiante agradecen desde Eslovaquia la actuación de la policía
Conocieran o no la bravura del Atlántico que baña la bahía de A Coruña, todos ayer se declaraban sobrecogidos por la tragedia ocurrida este viernes. No es la primera vez que en la céntrica playa del Orzán el mar engulle a transeúntes que no se resisten a acercarse a la orilla, incluso pese a las alertas o cordones de seguridad que con regularidad se instalan en este paseo marítimo. Más fuerte que la prudencia es la curiosidad por ver de cerca el espectacular ir y venir de olas de gran tamaño en los arenales del centro de la ciudad. A veces, como la pasada madrugada, rompen en el propio paseo marítimo, por mucho que hace dos años, a golpe de toneladas de arena de cantera, se rellenaran y agrandaran las playas del Orzán y Riazor para alejar el mar.
A Tomas Velicky, estudiante de Económicas en A Coruña al que solo le quedaban 15 días de beca Erasmus antes de regresar a su ciudad, Bratislava, le encantaba darse baños nocturnos. El pasado lunes 23, aún relataba en su muro de Facebook lo “genial” que se sentía tras darse un chapuzón en el mar coruñés. La convocatoria de la fiesta de alumnos de Erasmus para la noche del jueves también invitaba a terminar la juerga “con un baño desnudo en el océano”.
Los padres del joven desaparecido se pusieron ayer en contacto con este diario para expresar “su enorme y profundo agradecimiento” a los policías que se jugaron la vida al tratar de auxiliar a su hijo (uno la perdió y otros dos seguían desaparecidos la noche del viernes) cuando fue arrastrado por las olas. Según relataron compañeros de Velicky, solo se había acercado a la orilla para mojar los pies. Sus padres, que esperan en Bratislava que se encuentre el cuerpo del estudiante, transmitieron su pésame a las familias de los agentes gallegos. “Sabemos que ellos, al igual que nosotros, están viviendo un infierno”, comentaron los padres de Velicky a través de una amiga de la familia que habla español e hizo de portavoz.
Después de que la juerga acabara en drama, los jóvenes que acompañaban a Velicky quedaron abatidos sobre el arenal del Orzán, que, aún antes del amanecer, se había convertido en un trajín. Y algunos perdieron los nervios. Un periodista de La Voz de Galicia que tomaba fotos con su móvil fue agredido por un joven que acompañaba a Velicky y tuvo que recibir asistencia médica por un puñetazo en la nariz.
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