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Bogotá vuelve al racionamiento diario de agua y prepara medidas más restrictivas ante una mayor emergencia

A partir del 29 de septiembre la ciudad regresa al esquema que operó hasta junio. La Alcaldía prepara recortes más estrictos, ante la caída sostenida de los niveles del Sistema Chingaza

Racionamiento de agua en Bogotá
Una mujer llena una cubeta con agua durante el racionamiento impuesto por la alcaldía de Bogotá en el barrio Marsella, en abril de 2024.Natalia Pedraza Bravo
Ana Puentes

Bogotá vuelve al racionamiento diario de agua para enfrentar la crisis hídrica. A partir del domingo 29 de septiembre, la capital volverá al sistema de turnos de cada nueve días que funcionó entre abril y junio de este año, y que luego se flexibilizó por un ciclo de cada 18 días. La medida ha sido anunciada este viernes por el alcalde, Carlos Fernando Galán, quien ha explicado que busca ralentizar el descenso de los niveles del embalse de Chuza, la principal fuente de agua de la ciudad. Es la mayor de las dos presas del Sistema Chingaza, que provee el 70% del agua que consumen la capital y 11 municipios vecinos.

Actualmente, Chuza está a un 36,19% de su capacidad y el Sistema Chingaza, que suma este embalse, el de San Rafael y otras infraestructuras más pequeñas, está al 45,22%. En abril, la expectativa era que cuando cerrara el año estuviera al 75%, para así tener el agua suficiente para enfrentar la temporada seca de inicios de todos los años, que se prevé que vaya de enero a abril. Pero no llegaron las lluvias en julio, ni en agosto ni en septiembre y las reservas de agua en el páramo no hicieron más sino descender. “Este es el año más seco que hemos visto desde 1995, que fue el año más seco en el Sistema Chingaza en los registros históricos”, advirtió el alcalde este viernes en una rueda de prensa y agregó que la única manera que tiene el Sistema de subir sus niveles es con precipitaciones. “Los ahorros solo permiten que la velocidad en que vaya cayendo el nivel sea más lenta, es decir, que dure más tiempo el agua”, afirmó el mandatario local.

El Distrito, junto a la Empresa de Acueducto de Bogotá, además, prepara un decreto con medidas adicionales que empezarían a aplicarse el mismo 29 de septiembre. Prohibirá, por ejemplo, usar agua potable para lavar fachadas, parqueaderos o regar jardines, y también restringirá el llenado de tanques ornamentales. “Esto solo se podrá hacer con agua reciclada o con agua lluvia”, precisó Galán. Los ciudadanos que incumplan se enfrentarán a sanciones, que irán desde amonestaciones y multas hasta la suspensión de actividades en el caso de los comercios. El borrador de decreto se publicará “en los próximos días” en la aplicación Legal Bog, para que los ciudadanos puedan hacer comentarios y sugerir ideas adicionales.

Más allá de las medidas que se implementarán en 10 días, Bogotá se prepara para un escenario aún peor. Si el nivel del Sistema Chingaza llega al 36%, situación que la Alcaldía ha llamado el ‘Día Cero’, activará un plan de mayor ajuste. Este no está definido aún pero, de acuerdo con la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, podría implicar tener dos turnos de racionamiento por día y mayores limitaciones. Mientras tanto, el gobierno distrital implementará otras acciones, como el cierre de los senderos operados por el Acueducto en los cerros orientales –como La Vieja y Santa Ana La Aguadora, frecuentados por los senderistas– para reducir el riesgo de incendios y el consiguiente gasto de agua para apagarlos. También estudia programas de incentivo al ahorro y de desincentivo al gasto excesivo.

Vecinos de La Calera hacen cola para recoger agua de un camión durante el racionamiento de agua en Bogotá, en abril de 2024.
Vecinos de La Calera hacen cola para recoger agua de un camión durante el racionamiento de agua en Bogotá, en abril de 2024. Fernando Vergara (AP)

Frente al desincentivo, aún no hay noticias de la resolución de la Comisión Reguladora de Agua Potable (CRA), entidad nacional que hace poco más de una semana anunció que reducirá los topes de consumo a partir de los cuales los ciudadanos deben pagar un sobreprecio. Actualmente, la tarifa básica se aplica a un consumo mensual de hasta 22 metros cúbicos, pero la resolución de la CRA permitirá al Acueducto bajar ese umbral a 12 metros cúbicos para los estratos socioeconómicos 1 a 4 — los niveles bajos y medios de la clasificación estándar del país para cobrar los servicios públicos — y a 9 metros cúbicos para los estratos 5 y 6.

El objetivo de reducir esos topes y de diferenciarlos por estrato, según explicó en ese momento la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, es evitar que Chingaza cierre el año con niveles insuficientes para enfrentar la temporada seca de 2025. Aunque la idea era aplicarlos a partir de octubre, la gerente del Acueducto ha explicado este viernes que no se alcanzará. Eso dado que la empresa hace una facturación bimestral y que la CRA ha tardado en publicar el documento y oficializar así su determinación.

No solo Bogotá está al tanto de lo que suceda con el abastecimiento hídrico. Minutos antes de que el Distrito anunciara las medidas, que ya se sabía que apuntarían a un racionamiento más estricto, el presidente Gustavo Petro criticó el plan de Galán a través de su cuenta de X. “No se ha entendido la causa de la reducción del agua en Bogotá y no se toman las medidas del caso”, tuiteó Petro, quien mantiene una relación tensa con el alcalde. El mandatario nacional, quien dirigió la capital entre 2012 y 2015, propuso una serie de medidas, como captar más agua del río Bogotá.

Esta es, precisamente, una de las soluciones en las que trabaja el Acueducto. Están en marcha obras para mejorar el llamado Agregado Norte, un conjunto de infraestructuras que toman agua del río Bogotá y que provee el 25% del agua de la urbe. El plan incluye la optimización y modernización de la planta de tratamiento Tibitoc, para que aumente su capacidad de procesamiento de los 4,6 metros cúbicos por segundo que tenía a inicios de año hasta 10,5 —hoy ya ha subido a los 8 metros cúbicos por segundo.

Para aprovechar esa ampliación, Bogotá debe conseguir que la autoridad ambiental, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), le autorice captar más agua del río y, según informó el diario El Tiempo, la CAR no los daría, por ahora. “La respuesta hoy sería no podemos. Ya la oferta está equilibrada con la demanda y, si yo doy un metro más, tengo que dejar a otros usuarios sin agua, cosa que es muy complicada”, le respondió el gerente de la CAR, Alfred Ballesteros, a El Tiempo. La gerente del Acueducto reconoció a EL PAÍS que aún no ha presentado formalmente la solicitud, pero que está preparando el documento para “radicarlo en las próximas semanas”.

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