La dimensión global de la hoja de ruta de la Policía Nacional de Colombia
El director general de la Policía, William Salamanca, hace un recuento de los recientes logros de la institución y de su hoja de ruta para los próximos años
El 28 de noviembre del año 2050, cuando el director o la directora general de la Policía Nacional de Colombia abra la carta que 26 años atrás le escribimos, conocerá los pormenores del plan estratégico consolidado en 2024 para proyectar al futuro una institución que es patrimonio de los colombianos, con un gran renombre internacional.
Hoy compartimos con el mundo las acciones que venimos liderando para cimentar una transformación institucional que, según las propias Naciones Unidas, rara vez ocurre en una institución del Estado y cuyos avances en materia de derechos humanos son ejemplo digno de emular por otros países.
La Policía Nacional de Colombia ha sido galardonada este año por la Asociación Internacional de Jefes de Policía (IACP) como la mejor del planeta en materia de protección del medio ambiente y el mismo gobierno de Estados Unidos la acaba de incluir en el top 10 de los Campeones del Mundo contra la Corrupción.
La hoja de ruta está consignada en la Estrategia Integral de Seguridad, con énfasis en convivencia y cambio climático, alineada con el enfoque global de seguridad humana y las políticas del Gobierno de Colombia, la cual contempla cuatro horizontes: seguridad ciudadana urbana, seguridad rural, investigación criminal, inteligencia y contrainteligencia, y cooperación interinstitucional e internacional.
En materia de seguridad ciudadana urbana, la convertimos en prioridad nacional, para lo cual se creó el nuevo modelo del servicio de policía, estrategia que se caracteriza por estar orientada a las personas y los territorios, por ser focalizada, diferencial y flexible, y por trabajar bajo el principio de la corresponsabilidad, a través del trinomio de la seguridad: comunidad, autoridades político-administrativas y policía.
En alianza con alcaldes y gobernadores revivimos la policía comunitaria, y en 2025 convertiremos los Comandos de Atención Inmediata (CAI) en el punto de encuentro con la comunidad y las demás autoridades locales para trazar, juntos, planes que nos permitan solucionar esos pequeños problemas que afectan la convivencia cotidiana y redoblar esfuerzos para ser más contundentes contra el delito.
Para cuidar a 26 millones de mujeres colombianas, en desarrollo de la Estrategia de Atención a Mujer, Familia y Género, diseñamos el plan Caballero púrpura, mediante el cual se encargará a todos los policías de la patria como protectores de la mujer.
Además, para cuidar a nuestros niños, niñas y adolescentes, en consolidación de la estrategia Patrulla de Atención para la Infancia Segura (PAIS), lanzaremos el Plan Pescador, conformado por un equipo de policías virtuales que perseguirán en las redes sociales a reclutadores de menores de edad que buscan involucrarlos en el conflicto interno, pederastas y demás depredadores sexuales.
En materia de seguridad rural, el hecho más relevante este año lo constituyó la creación de la Policía del agua, lanzada en la ciudad de Cali, en el marco de la COP-16, evento de talla mundial que se caracterizó por ser uno de los más concurridos de la historia, protegido por 10.000 de nuestros policías. En la COP-16 también compartimos con el mundo una investigación científica liderada por la Policía Nacional y la academia que, por primera vez, nos permitirá destruir de manera biodegradable la cocaína incautada, mediante el uso de biotecnología.
Con anterioridad habíamos puesto en marcha la primera flotilla contra incendios, adaptando helicópteros Black Hawk y aviones de fumigación de cultivos ilícitos, y comenzado la construcción del Centro Integrado Transnacional para el Control de Delitos Ambientales en la Amazonía, con el apoyo de Estados Unidos.
Con miras al año 2025, la nueva Policía del agua acaba de estructurar el Plan Amarú, para iniciar la descontaminación de afluentes hídricos en todo el país, acción que se sumará a la construcción de nuevos pozos de agua en el desierto de La Guajira, en el norte de Colombia, hogar de miles de indígenas a quienes ya les entregamos los dos primeros reservorios.
En materia de investigación criminal, inteligencia y contrainteligencia, uno de los hechos más destacables lo constituyó la identificación de 170 narcos invisibles, denominación que les dimos a cabecillas internacionales del narcotráfico que posaban de prósperos empresarios y se movían en todas las esferas sociales mientras inundaban de cocaína el mundo. En solo este año hemos capturado a 42 y ya iniciamos la segunda fase, dirigida a identificar otros actores criminales que incluso tienen nexos directos con las mafias de Italia y los Balcanes.
Para perseguir sus emporios económicos nos aprestamos a crear el área de finanzas criminales dentro de la institución, que compromete a 700 investigadores.
Y como somos conscientes de que el crimen organizado cada vez es más sofisticado y transnacional, convocamos el Primer Encuentro de Directores de Policía de América Latina y trazamos una hoja de ruta común, que ya nos ha permitido asestarle golpes contundentes a organizaciones criminales transnacionales tan peligrosas como El Tren de Aragua, a la cual le hemos capturado sus principales cabecillas, como Satanás, Larry Changa, Toño, Jeison Comino, Salomón y, recientemente, Bobby; este último, responsable de docenas de crímenes en Chile.
Este tipo de operaciones las vamos a arreciar a partir del 15 de enero, cuando asumamos la presidencia de la Comunidad de Policías de América (Ameripol), para enfrentar fenómenos continentales como el tráfico de armas y explosivos, la extorsión, la migración irregular y el ciberdelito, entre otros.
Y, precisamente, la cooperación interinstitucional e internacional la estamos consolidando a tal nivel que las sedes de la Policía Nacional se convirtieron en punto de encuentro con todas las instancias del Estado colombiano y líderes de los cinco continentes, en especial de las agencias y pares comprometidos en la lucha contra el crimen, como Europol, Interpol, la Policía Nacional de España y la Guardia Civil.
Adicionalmente, Interpol escogió a Colombia como sede de su Primera Escuela Mundial, dirigida a formar los investigadores del futuro, y comenzamos un proceso de expansión de agregadurías en Europa y Asia, iniciando en Alemania, Portugal, Australia, Bélgica, Turquía y Emiratos Árabes.
Y, con el propósito de contar con el mejor de los aliados estratégicos nacionales, llevamos a cabo un histórico encuentro con la Fiscalía General de la Nación, que involucró a 300 funcionarios del nivel directivo del ente acusador y el alto mando de la Policía Nacional, el cual culminó con la estructuración de una agenda común que une las capacidades de 200.000 servidores públicos para prevenir y combatir la criminalidad de todo origen.
Con esta hoja de ruta la Policía Nacional de Colombia busca contribuir a forjar un mundo más seguro y señalar un camino de futuro en la construcción de la policía global. La democracia es condición indispensable para la seguridad, y la seguridad no existe si no respeta los principios y valores de la democracia.
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