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Las talas en un paraíso natural de Costa Rica salpican al presidente Rodrigo Chaves

Denuncias de ecologistas y pesquisas judiciales apuntan a un posible caso de corrupción en favor de un empresario cercano al Gobierno

Rodrigo Chaves pronuncia un discurso en San José, Costa Rica, en 2023.
Rodrigo Chaves pronuncia un discurso en San José, Costa Rica, en 2023.Manuel Arnoldo Robert Batalla (Getty Images)

Una presunta red corrupta entre funcionarios de instituciones y empresarios permitió la destrucción de bosques cercanos a humedales para negocios inmobiliarios en la costa del Caribe sur de Costa Rica, punto de atracción para miles de turistas estadounidenses y europeos. Las investigaciones en torno al refugio natural Gandoca-Manzanillo salpican al presidente Rodrigo Chaves, que ha aceptado que conoce al principal inversionista y su deseo de “no dejar ese tesoro a la fauna”.

Autoridades judiciales que esta semana ejecutaron 26 allanamientos en instituciones públicas y casas de funcionarios tienen la hipótesis de que hubo acuerdos para propiciar un plan de desarrollo urbanístico en el municipio Talamanca, a la medida de intereses de inversionistas que después recibieron permisos para la explotación turística e inmobiliaria en zonas prohibidas por las leyes ambientales. “Al parecer, el plan se hizo contraviniendo la normativa nacional e internacional, afectando los bosques y humedales cercanos al Refugio Mixto de Gandoca-Manzanillo”, reportó la Fiscalía Anticorrupción. Costa Rica es reconocido internacionalmente por sus bosques y su compromiso ambiental, a pesar de crecientes tensiones por el aprovechamiento económico de recursos naturales y mensajes del Gobierno actual que repudian las luchas de grupos conservacionistas.

El caso podría haber pasado como uno más de los que se denuncian sin éxito ante el Ministerio de Ambiente, pero las alertas de organizaciones locales fueron recogidas por diputados de izquierda que convirtieron el asunto en un tema nacional. Mayor fue la notoriedad cuando se confirmó que el empresario, llamado Allan Pacheco, fue vecino del presidente Rodrigo Chaves en un exclusivo condominio al este de San José y visitó la Casa Presidencial en al menos siete ocasiones durante el Gobierno actual, cuyos jerarcas participaron en fiestas celebradas en una casa de campo de allegados del inversionista. Pacheco es representante de la sociedad Playa Manzanillo S.A., que según la prensa local recibió permisos urbanísticos, aunque el 20% de la finca está dentro de la zona costera protegida.

Cuando se le consultó a Chaves por primera vez por las talas en el Caribe Sur, el mandatario y su ministro de Ambiente, Franz Tattenbach, alegaron que había permisos legales y que las denuncias vienen de grupos que no quieren el desarrollo, utilizando una frase que sonó a pólvora: “No vamos a destruir el tesoro de la costa de Limón, pero tampoco se lo vamos a dejar a la fauna”. Esas palabras provocaron enojo en redes sociales.

En julio, después de conocerse indicios de una cercanía con el empresario y de fuertes críticas de Ariel Robles, un joven diputado del partido Frente Amplio (izquierda), Chaves admitió las visitas de Pacheco, aunque se negó a revelar los motivos. Lo describió como un “escandalillo” de Robles con sus aliados, y acudió a su estilo de discurso ácido al atribuirle un sesgo ideológico y relacionarlo con una expresión que se interpretó como una alusión homofóbica: “La Loca de Gandoca”. Ese es el nombre de una novela de la escritora Anacristina Rossi que, casi como una profecía, trata precisamente sobre la destrucción ambiental en esa zona del Caribe Sur de delicado equilibrio natural que protege monos, manatíes, tortugas marinas y arrecifes de coral, entre otras especies.

Robles respondió con el envío a Chaves de un ejemplar de la novela. Contó a la prensa que él y dirigentes comunales han recibido protección policial de un programa del Poder Judicial después de llamadas telefónicas con advertencias sobre el envío de sicarios. La amenaza la toman en serio en momentos de la peor ola de homicidios en la historia de Costa Rica por el crimen organizado y el narcotráfico, con especial impacto en la región del Caribe y en los poblados pobres que por décadas han alojado tensiones por el dilema entre la riqueza natural y un mayor aprovechamiento económico.

El mandatario no ha comentado públicamente esas amenazas ni el expediente judicial en el que aparece como sospechoso del delito de “tráfico de influencias” junto al empresario Pacheco, un caso paralelo a los expedientes judiciales sobre Gandoca-Manzanillo; esa una de las 42 causas por las que es investigado el gobernante.

Los fiscales , centrados en el expediente principal abierto en 2023, han ejecutado allanamientos, incluida la casa del alcalde de Talamanca, y la detención por unos días del empresario Pacheco. Un juez del proceso, sin embargo, ha considerado que hasta ahora las pruebas son débiles para sustentar el supuesto plan delictivo y ordenó dejar en libertad a los detenidos, una decisión que ha tomado la Presidencia para afianzar su discurso de que el caso carece de fundamentos.

Chaves aduce que todo se trata de una “cortina de humo” de parte de grupos ecologistas para evitar la atención sobre las consecuencias ambientales y económicas negativas por la cancelación en 2010 de un proyecto de minería de oro en la zona norte del país, llamado Crucitas. Ese es otra de las actividades que Chaves desea desarrollar, además de incursionar en la exploración de gas natural y petróleo en zonas del Caribe.

El desarrollo de la industria turística, que mueve más del 8% del PIB costarricense y que se ha recuperado casi a los niveles prepandémicos, es uno de los factores que afectan la riqueza natural y amenazan los logros de décadas de incentivos a la conservación forestal, como señaló en 2023 un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). “Las zonas costeras, los manglares y otros humedales se han deteriorado”, decía el reporte antes de que detonara el caso ‘Gandoca’.

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