Galán, el imperturbable ganador en Bogotá
El candidato que hace cuatro años perdió por muy poco ante Claudia López, hoy gana con holgura.
Carlos Fernando Galán (Bogotá, 46 años) luce imperturbable. Enfundado en la chaqueta roja que convirtió en ícono de su candidatura –tiene cinco, que rota según la ocasión–, el ganador en la larga carrera hacia la Alcaldía de Bogotá es el primero en llegar, muy puntual, al debate de la emisora Blu Radio, en los estudios de Caracol Televisión en el noroccidente de la ciudad. Esta tarde se confronta con los dos aspirantes que más se le acercan en las encuestas: Gustavo Bolívar, la carta del presidente Gustavo Petro, y el independiente Juan Daniel Oviedo. Todos buscaban uno de los cupos para la inédita segunda vuelta que la capital colombiana finalmente no estrenó este año, pues el aspirante del Nuevo Liberalismo superó con creces el número mágico que necesitaba para saldar el duelo en primera vuelta. En pasillos y ascensores le piden selfies y lo saludan como el próximo alcalde. El viento sopla a su favor, pero le huye al triunfalismo. Se ha curtido en las derrotas, como le gusta recordar.
“Sin lugar a dudas, Bogotá necesita esa línea”, afirma Galán nada más arrancar, cuando le preguntan si continuará con el metro tal y cómo está firmado con un consorcio chino. Es el principal punto de contraste con Bolívar, el único proclive a reabrir el eterno debate de la primera línea. El candidato del Pacto Histórico promete continuar con el trazado que le entreguen, pero no se muerde la lengua para calificar ese metro elevado como un “exabrupto arquitectónico”. Soterrar al menos un tramo ha sido una obsesión del presidente Petro, que se entrevistará para ese y otros temas con su homólogo Xi-Jinping en China, a cuatro días de las elecciones. Un viaje que ha caldeado los ánimos, agitado la campaña y provocado el enésimo ‘choque de trenes’ –nunca mejor dicho– con la alcaldesa Claudia López.
“Esa decisión no es de la Nación y los chinos, es de Bogotá”, le replica sereno Galán a Bolívar. Un mensaje que va a repetir varias veces a lo largo de la jornada y en un video grabado en su sede de campaña, una vieja casona sobre la Avenida Caracas, justamente el lugar por donde pasará la primera línea, pactada para entrar en operación en el 2028. “Es equivocado que el presidente insista, como ha venido insistiendo, en querer cambiar el proyecto. Por primera vez está contratado, financiado, en ejecución, y el presidente parecería tener la intención de seguir siendo alcalde de Bogotá. Ya no lo es. Tiene que entender eso”, dice Galán a EL PAÍS. “Así como le está ocurriendo con su ejercicio de irse a las localidades a prometer cosas faltando pocos días para las elecciones, creo que eso se le va a devolver. La gente se está dando cuenta de que es una estrategia para intervenir en política. Uno recorre Bogotá, y la inmensa mayoría de sus habitantes le dicen a uno que por favor no eche para atrás ese proyecto”, afirma.
La campaña por la Alcaldía Mayor de Bogotá, considerada el segundo cargo de elección popular más importante del país, contempla por primera vez la posibilidad de una segunda vuelta. Galán, que hace cuatro años perdió por muy poco ante Claudia López, hoy encabeza las encuestas con holgura. En algunas alcanza el 40% de intención de voto que le permitiría ganar en primera, siempre y cuando también le saque más de 10 puntos de ventaja al segundo. El candidato del Nuevo Liberalismo, en su tercera aspiración, ha conseguido reagrupar al centro político que fracasó estrepitosamente en el ciclo electoral del año pasado que llevó al poder al primer presidente de izquierdas de la Colombia contemporánea. Fiel a su promesa de no polarizar a Bogotá, ni deslegitimar a sus adversarios, llega con impulso a la recta final, después de haber apuntalado respaldos clave desde diversas orillas.
Galán camina seguro a la segunda vuelta
La batalla por Bogotá, una capital de más de siete millones de habitantes, es maratónica. Galán se desdobla: responde entrevistas, asiste a debates, recibe adhesiones, graba videos para redes y volantea en las calles, como se conoce la repartición de folletos –volantes– y el intercambio espontáneo con los electores. Este periódico lo acompañó el jueves 19 de octubre, en una jornada que comenzó a primera hora de la mañana, en medio de risas, con sendas visitas a Bésame y Radioacktiva, dos emisoras populares del Grupo PRISA –la casa editora de EL PAÍS–. Entre anécdotas, se asegura de destacar su propuesta de seguridad, que pasa, entre otras, por desmantelar las bandas con inteligencia e investigación criminal, y no revictimizar a quienes han sufrido algún ataque. “Tenemos que lograr que las mujeres se monten a Transmilenio vestidas como les dé la gana, y nadie las vaya a agredir en nuestra ciudad”, enfatiza en Bésame. ‘Bogotá camina segura’ ha sido uno de sus lemas de campaña.
En la cabina de Radiacktiva, el productor viste por coincidencia una chaqueta roja, y bromea con que se trata de una actividad de cosplay, que se disfrazó del candidato. Galán aprovecha el chiste para recordar que asistió hace pocos días a SOFA, el Salón del Ocio y la Fantasía, una feria de pasatiempos. Ha visitado universidades y estuvo en el festival musical Cordillera, en el parque metropolitano Simón Bolívar, como parte de su envión para apelar a los jóvenes, muchas veces apáticos frente a las elecciones. También hizo una amplia convocatoria a creadores de contenidos digitales que derivó en una veintena de encuentros con todo tipo de influencers y humoristas. Entre ellos, Aliento de Dragón, con cerca de 300.000 seguidores en TikTok, que lo puso a probar un chile con un picante endemoniado. “Casi me muero”, rememora con una mueca de desagrado.
El tiempo se agota, y Galán, el caminante, apura el paso. Desde este lunes, los candidatos no pueden promover eventos públicos ni manifestaciones, por lo que a lo largo del fin de de semana se repartió por varias localidades en un último empujón por convencer a los indecisos que pueden definir la contienda. “No es fácil, obviamente que quisiera ganar en primera vuelta, pero soy consciente de que es muy complejo y estoy preparándome para enfrentar una eventual segunda vuelta”, zanja.
El apellido Galán está tatuado en la memoria colectiva. El Nuevo Liberalismo, que renació hace dos años por una decisión de la Corte Constitucional, tiene ecos históricos. Fue el partido que fundó Luis Carlos Galán, asesinado sobre una tarima de Soacha en la sangrienta campaña para las presidenciales de 1990. Había perdido dos elecciones y su victoria estaba asegurada en el tercer intento. “Le aprendí que las derrotas hacen parte de la formación”, dice el hoy candidato. Suele explicar que, aunque se inspira en el talante de su padre, los votantes esperan soluciones concretas a los problemas de Bogotá. “Procuro ser consecuente con lo que le aprendí, pero espero que voten por mí, por Carlos Fernando”.
Profesional en Servicio Exterior con énfasis en Economía Internacional de la Universidad de Georgetown, estudió Administración Pública en la Universidad Externado de Colombia y en la de Nueva York. Se comenzó a involucrar en el debate público como periodista, un legado de su familia materna. Después fue concejal, secretario de Transparencia en el Gobierno de Juan Manuel Santos y senador, todo mientras militaba con el partido Cambio Radical, del ex vicepresidente Germán Vargas Lleras –que hoy tiene su propio candidato, el general en retiro Jorge Luis Vargas–. Galán se retiró cuando el partido avaló a candidatos cuestionados, y hace cuatro años se lanzó por firmas a la Alcaldía, antes del resurgir del Nuevo Liberalismo. Llegó a presidir el Concejo, pero renunció para incluir su nombre en la lista al Senado del Nuevo Liberalismo, que no alcanzó el umbral.
En total, esta es su sexta campaña. Confiesa que duerme mejor que en las anteriores, con la ayuda de una gotas homeopáticas de pasiflora y valeriana. Si hace cuatro años su hijo Juan Pablo estaba recién nacido y era más difícil descansar, hoy Julieta, de 10, incluso le ha ayudado a repartir volantes. “Obviamente uno está tensionado, con nervios, pero he aprendido un poco a manejar esas situaciones”, comenta sobre su semblante tranquilo.
El ‘Expreso Galán’ suma pasajeros
En la tarde devela el nuevo invitado al ‘Expreso Galán’, el término que han acuñado para anunciar apoyos. El principal compromiso después del debate de Blu es en su sede de campaña para recibir al congresista Juan Carlos Losada, representante por el Partido Liberal que ha abanderado el animalismo y las causas ambientales. “Usted ha demostrado ser hoy la mejor opción para Bogotá”, lo elogia sobre la tarima. Habla de dar un empujón para ganar en primera al recordar la paradoja de que estuvo detrás de la ley para instaurar la segunda vuelta. También menciona la necesidad de cabeza fría y tranquilidad a la hora de controvertir, y cierra con el pedido de revivir el Festival Iberoamericano de Teatro, que equipara al “carnaval de Bogotá”.
Losada es apenas el último de varios apoyos de figuras políticas y de opinión de distintos sectores. Son muchos los que se han puesto la chaqueta roja. Desde Alejandro Gaviria, que fue ministro de Salud de Juan Manuel Santos durante largos años, hasta Cecilia María Vélez, que hizo lo propio en la cartera de Educación con Álvaro Uribe. También se han montado al Expreso Galán la politóloga e internacionalista Sandra Borda, el senador Humberto de la Calle, negociador jefe del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, o Lucho Garzón, el primer alcalde de izquierdas de la capital colombiana, recordado por su política de Bogotá sin hambre, que Galán se propone recuperar.
A Gaviria, que también fue ministro de Educación en el primer gabinete de Petro pero acabó por romper con el Gobierno, lo motivó percibir a Galán como “una especie de reivindicación del centro político”, después del naufragio de la coalición a la que ambos pertenecieron en las presidenciales del año pasado. “Me pareció que estaba habitando el centro político con un poco más de pragmatismo, de razonabilidad”, explica a este periódico. “Lo veo con el coraje de dar algunas peleas necesarias y de llevar a la práctica eso de construir sobre lo construido. En particular dar la pelea del metro, por ejemplo, y tener el valor de enfrentar cierta oposición que va a tener del Gobierno nacional”.
Sandra Borda, que incursionó en la política en la fallida lista al Senado que compartió con Galán, se distanció del Nuevo Liberalismo para regresar a la academia, pero ahora respalda su aspiración a la Alcaldía. “Tanto la derecha como la izquierda han descubierto desde hace rato que hacer política a punta a atizar y azuzar la polarización es muy rentable electoralmente”, valora la politóloga e internacionalista. “Carlos Fernando ha tomado la decisión de transitar el camino mucho más difícil de hacer política a través de propuestas concretas y saliéndose del juego de la polarización”, de hablar casi que técnicamente de lo que necesita la ciudad, sin ataques personales a sus contendientes, apunta. “Él tiene la capacidad de ponerse por encima de las diferencias para escuchar con mucha atención lo que todo el mundo tiene que decir”, destaca.
El día se extingue entre luces y pitos con un par de horas de entrega de volantes en Engativá, una actividad que hace todos los días en distintas localidades, siempre enfundado en la chaqueta roja. “Esa es una de las apuestas principales, entrar en contacto directo con la gente; creo que está dando resultados”, valora Galán, con los folletos en la mano, volcado a la calle. “Los bogotanos necesitan un alcalde que les diga la verdad, que los una, que tenga la capacidad de superar peleas históricas que ha tenido esta ciudad y que convoque al mejor equipo”, asegura a manera de resumen, ya entrada la noche, antes de despedirse.
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