Daniel Ortega usa el aniversario de la revolución sandinista para pedir “la desaparición de Estados Unidos”
“El primero que debería de desaparecer es ese Estado”, lanza el caudillo nicaragüense en un acto que confirma su aislamiento en el que tildó a Washington y Bruselas como “los mayores enemigos de los migrantes”
Daniel Ortega y Rosario Murillo celebraron el 45 aniversario de la Revolución Sandinista la noche de este viernes 19 de julio en un circuito cerrado y controlado en la Plaza la Fe en Managua, después de que desde la pandemia de covid-19, en 2020, comenzaron a hacerlo en plazoletas más pequeñas y con asistencia reducida, debido en parte también al desplome total de popularidad tras la violenta represión que comandaron durante las protestas de 2018. La asistencia este año fue un poco más nutrida, pero sin llegar a las multitudes acostumbradas para esta fiesta culmen del sandinismo celebrada desde 1979, cuando la guerrilla derrocó a la dictadura somocista. Ortega usó el acto para plantear la “desaparición de Estados Unidos” y tildar a Washington y Bruselas como “los mayores enemigos de los migrantes”.
La “copresidenta” Murillo hizo un cambio total del plató y en una puesta escena al estilo norcoreano delineó con simpatizantes sandinistas un enorme corazón frente a una tarima central a la que no asistió ningún jefe de Estado –ni siquiera Nicolás Maduro o Miguel Díaz Canel–, lo que evidencia el aislamiento internacional que la pareja presidencial no logra superar. Fue un acto largo y soporífero de casi cuatro horas en el que Daniel Ortega dio un discurso que rozó la medianoche y en el que atacó a Europa y Estados Unidos por ser “los mayores enemigos de los migrantes”, al mismo tiempo que defendió la invasión de Vladimir Putin en Ucrania y ensalzó a China.
“Se han convertido los yanquis y los europeos en los mayores enemigos de los emigrantes. ¿Y a quién le pidieron permiso los que llegaron desde Europa a estos países? Y no eran inmigrantes, venían a invadir estos países para robarse las tierras de nuestros antepasados”, dijo el mandatario sandinista.
A falta de jefes de Estado para el acto del 19 de julio, tomaron la palabra delegados de Cuba, Venezuela, Rusia, Bielorusia, Burkina Faso, Zimbabue y un delegado de África del Sur. A excepción del cubano y el venezolano, el resto de funcionarios hablaron en idiomas – mediados por traductores– irreconocibles para los sandinistas en la plaza. Luego, después de un repertorio de canciones del folclore nicaragüense y de la revolución sandinista, tomó la palabra el “comandante Ortega” quien, a pesar de hablar el mismo idioma del aforo, presumió de una Nicaragua que ni sus propios simpatizantes reconocen: de “prosperidad y victorias”, cuando unos días antes un estudio de opinión pública, por ejemplo, reveló que el 86.6% de los nicaragüenses no alcanzan a comprar la canasta básica. Un país en fuga: más de un millón de personas han huido después de 2018 a causa de la crisis sociopolítica y económica. En su mayoría jóvenes desesperanzados.
Sin embargo, la principal parte del discurso estuvo centrada en atacar a su viejo enemigo político: Estados Unidos. Ortega criticó la guerra que Israel en Gaza y dijo que, en vez de Palestina, el Estado que debería desaparecer es Estados Unidos.
“Si nos vamos con esa filosofía, habría que pedir la desaparición del Estado de la United States. El primero que debería de desaparecer es ese Estado, que es el mayor criminal que tiene la humanidad, y no solamente para andar asesinando a los pueblos, ocupando países, como ha pasado aquí en Nicaragua”, dijo el caudillo sandinista. Y, a renglón seguido, abogó por los migrantes: “Creo que llegará el momento si en que el pueblo norteamericano no tendrá más camino que cambiar, cambiar hacia Gobiernos que tengan respeto a las leyes, respeto al pueblo, respeto a la niñez, respeto a las escuelas, respeto a los migrantes. Esta guerra que tienen contra los inmigrantes, sencillamente va contra los derechos de la especie humana; derecho de la especie humana de poder trasladarse a cualquier lugar de la tierra. Y es un derecho que se lo han arrogado ellas, las potencias”.
No obstante, Ortega obvió que él mismo ordenó la expulsión y el despojó de la nacionalidad nicaragüense de 222 excarcelados políticos en 2023, quienes fueron desterrados a Estados Unidos. A estos se sumaron 94 exiliados nicaragüenses, a quienes también les quitó la nacionalidad. Además, el régimen ha impedido el ingreso al país a cientos de ciudadanos sin ninguna explicación, como parte de su política represiva desde Migración y Extranjería.
El caudillo sandinista tampoco se refirió a los señalamientos de Estados Unidos en su contra a propósito del uso del aeropuerto internacional de Managua como un trampolín ilegal de migrantes haitianos, cubanos, africanos y de otras nacionalidades. Entre mayo de 2023 y mayo de 2024 se estima que arribaron al Aeropuerto Augusto C. Sandino 1475 vuelos chárter con más de 191 000 pasajeros, la mayoría provenientes de Haití, Cuba, República Dominicana y otros países del Caribe. También se produjeron unos 30 a 40 vuelos chárter intercontinentales provenientes de Libia, Senegal, India, de varios países asiáticos o de aeropuertos europeos de Alemania y Francia.
La invasión de Putin
Otro de los frentes que Ortega tuvo en su discurso fue contra Europa por apoyar a Ucrania frente a la invasión de Putin. Tras elogiar a la extinta Unión Soviética a la par del delegado de la Duma estatal moscovita en la plaza, dijo que los europeos y Estados Unidos “están instalando de nuevo el fascismo”.
“La mayoría de los Gobiernos europeos está fortaleciendo al fascismo, y alimentando una guerra que está dirigida a tratar de lograr lo que no logró Napoleón ni Hitler, y ahora lo quieren hacer con el nazi que tienen ahí como presidente [de Ucrania]”, dijo Ortega en referencia a Zelenski.
Seguidamente, el caudillo sandinista elogió a China, país con el que estableció relaciones diplomáticas en diciembre de 2021. Ortega dijo que la OTAN también debería desaparecer.
“Hay otra nación con la cual hemos tenido relaciones históricas también, la República Popular China que ha venido llevando progreso, beneficios, desarrollo, a los pueblos que fueron colonizados y que luego se fueron independizando, pero que quedaron sometidos bajo la bota de los intereses de las potencias que los habían colonizado y, la gente en la pobreza, la gente en la miseria, la gente pasando hambre, la gente en el analfabetismo, la mortalidad infantil, en África, en Asia”, sostuvo, soslayando el hecho que la relación con Pekín ha traído exiguos réditos económicos a Nicaragua.
Siga toda la información de El PAÍS América en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.