Los despistes causaron el 37% de los accidentes de circulación en 2008
La DGT lanza una nueva campaña para concienciar sobre las distracciones al volante
Marcar un número de teléfono móvil hace que un conductor pierda unos 13 segundos. Si responde a una llamada, emplea 8 segundos, y si enciende un cigarrillo o ajusta la radio retira la vista de la carretera entre 4 y 6 segundos. Son demasiados segundos, sobre todo si se tiene en cuenta que un vehículo que circula a 120 kilómetros por hora recorre en tres segundos una longitud superior a la de un campo de fútbol.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha desde hoy hasta el 22 de noviembre una campaña de concienciación y control sobre las distracciones, que el año pasado provocaron un 37% de los accidentes y fueron la causa principal de la muerte de 1.147 personas.
Los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil controlarán, durante los 15 días que dure la campaña, a más de 600.000 vehículos que circulen por la carretera. Junto a la campaña de vigilancia, se realizará una campaña informativa con la divulgación de un vídeo sobre los peligros de las distracciones, un anuncio en televisión y tres cuñas radiofónicas que irán acompañadas de mensajes en los paneles informativos de las carreteras.
El peligro del móvil
Hablar por el móvil mientras se conduce multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente, una conducta que, por su peligrosidad, puede equipararse a la conducción con exceso de alcohol. Tras un minuto y medio de conversación por el móvil, pese a usar el manos libres, el conductor deja de percibir el 40% de las señales.
Fumar puede también convertirse en un peligro al volante. Aunque encender o apagar un cigarrillo mientras se conduce no está recogido como infracción, el 80% de los conductores lo consideran peligroso, según la última encuesta realizada por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, porque supone retirar una mano del volante.
Otro factor que puede distraer al conductor es el mal uso de los navegadores. Desde hace varios años, se ha producido un aumento significativo del uso de estos dispositivos en los vehículos. Pero pueden suponer un peligro claro de accidentes cuando son manipulados durante la marcha.
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