El caso de los ‘Iguana Papers’: el documental de la BBC que señala a Ecopetrol de contaminación

Andrés Olarte se sienta ante las cámaras para contar el momento clave de su vida, cuando pasó de ingeniero de petróleo a activista ambiental. Este colombiano, exiliado en Berlín desde 2019, por varios años guardó en el disco duro de su computador secretos que afectaban a la empresa más grande de su país, la mayoritariamente estatal Ecopetrol. Joven y asesor allí de 2017 a 2019, cercano a la dirección de la petrolera, denuncia que recibió amenazas de muerte poco después de salir de ella, tras cuestionar internamente información confidencial sobre el impacto ambiental de las actividades. “Olarte, no se haga matar”, decía una de las cartas anónimas que recibió, que le advertía no hablar de más. Ecopetrol ha negado tajantemente estar detrás de dichas amenazas. Olarte encontró, pocos años después, dos micrófonos dispuestos a escuchar lo que quienes le amenazaban querían silenciar: primero los de la ONG norteamericana Agencia de Investigación Medioambiental (o EIA, por sus siglas en inglés); luego, los del medio más grande del Reino Unido, la BBC, que acaba de publicar un documental contando su historia.

“Muchas veces, cuando miro hacia atrás, lamento haber hecho esas preguntas” a los jefes de Ecopetrol, dice Olarte a la BBC, en La vida a 50°C: exponiendo el historial tóxico del gigante petrolero en Colombia. Lamenta haber hecho preguntas incómodas porque su familia fue amenazada, y tuvo que exiliarse también por un tiempo.

Olarte hace a Ecopetrol básicamente tres señalamientos: no reportar emisiones de metano (un peligroso gas en gran parte responsable por el calentamiento global), cuando sabía de prácticas no permitidas; contaminar el agua de los humedales del Magdalena Medio colombiano, particularmente cerca a la ciudad de Barrancabermeja; y hacer un seguimiento extensivo a las actividades de los activistas ambientales críticos de Ecopetrol.

En el tema ambiental, Olarte le permitió acceder a EIA y a la BBC a una base de datos a la que tuvo acceso. “Llevaba la cuenta de más de 800 casos de grandes daños medioambientales causados por las operaciones de la compañía, revelando cómo Ecopetrol habría ocultado 170 de estos casos”, dice el documento de la organización ambientalista. La EIA bautizó a esos documentos como los Iguana Papers, ya que la petrolera tiene una iguana como símbolo.

La solidez de las denuncias han pasado la prueba de la oenegé y del medio. EIA trabajó junto a investigadores del centro ambiental Earthworks para ir a las instalaciones de Ecopetrol en Barrancabermeja, en 2023, y grabar las emisiones de gas con una cámara infrarroja. Aparece, dicen, emisiones que “continuaban en docenas de casos, incluyendo múltiples instancias de venteo y quema deficiente en antorcha, cerca de viviendas, mercados locales y escuelas, lo que representan un grave riesgo para la salud de las personas en estas comunidades”.

Felipe Bayón, expresidente de Ecopetrol del 2017 al 2023, dijo a la BBC que una investigación previa de Earthworks sobre esas mismas emisiones buscó que Ecopetrol las redujera. “Empezamos un proceso muy riguroso”, cuenta. “Hubo más de 500 fugas de metano que fueron en su momento corregidas, donde se cambiaron sellos, donde inclusive muchos de esos tanques salieron de servicios”. En 2023, EIA vio que aún había emanaciones. “Expertos dijeron a la BBC que estos videos muestran un venteo rutinario”, dice el documental. “Puede que haya temas que todavía deban ser resueltos”, respondió Bayón. La empresa contestó a la BBC, por escrito, que sigue comprometida a reducir sus emisiones de gas metano.

Luego está el tema de los humedales. Olarte dice que en 2017, en una investigación interna, alertó al entonces presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, de la contaminación en el agua en pantanos cercanos a la refinería de Barrancabermeja, por un mal manejo. Según Olarte, el también exministro ignoró la información. Este último, en respuesta a la BBC, “niega que la empresa se haya desviado de sus altos estándares éticos, legales y ambientales” en la época.

EIA, por su lado, se alió con investigadores de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cartagena para hacer un análisis toxicológico del agua en las zonas mencionadas por Olarte. Encontró, cuenta un informe, “elementos altamente tóxicos, entre ellos hidrocarburos aromáticos policíclicos y metales pesados”. La BBC, por su lado, viajó a una de las áreas marcadas como contaminadas en la base de datos de los Iguana Papers, y entrevistó a un grupo de pescadores que mide, con ayuda del estatal Instituto Humboldt, esos mismos metales pesados. “En estos momentos, aquí en Caño Rosario, está realmente dentro de los metales pesados, están bastante alterados”, le dice a la BBC una de las pescadoras, mirando unas tiras que se marcan de colores ante la presencia de esos materiales. La única fuente cercana de esos metales es Ecopetrol.

El estudio del Humboldt, que conoció la BBC, dice que dos tercios de los humedales cercanos a la refinería tenían un alto número de metales pesados, que no solo degradan la vegetación sino que ponen en riesgo la vida animal.

El medio británico también visitó el terreno del agricultor Wilson Valencia, en la zona de humedales y que tiene aguas subterráneas contaminadas, y entrevistó a un médico pediatra, Yesid Blanco, quien asegura que en la sala de neonatos que atendía en Barrancabermeja se veía, en los recién nacidos, enfermedades que podrían estar ligados a la exposición exagerada de metales pesados. Tanto Valencia como Blanco han recibido amenazas de muerte en el pasado por sus denuncias contra Ecopetrol. Frente a ello, la empresa reitera que ha respetado siempre los derechos humanos de los activistas.

Ecopetrol también ha respondido extensamente tanto a la BBC como a la ONG ambiental sobre las acusaciones de contaminación, y asegura que no ha actuado de forma ilegal, que tiene prácticas de industria sustentable y que 98% de los problemas ambientales identificados en 2018 ya se han resuelto.