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Bernardo Arévalo: “Hemos reafirmado que en Guatemala puede haber un Gobierno que no está arrodillado ante la corrupción”

El presidente guatemalteco habla en entrevista con EL PAÍS de su compromiso con la transparencia en un país carcomido por la impunidad y explica las razones que lo llevaron a recibir a 135 presos políticos de Daniel Ortega: “Ante Nicaragua hay un compromiso fundamental con la gente que lucha por la democracia”

El presidente Bernardo Arévalo en su oficina, en Ciudad de Guatemala
Bernardo Arévalo en su oficina, en Ciudad de Guatemala.Sandra Sebastián
Carlos S. Maldonado

Hace menos de un año parecía una posibilidad que Bernardo Arévalo no ocupara la silla en la que hoy se sienta en el Palacio Nacional, en el corazón de la capital de Guatemala pese a haber ganado las elecciones. El político y su agrupación, el Movimiento Semilla, lucharon contra las fuerzas oscuras que en su país mantienen enquistada la corrupción para privilegiar y proteger a fuertes sectores económicos, políticos corruptos y jueces viciados, para hacer cumplir la voluntad popular, que les dio la victoria en las elecciones presidenciales. Se trata de un sistema judicial podrido, con una fiscal general, Consuelo Porras, que no solo trató de torpedear la elección de Arévalo y frenar su toma de posesión, sino que se ha convertido en la principal cara opositora del mandatario, que ha abanderado la honestidad como su principal fortaleza ante un electorado harto de la impunidad que ha sido la norma en esta nación centroamericana. Arévalo (Montevideo, 65 años) recibe a EL PAÍS en esa oficina desde la que gobierna y hace un repaso de los logros de su Administración que cumplió en mayo sus primeros cien días. Ha sido una carrera de obstáculos para el carismático político, quien estos días se ha colgado una medalla al recibir a 135 presos políticos liberados por el régimen del nicaragüense Daniel Ortega. De los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión y de su cruzada anti corrupción conversa en esta entrevista.

Bernardo Arévalo junto a una fotografía de su padre, el expresidente Juan José Arévalo, el 6 de septiembre.
Bernardo Arévalo junto a una fotografía de su padre, el expresidente Juan José Arévalo, el 6 de septiembre.Sandra Sebastián

Pregunta. ¿Qué lo llevó a aceptar albergar a los presos políticos liberados por el régimen de Nicaragua?

Respuesta. Es una decisión consistente con nuestra propia visión sobre la necesidad de apoyar y proteger a la democracia en cualquier lugar del mundo. Que no exista democracia en un lado nos afecta a todos, y que la democracia se extienda es una ventaja para todos. Con Nicaragua hay un compromiso fundamental con la gente que lucha por la democracia, de manera que cuando el Gobierno norteamericano nos hizo la consulta sobre si estaríamos dispuestos a recibir a este contingente en el caso de que se lograra la liberación, nosotros inmediatamente dijimos que sí, sin pensarlo.

P. ¿Espera algo a cambio de Estados Unidos por este gesto?

R. Absolutamente nada.

P. ¿Qué opina del Gobierno del presidente Ortega?

R. Es un Gobierno que está violando los principios democráticos, que está persiguiendo a las personas que demandan el derecho a que su opinión se escuche y se haga valer en las urnas, que es lo que nosotros hemos defendido en nuestro propio país. Es la misma posición que nos lleva a rechazar el pretendido resultado electoral que anuncia el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, porque entendemos que es una violación a los principios democráticos.

P. Le preguntaba qué esperaba de Estados Unidos porque usted ha llegado a la Presidencia con un proyecto político ambicioso, pero tiene una situación difícil en el interior del país. ¿Espera el apoyo estadounidense para impulsar su programa?

R. Nuestra experiencia indica que el apoyo internacional es fundamental para los países que luchan por la democracia en el marco de situaciones que, de una manera u otra, implican una reconfiguración autoritaria. Nosotros lo hemos experimentado de manera directa: Hemos tenido observaciones internacionales que fueron fundamentales durante las elecciones, el papel que jugó la Organización de Estados Americanos fue sumamente importante, la Unión Europea, el apoyo que tuvimos de Estados Unidos. Fue un marco fundamental para los que los guatemaltecos que estábamos luchando por hacer valer nuestros derechos políticos tal y como están inscritos en la Constitución fueran escuchados y respetados.

P. Tiene una situación política interna muy complicada. Cuenta solo con 23 diputados en el Congreso para impulsar su agenda, que incluye la lucha contra la corrupción. ¿Qué avances hay en este tema?

R. Estamos llevando a cabo la lucha contra la corrupción de una manera muy clara desde el Ejecutivo haciendo las denuncias que nos corresponden y las llevamos al Ministerio Público, que tendrá que dar cuentas qué hace con todo esa evidencia de casos de corrupción que estamos colocando delante de ellos. No cejamos en estos esfuerzos.

Arévalo durante la entrevista con EL PAÍS.
Arévalo durante la entrevista con EL PAÍS.Sandra Sebastián

P. Uno de los poderes más controvertidos del país es el Judicial y también las fiscalías. La fiscal general, Consuelo Porras, es abiertamente opositora a su Gobierno, incluso se negó a reunirse con usted. Y usted afirmó que quería destituirla. ¿Cómo es su relación con la fiscal ahora que es presidente?

R. Hemos colocado una iniciativa ante el Congreso de la República para la reforma legal que permitiría sencillamente hacer que la fiscal general rinda cuentas, porque la reforma que se hizo en 2016 crea una figura, que es la única figura dentro de la estructura Institucional del país, que no le debe rendir cuentas a nadie, lo que es una inconstitucionalidad, porque estructura la impunidad. Nuestra posición alrededor de la fiscal es clara: Desde antes de tomar posesión habíamos pedido su renuncia y cuando empezamos hicimos todo dentro de la vía legal para lograr hacer un cambio, pero la fiscalía continúa en su esfuerzo de criminalizar al Movimiento Semilla, a este Gobierno. Yo tengo personalmente siete antejuicios presentados, tenemos una compañera que por causas espurias está en prisión, un hostigamiento continuo. El Ministerio Público continúa en su campaña para tratar de evitar lo que es inevitable y es que los corruptos terminen de salir de la estructura institucional del país.

P. En Guatemala se usa el término “pacto de corruptos”, una trama política, judicial y empresarial, que mantiene al sistema empantanado. ¿Qué acciones ha tomado para romper ese pacto? ¿Se puede romper ese pacto en Guatemala?

R. El pacto de corruptos es una expresión que señala la convergencia de intereses por distintos actores, no hay un pacto formal ni real, ni están todos unidos formalmente alrededor de un propósito común, sino que convergen porque les conviene. Ahí hay políticos corruptos, las administraciones anteriores, empresarios que han participado en este tipo de cuestiones, funcionarios judiciales, fiscales, jueces. Esa gente sigue operando dentro de esto, pero mire el proceso de elección de cortes que ha venido tomando lugar, en donde lo que hemos visto es que esta red político criminal no ha logrado tener el control. Hay un proceso de pérdida de control que nosotros esperamos se confirme en la elección de cortes que va a tener lugar en el mes de octubre en el Congreso de la República.

P. Sin embargo, el poder que este sistema ha mantenido sigue vigente. Hay casos como el del periodista José Rubén Zamora, encarcelado injustamente por denunciar la corrupción.

R. El caso de Zamora es un ejemplo de la criminalización que se hace desde el aparato de justicia contra las personas que se ponen en frente de las estructuras de corrupción e impunidad. Su encarcelamiento era, por un lado, para castigarlo por haber presentado ese enfrentamiento y, por el otro, como advertencia a quienes están todavía luchando en en ese sentido. Por supuesto que tienen poder, tienen el poder para colocar en arresto provisional a una funcionaria de Gobierno, como es la directora del Instituto de la Víctima, por razones espurias y absurdas; tienen el poder para hacer un caso en contra del Movimiento Semilla, negándonos el derecho de defensa a cada momento. Por supuesto que tienen poder, pero no es el único poder y nosotros estamos claramente en la lucha para rescatar a las instituciones de ese abrazo asfixiante y tenemos un respaldo popular, que cada vez es más claro, para lograrlo.

P. ¿Ha tomado usted como presidente medidas en el caso de periodista Zamora?

R. Sí, todas las que nos corresponden desde el aparato del Ejecutivo. Tomamos posesión el 14 de enero y el día 15 el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, fue a la prisión dónde está José Rubén Zamora a corregir las condiciones que eran prácticamente de tortura en la que lo mantenían. Le estamos dando las mejores condiciones posibles dentro del marco legal, porque tampoco podemos ir más allá de lo que la legislación nos permite. Inclusive discutimos con él la posibilidad de trasladarlo a otra prisión.

P. Guatemala sufre niveles de pobreza espeluznantes, principalmente las poblaciones indígenas. ¿Cuáles son sus planes para aliviar el sufrimiento de esta gente?

R. El 60% de la población de Guatemala vive en condiciones de pobreza. La mayoría es población indígena y la mayoría vive en departamentos del altiplano que han sido marginados por la inversión pública. Tenemos una estrategia de desarrollo que sigue una lógica de inversión pública en caminos rurales y en carreteras secundarias. Vamos a invertir en riego, en electrificación, donde no hay inversión en escuelas públicas, en puestos de salud. La intención es seguir un programa de desarrollo que logre apoyar a una población que fundamentalmente vive hoy dedicada a la agricultura de subsistencia para permitirle convertirse en pequeño productor agrícola. No vamos a poder resolver el problema de la pobreza en el país porque 400 años de marginación, racismo y abandono no se van a resolver de la noche a la mañana, pero vamos a sentar las bases para empujar a esa zona, que es la zona de gente más pobre del país.

Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, el 6 de septiembre.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, el 6 de septiembre.Sandra Sebastián

P. Tomó posesión en enero, ¿cuáles diría que son sus principales logros hasta ahora?

R. En primer lugar, reafirmar que en Guatemala puede haber un Gobierno que no está arrodillado ante la corrupción y ante estos grupos que parecían casi como inevitables en el futuro político del país. Está costando trabajo, porque siguen enquistados en el aparato de justicia y tienen la capacidad de de agredir y de ser hostiles, pero vamos avanzando a través de lograr que el sector público funcione. Estamos generando esos elementos que van a empezar a hacer evidente para la población de que existe un futuro distinto cuando uno ya no vota a los políticos corruptos.

P. ¿Teme fracasar? ¿Teme perder el apoyo de la gente?

R. No. Tenemos un compromiso con responder a la confianza que la gente tuvo en nuestro movimiento, que tiene con nuestro Gobierno, y nuestra tarea es seguir demostrando a la gente de manera concreta por qué es la mejor apuesta para el futuro del país elegir a políticos honestos.

P. ¿Qué Guatemala espera dejar cuando termine su mandato?

R. Una Guatemala convencida de que tiene un futuro sin los corruptos, de que el trabajo conjunto va a permitir lograr avances en desarrollo. Una Guatemala en donde los principios de respeto a los derechos humanos y de vigencia de las instituciones democráticas están más afianzados en la población.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.
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