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Una grabación confirma que Bolsonaro usó la presidencia para blindar a uno de sus hijos de la justicia

La policía brasileña avanza en el caso que investiga cómo la agencia de inteligencia se puso a los servicios del clan familiar del expresidente

Flávio Bolsonaro, en una imagen de archivo.
Flávio Bolsonaro, en una imagen de archivo.Adriano Machado (REUTERS)

Los cuatro hijos varones del expresidente brasileño Jair Bolsonaro se dedican a la política: hay un concejal y un candidato a serlo, un diputado y un senador. Este último, Flávio, el mayor, es el que tiene un perfil más formal, alejado de los exabruptos de su padre. Pero también es el que más dolores de cabeza le ha dado: desde conexiones con los milicianos de Río de Janeiro hasta investigaciones por desvío de fondos públicos y blanqueo de dinero. El último escándalo es un audio que ha visto la luz esta semana y que demuestra que Bolsonaro padre usó los poderes que le daba la presidencia para intentar blindar a su hijo de la justicia.

La grabación se remonta a agosto de 2020, cuando Bolsonaro aún era presidente. En una mesa del Palacio del Planalto de Brasilia, la sede del Gobierno, están reunidos el entonces presidente brasileño, el jefe de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), el ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (el órgano que se encarga de la seguridad del presidente y sus familiares) y dos abogadas de Flávio Bolsonaro. El motivo de la reunión: ver qué se puede hacer para salvar al senador de un caso que investigaba desvío de dinero público en los tiempos en que fue diputado en la asamblea legislativa del estado de Río.

En la conversación grabada, el director de la ABIN, Alexandre Ramagem, propone abrir procedimientos administrativos contra los inspectores de Hacienda que seguían la pista a Flávio para así poder anular las investigaciones. Bolsonaro se muestra de acuerdo y además sugiere que las abogadas hablen con el jefe de Hacienda y con el jefe del Servicio Federal de Procesamiento de Datos para “resolver el asunto”. Según la investigación de la Policía Federal que ahora está investigando toda esta trama, el plan acordado en la reunión se puso en marcha: la agencia de inteligencia espió de forma ilegal a los inspectores en busca de “trapos sucios” y “relaciones políticas”. Lo cierto es que finalmente la justicia anuló las pruebas contra Flávio por fallos procesales y el caso fue archivado en 2022.

La grabación de la reunión dura poco más de una hora y Bolsonaro habla poco. El entonces presidente, como profetizando lo que iba a pasar, llega a decir: “Y dejar bien claro -nunca sabemos si alguien está grabando algo- que no estamos buscando favorecer a nadie”. En realidad, Bolsonaro sabía que le estaban grabando. Lo que no sabía es que el audio vería la luz. La grabación la hizo precisamente el jefe de la inteligencia, Ramagem, su hombre de confianza. Según explicó el propio Ramagem estos días en medio de todo el alborozo, la reunión se grabó porque querían tender una trampa a alguien que acudiría a la cita haciendo una oferta “poco republicana” a Bolsonaro y querían tener pruebas del crimen. Todo apunta a que esperaban a un emisario del entonces gobernador de Río de Janeiro, el juez Wilson Witzel, que en aquel momento era otro personaje de la ultraderecha que Bolsonaro veía como un rival que podía hacerle sombra. En la reunión, Bolsonaro dice que el gobernador de Río le ofreció resolver los problemas de su hijo a cambio de una plaza vitalicia en el Tribunal Supremo Federal.

Pero en la reunión, la supuesta persona a la que Bolsonaro y el máximo responsable de la inteligencia iban a pillar in fraganti no apareció. Al parecer, a Ramagem se le olvidó borrar la grabación de su ordenador y ahora podría ser una prueba clave para demostrar que su jefe usó las estructuras más sensibles del Estado para proteger a su hijo. Su torpeza puede arruinar también sus planes electorales. Ramagem es ahora un diputado del montón poco conocido, pero Bolsonaro le confió la difícil tarea de conquistar la alcaldía de Río de Janeiro en las elecciones municipales que Brasil celebrará en octubre. La divulgación del audio ha enrarecido la relación entre los dos y hay rumores de que Bolsonaro piensa en cambiar de candidato.

El archivo lo encontró la policía la semana pasada en el capítulo más reciente del caso que investiga cómo el clan Bolsonaro usó la inteligencia brasileña para su propio beneficio. La investigación arrancó hace meses y de momento ya se sabe que hubo al menos 33.000 accesos ilegales para espiar a políticos opositores, jueces o periodistas. En esta última fase, la policía detuvo a cinco personas; policías y funcionarios públicos que abastecían los círculos de la extrema derecha en Internet con informaciones falsas para atacar principalmente a los jueces del Tribunal Supremo.

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