Las protestas universitarias en Estados Unidos no contagian a América Latina
Las principales casas de altos estudios de la región no se pliegan a las demandas contra la guerra en Gaza
Las principales universidades latinoamericanas, la mayoría de ellas públicas, están en calma. Las protestas en los campus de Estados Unidos contra la guerra en Gaza no han contagiado a los alumnos latinoamericanos, pese a un largo historial de lucha política. La única excepción ha sido la Universidad Autónoma de México (UNAM), la mayor de la región, donde este jueves se instaló un campamento para exigir “un alto al genocidio imperialista en Gaza”. No se han plegado a las protestas las grandes universidades de Brasil, Colombia, Chile o Argentina, países que albergan a las casas más antiguas y pobladas de la región.
En la Universidad de São Paulo (USP), la segunda en número de alumnos detrás de la UNAM, no ha habido protesta alguna. Las banderas palestinas se vieron en las marchas por el 8M y en las manifestaciones sindicales por el Primero de Mayo, donde junto al escenario se montó un cartel que pedía un alto el fuego en Gaza. Lo mismo en la Universidad Nacional de Colombia, históricamente propalestina, hoy concentrada en resolver la crisis abierta tras la elección de un nuevo rector que aún no ha podido asumir. Los estudiantes están en contra del elegido.
La Universidad de Chile, la pública más antigua del país sudamericano, tuvo un papel fundamental en las revueltas estudiantiles de 2011 y fue muro de resistencia a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). La guerra en Gaza, sin embargo, no ha sido tema de discusión en los claustros. La otra gran universidad de América Latina es la Universidad de Buenos Aires (UBA), que pasa por un momento de crisis de financiamiento que concentra toda su atención.
La semana pasada, medio millón de personas marchó en las principales ciudades del Argentina para repudiar los planes de recorte presupuestario a la educación superior pública impulsados por el ultraderechista Javier Milei. Esa es la gran batalla de la UBA. Los apoyos a Palestina y en contra de Israel se limitaron hasta el momento a las agrupaciones de izquierda estudiantiles de las facultades habitualmente más contestatarias, como las de Filosofía y Letras y Ciencias Sociales.
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