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Carlos Fernando Galán enfrenta el poder en alza de los motociclistas en Bogotá

El alcalde de la capital colombiana se aproxima a la mitad de un mandato definido por las múltiples obras simultáneas, y que ahora enfrenta un choque con grupos organizados de motociclistas

Juan Esteban Lewin

A pocos metros de una serie de altas columnas recién fundidas, símbolo del sueño de Bogotá de tener finalmente un metro, unas cuantas decenas de motociclistas bloquean una de las vías más atareadas de Bogotá, la Avenida de las Américas. Es jueves 30 de octubre, son las 8 de la mañana, y centenares de personas caminan de regreso a sus casas. Una de las principales estaciones del sistema masivo de transporte de la capital de Colombia, Transmilenio, está cerrada. Ese es tan solo uno de los puntos de una protesta que sacudirá la ciudad todo el día, y también el viernes 31. El alcalde, Carlos Fernando Galán, decretó en la noche del miércoles varias limitaciones a la movilidad de las motocicletas entre la noche del jueves y la madrugada del lunes, como una forma de prevenir la “rodada del terror” del puente de Halloween, una concentración de motociclistas que recorre las avenidas con disfraces, pero genera congestión vehicular y ha sido usada como fachada por ladrones. Varios grupos han desafiado la decisión, en el mayor pulso de poder que ha vivido el político centrista en los 22 meses que ha gobernado la ciudad, de 8 millones de habitantes.

Galán, elegido en 2023 a sus 46 años y quien tiene un estilo conciliador, no ha enfrentado oposiciones notables. Distante del presidente Gustavo Petro, ha navegado con éxito las diferencias con el Ejecutivo en asuntos como la financiación de la anhelada primera línea del metro, un ordenamiento ambiental para la sabana que rodea la ciudad o la tarifa de Transmilenio. No es usual que suba el tono, aunque su choque con los llamados “moteros” tiene como antecedente la denuncia penal que interpuso en mayo contra el líder de la principal central obrera del país y aliado de Petro, Fabio Arias. Cuando el dirigente sindical celebró los bloqueos viales de Bogotá dentro de dos jornadas de protestas en apoyo a las reformas sociales de Petro, el alcalde no solo rechazó las declaraciones, sino que acudió a los jueces. “Convocaron bloqueos para joder a la gente. Eso no es proporcional y no está protegido por el derecho a la protesta”, argumentó entonces en declaraciones a la radio.

Es esa fe en el sistema legal la que lo ha llevado a restringir la circulación de las motos en 20 grandes vías de la ciudad en las noches del jueves al domingo, así como a prohibir que lleven un acompañante o parrillero entre el jueves y el lunes. El secretario de Seguridad, César Restrepo, ha explicado este viernes que las limitaciones buscan evitar hechos violentos, y recordó que en octubre pasado unos participantes de la “rodada” asesinaron a una persona en el centro de la ciudad. Con un número creciente de usuarios de motocicletas, ante los problemas de congestión de las vías y en el transporte público, -que la Secretaría de Movilidad cifra en más de medio millón- cada vez es más difícil para algunos líderes de agremiaciones de motociclistas saber quién participa en sus rodadas.

Así lo explica en un comunicado público el más tradicional de ellos y fundador de la que llaman celebración del día del payaso, Gonobikerreas: “Las condiciones actuales de la ciudad no son propicias para desarrollar el evento este año”, se lee en el texto firmado por Tom Sawyer y revelado el viernes 24. Señalan las múltiples obras -a la del metro se suma especialmente la construcción de la más larga troncal de Transmilenio, que acumula atrasos y atraviesa la ciudad de sur a norte- y el costo de su éxito, encarnado en que han sumado entre 15.000 y 23.000 participantes en las caravanas más recientes. Pese a esa negativa, al día siguiente, el sábado 25, hubo una concentración que colapsó las vías cerca del Estadio El Campín, un antecedente que hizo prever concentraciones mayores este viernes 31 de octubre, día de Halloween. El alcalde incluso amenazó el jueves con usar la fuerza para desbloquear puntos como el Portal de las Américas, y los motociclistas optaron por ir moviendo sus puntos de concentración.

Aunque la confrontación no escaló a la violencia, el pulso se sostiene entre la Alcaldía, de un lado, y del otro las organizaciones que mantienen la convocatoria, más otros grupos de motociclistas que resienten las prohibiciones con el argumento de que afecta su trabajo o su desplazamiento. No se trata de un asunto menor. En Bogotá hay más de 1,6 millones de motocicletas y sus usuarios se han convertido en un actor social importante, con poder político propio. En las elecciones de 2023, en las que fue elegido Galán, llegó al Concejo el influenciador Edison Julián Forero, más conocido como Fuchi. Sus más de 69.000 votos llegaron de su papel como cabeza de otra de las organizaciones de moteros, Street brothers, y por un partido político pequeño y de centroderecha. El político fue suspendido esta misma semana de su cargo por la Procuraduría luego de haber insultado a policías con palabras como “perro” y “gamín”, tras ser detenido en un retén de tránsito.

En esa puja ha aparecido desde el jueves un tercer actor, el Gobierno nacional. El viceministro de Diálogo Social, Gabriel Rondón, encargado de mediar entre el Ejecutivo y distintas organizaciones sociales, convocó a los organizadores de los bloqueos desde el mediodía de ese día, logró un encuentro en la tarde del viernes y a la salida emitió un comunicado que lleva al Gobierno de izquierdas a acercarse a los moteros. “La política pública no puede ser restrictiva en contra de la gran mayoría de los motociclistas”, dijo en el documento público. Y en una carta enviada a Galán, le sugirió revisar el decreto. “Las medidas objeto de observación afectan directamente la movilidad, la seguridad y la economía de los habitantes de Bogotá”, argumenta ese texto. El comunicado le pone cifras: calcula que unas 100.000 personas usan las motocicletas para trabajar en los horarios en los que no podrán transitar por las grandes vías. Con el extendido uso de las motocicletas y la importancia electoral de una ciudad que pone entre un 15% y un 20% en las elecciones nacionales como las del próximo semestre, la relevancia política de un asunto local es alta.

Hasta inicios de la noche de este viernes, el alcalde no ha cedido. En cambio, ha anunciado en la noche de ese día una ampliación del horario de Transmilenio hasta la medianoche, pues usualmente cierra a las 11 pm. El resultado aún es incierto.

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Sobre la firma

Juan Esteban Lewin
Es jefe de Redacción de la edición América Colombia, en Bogotá.
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