Los incendios se disparan en Brasil y en 2024 quemaron una superficie equivalente a Italia
Los fuegos destruyen un 80% más de vegetación que en 2023 y alcanzan los 300.000 kilómetros cuadrados, sobre todo en la Amazonia, según la red brasileña MapBiomas
El balance de fin de año ha confirmado lo que las apocalípticas imágenes apuntaban en septiembre, cuando el fuego devoraba buena parte de Brasil y el humo cubría decenas de ciudades. Los incendios quemaron durante 2024 más de 300.000 kilómetros cuadrados, lo que supone un 80% más que un año antes, según el informe anual difundido este miércoles por MapBiomas, una red brasileña de ONG, universidades y empresas tecnológicas que hace mediciones a partir de imágenes de satélite. Para hacerse una idea del estrago, lo perdido en el último año equivale al tamaño de Italia; en diciembre fue casi como Líbano. Ningún otro año desde 2019 causó el fuego semejante destrucción. Las cifras se dispararon, según MapBiomas, porque la histórica sequía causada por el fenómeno El Niño —calentamiento de las aguas del Pacífico— facilito que los fuegos prendieran y se expandieran.
Tres cuartas partes de la superficie que el fuego devoró en Brasil el año pasado era vegetación nativa y casi un 60% pertenecía a la Amazonia, que comparte con otros ocho países. El investigador de MapBiomas Felipe Martenexen recalca, en una nota, que los incendios en la mayor selva tropical del mundo no son un fenómeno natural. Es tan húmeda que impide que los rayos prendan en la vegetación. Añade este especialista que “el cambio en el patrón de incendios es alarmante, ya que las áreas forestales afectadas por incendios se vuelven más susceptibles a nuevos fuegos”.
Las graves consecuencias de los voraces incendios del año pasado pusieron en evidencia la escasa preparación del Gobierno y de los Estados ante una temporada de fuegos que la peor sequía en siete décadas ya anticipaba que sería especialmente intensa. Los ambientalistas reclamaron entonces mayores medios para combatir los fuegos sobre el terreno, mejor coordinación y endurecimiento de las penas tanto para los pirómanos como para los imprudentes. Los incendios intencionados son una vía muy utilizada para convertir áreas boscosas en pastizales para ganado. Pero no solo destruyen o dañan la vegetación, también disparan las emisiones de gases de efecto invernadero.
La coordinadora de MapBiomas, Ane Alencar, señala que “los efectos de esta devastación ponen de manifiesto la urgencia de adoptar medidas coordinadas y de que todos los niveles [de la administración brasileña] se impliquen para contener una crisis medioambiental exacerbada por condiciones meteorológicas extremas, pero desencadenada por la acción humana, como ocurrió el año pasado”.
El Estado más afectado por los fuegos fue el año pasado Pará, que es mayor que Francia y España juntos, y cuya capital, Belem, acogerá la COP30 el próximo noviembre. Por primera vez la cumbre anual del clima de la ONU se celebrará en la Amazonia, lo que supone un gesto político calado y un enorme desafío porque el desembarco de decenas de miles de personas va a poner a prueba unas infraestructuras bien frágiles. Pero el presidente brasileño, Luiz Inácio da Silva, quiere que los políticos y ambientalistas que tanto hablan de la protección y del potencial de la mayor selva tropical del mundo la conozcan en persona. Al menos una de sus principales ciudades. Nada más arrancar su mandato, Lula convocó en Belém a los presidentes de todos los países Amazónicos.
El Gobierno Lula acaba de designar a un diplomático, André Correa do Lago, presidente de la COP30. En los últimos años ha sido el encargado de negociar en nombre de Brasil en las más recientes cumbres del clima. Su perfil contrasta con sus dos últimos predecesores, relacionados con la industria petrolera de Emiratos y Azerbayán. El nombramiento del embajador brasileño llega en un momento convulso, nada más anunciar el presidente Donald Trump que EEUU abandona el Acuerdo de París, como ya hizo en 2017. Nadie duda de que la ausencia de la primera potencia lastrará el combate global contra el cambio climático.
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