El presidente de Paraguay rebaja las expectativas de un acuerdo UE-Mercosur: “Queremos integrarnos, pero no encontramos la misma sintonía en Europa”
Santiago Peña considera “inaceptable” que Bruselas “no reconozca a las instituciones de certificación sanitaria” de su país
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, puso un freno a la expectativa de Brasil, Argentina y Uruguay, sus socios en Mercosur, de un inminente acuerdo comercial con la Unión Europea. “No soy optimista. En Mercosur hemos mostrado interés en llevar adelante un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Tenemos la vocación de integrarnos al mundo y eso está demostrado. Pero no encontramos esa misma sintonía en Europa”, dijo Peña a EL PAÍS en la ciudad de Mar del Plata, dónde el coloquio de IDEA reúne hasta este viernes a los empresarios más importantes de Argentina. Las declaraciones de Peña, presidente desde 2023 por el conservador Partido Colorado, no coinciden con los planes sobre todo de Brasil.
Luiz Inácio Lula da Silva espera hacer algún tipo de anuncio oficial relacionado con el tratado con la Unión Europa durante la cumbre del G-20 que se celebrará en Río de Janeiro entre 18 y 19 de noviembre; o, a más tardar, en la de presidentes del bloque sudamericano prevista para diciembre en Montevideo. El mandatario paraguayo achaca su pesimismo a que “no hay consenso entre los principales actores europeos”. Considera además “inaceptable” que la Unión Europa “no reconozca a las instituciones de certificación sanitaria” de Paraguay, lo que supone trabas al ingreso de productos de ese país. “Un desconocimiento y prejuicio hacia Paraguay como uno de los países de menor desarrollo no está ayudando en la negociación”, advierte.
Peña reclama atención en momentos en que Mercosur y la Unión Europea ven más cerca que nunca un tratado de libre comercio entre los bloques. En 2019, se anunció que todo estaba listo y se firmó un acta que finalmente naufragó por las reticencias a ambos lados del Atlántico. Brasil y Argentina, en manos del peronismo, no estaban de acuerdo con los límites que Francia pretendía para las exportaciones agropecuarias del bloque. Se le sumaron a eso las peleas entre los socios sudamericanos por diferencias entre el argentino Alberto Fernández y el brasileño Jair Bolsonaro. Uruguay, en tanto, presionaba en contra de los estatutos de Mercosur para poder firmar acuerdos comerciales en solitario. Paraguay, el cuarto socio del bloque, procuraba mantenerse a distancia de las discusiones.
La Unión Europea, en tanto, puso como condición el cumplimiento de la llamada “ley deforestación”, que vetaba el comercio de materias primas de tierras deforestadas. El aplazamiento de la ley hasta 2025 y el interés de Alemania por sacar adelante el acuerdo dieron un nuevo impulso a la negociación. Lula da Silva expresó su optimismo durante su viaje a México para la asunción de Claudia Sheinbaum. “Esperamos cerrar el acuerdo UE-Mercosur, si Dios quiere, este mismo año”, dijo.
Peña apuntó, una vez, contra Francia. “Emmanuel Macron se reúne con Lula y le dice ´sí, vamos a ver´, y a la tarde dice que no hay ninguna posibilidad porque los productores de carne en Francia no pueden competir. Por eso yo no soy tan optimista, pero no por nuestro lado, sino por el lado de ellos”, dijo. Sobre la posibilidad de firmar el acuerdo antes de diciembre próximo, recordó que a finales el año pasado, en vísperas de la cumbre de presidentes de Mercosur en Asunción, también se pensó que el acuerdo estaba cerca. “Brasil tenía la presidencia pro tempore y dijimos en ese momento que ‘si Lula no la cierra ahora difícilmente la cierre’. Hicimos el intento, no se consiguió. La excusa era que se iniciaba un proceso electoral y eso podía traer ruido. Si ellos quieren se puede alcanzar, pero depende de Europa”, dijo.
Paraguay y Uruguay son los dos socios “pequeños” de Mercosur, dominado por el poder económico de Brasil y, en menor medida, de Argentina. Brasil es quien más impulsa un acuerdo y Argentina, desde la llegada de Javier Milei al Gobierno, se ha sumado sin resistencias a la posibilidad de un acuerdo. Uruguay es el socio más rebelde. Considera que el bloque es un lastre a su desarrollo e insiste en que se lo autorice a firmar acuerdos de libre comercio en solitario, algo que no está permitido en el bloque. Paraguay reclamó siempre que sea tomada en cuenta como el menos desarrollado del grupo, algo que, dijo Peña, fue finalmente atendido. Ahora pide lo mismo por parte de la Unión Europea.
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