La menopausia, el ciclo que exige más atención y menos tabúes
En Colombia, el aumento de mujeres mayores y de su esperanza de vida amplían la conversación sobre la menopausia
Cerca de 9 millones de mujeres en Colombia, con 45 años o más, están alrededor de la menopausia o han pasado por ella. Es el 17% del total de la población de 52,6 millones de habitantes que tiene el país. Pese a estas cifras, la menopausia está más marcada por estereotipos que por la atención que merece. “Cada una de nosotras experimenta la llegada de la menopausia de formas muy diversas: unas apenas la notan; otras sufren unas transformaciones, y algunas, como yo, pasamos por el periplo completo. Me di cuenta que la información era escasa y que nadie quiere hablar con tranquilidad de este asunto”, expresa la politóloga e internacionalista Sandra Borda en una publicación en su blog, con aires de desahogo.
Borda, alta consejera para las relaciones internacionales de la Alcaldía de Bogotá, empezó a enfrentar los síntomas de manera inesperada por cuenta de una histerectomía que le practicaron para extirparle el útero. “Después de semanas, ya estaba en medio de unos calores nocturnos insoportables, se me caía el pelo a manotadas, empecé a dormir terriblemente mal, me cambió el genio, gané peso y en general, mi relación con mi cuerpo se convirtió en una tortura”, recuerda. Mientras atravesaba las alteraciones, no se animó a llamar a alguien para comentar lo que vivía. “Debo confesar que sentí vergüenza. En menos de un mes, ya no era la mujer que había sido por más de 40 años. Me desconocía por completo y sentía que ya no había vuelta atrás… Nada, absolutamente nada en la vida, me preparó para lo que me estaba pasando”, agrega la mujer de 50 años.
La menopausia marca el final de los años reproductivos de las mujeres. Generalmente llega con cambios en la regularidad del ciclo menstrual que terminan en una interrupción definitiva del periodo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de mujeres en el mundo experimentan la menopausia entre los 45 y los 55 años de edad “como un episodio natural fruto del envejecimiento biológico”. Algunas se enfrentan a la menopausia prematura, a edades más tempranas, incluso antes de los 40 años.
La OMS advierte que, en la mayoría de países, el acceso a la información y los servicios sanitarios de calidad para la atención a la menopausia siguen siendo deficientes. “Es posible que las mujeres no sepan que los síntomas que experimentan están relacionados con la menopausia, o que existen opciones de asesoramiento y tratamiento que pueden ayudar a aliviar las molestias”, señala la organización.
Especialistas colombianos como Germán Barón, ginecólogo endocrinólogo, reconocen esa realidad en el plano nacional. “La frase de cajón más fácil de decirle a una mujer es: ‘aguante que eso se le quita’”, cuestiona. “Estamos muy atrás, estamos haciendo cosas que se hacían hace 20 años. Para muchos médicos el concepto no ha cambiado, no se les da importancia a todas las molestias que atraviesa una mujer, ni a la prevención hacia el futuro. Menos del 4% de las mujeres mayores de 50 años acceden a tratamientos como terapias de reemplazo hormonal por falta de orientación o conocimiento”, apunta. Una revisión científica publicada en la revista Cell advierte que más del 85% de las mujeres con síntomas menopáusicos no reciben un tratamiento eficaz.
Borda coincide en que una de las mayores complicaciones radica en tener que soportar los síntomas sin conocer las alternativas médicas, ni contar con acompañamiento profesional: “El gran problema es que estamos muy solas y, a menos que uno sepa qué tiene que buscar y dónde lo tiene que buscar, no existe iniciativa por parte del cuerpo médico para decirles a las mujeres: “estas son las alternativas que tienen por delante” “. A esto se suma que no todas las mujeres cuentan con las mismas condiciones para acceder a medicamentos o servicios que no estén contemplados en el Plan Obligatorio de Salud. “Sobrellevar médicamente la menopausia a través de reemplazo hormonal o cualquier otra alternativa es un lujo médico, no lo conocen todas las mujeres, ni están disponibles para todas. Muchas son tremendamente caras. Las drogas, sean inyecciones o parches, se están volviendo cada vez más difíciles de conseguir en Colombia”, reclama la politóloga.
Para Bibiana Moreno, ginecóloga de 34 años, el sistema de salud debe ofrecer un manejo integral que ayude a las mujeres a afrontar cambios físicos y psicológicos. “Es importante que participen especialistas en educación sexual y reproductiva que ayuden a las mujeres a redescubrirse y basarse en una buena comunicación con su pareja. También un acompañamiento psicológico por el impacto en la autoaceptación y el autoreconocimiento de las mujeres. Muchas lo ven como: “hasta aquí llegué yo”. No se perciben como mujeres atractivas o sexualmente activas”, afirma la profesional.
El abordaje de la menopausia en Colombia cobra mayor importancia cuando la pirámide poblacional se está invirtiendo con el aumento de edad de la población y se presentan cambios en la expectativa de vida. Según cifras del Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), en 2005 las mujeres de 60 años o más conformaban el 9% del total de población femenina. En 2024 corresponden al 16% y en 2035, si se mantienen las proyecciones, serían el 21%. Entre tanto, la esperanza de vida crece, especialmente, entre las mujeres. Actualmente es de 80,2 años, 10,7 años más que hace casi cuatro décadas cuando la esperanza de vida era de 69,5 años.
Ante ese panorama, los expertos admiten que Colombia requiere más profesionales formados en la atención de las personas mayores, incluidas las mujeres. “En nuestra área ya vemos que la natalidad ha disminuido de forma importante y tenemos más pacientes en esa fase de vida de la mujer de la que poco sabemos. Nos estamos quedando cortos. En las escuelas de medicina y posgrados no se aborda con mucha profundidad. Los especialistas tenemos que hacer diplomados o maestrías para ampliar el conocimiento”, precisa Moreno.
La presidenta de la Asociación Colombiana de Menopausia, la ginecóloga y obstreta Janire Buelvas, también opina que es necesario capacitar al personal médico sobre los servicios y tratamientos disponibles. “Debe haber educación a los médicos y a las pacientes en cuanto a perder el temor. Hubo estudios que se hicieron hace un tiempo con los que se creyó que a las mujeres no se les podía medicar terapia hormonal de reemplazo porque aumentaba el riesgo de cáncer y los estudios actuales han demostrado que no es así. Puede hacerse sin temor con un buen seguimiento y control”, aclara.
Romper tabúes
El silencio y la soledad son enemigos frecuentes de las mujeres en este ciclo de la vida. Yolanda Ruiz, periodista de 59 años y columnista de este diario, considera que hay que hablar de la menopausia para tratar de combatir estereotipos, tumbar barreras y discriminación hacia las mujeres mayores. “Resulta increíble que un proceso que es natural y al que nos enfrentamos ni más ni menos que la mitad de la población del planeta siga siendo todavía un asunto del que cuesta trabajo hablar en voz alta”. Ruiz acaba de lanzar el podcast “Menopáusicas ¡y qué!”, un espacio de conversación, junto a su colega María Elvira Samper, con otras mujeres que atraviesan o han atravesado esa etapa.
“Las mujeres no tenemos fecha de vencimiento. La vida sigue, hay proyectos, comienzan nuevos retos, esto no es un tema solamente para las mujeres, sino también para los hombres y la sociedad en su conjunto, para mirar de otra manera el proceso de envejecimiento. Se vive de manera distinta, pero no significa que ser viejo, o menopáusicas en el caso de las mujeres, sea un defecto”, agrega Ruiz.
Samper, de 77 años, cuestiona: “la gente cree que somos como una lata de atún, que hay que mirar por detrás y dice vence tal día a tal hora, no. No vencemos nunca, así estemos menopáusicas o posmenopáusicas. La menopausia es una etapa inescapable de la vida de las mujeres. Queramos o no es tan inescapable como pagar impuestos, pasar por la pubertad. Es una etapa que necesitamos vivir acompañadas y que es tan inevitable como la muerte”.
El apoyo familiar es fundamental, dice Barón, el ginecólogo. “La mujer necesita una adecuada red de apoyo en cualquier etapa de la vida. Primero que todo, su familia, su esposo, sus hijos, el mismo sistema de salud. Es fundamental que el hombre entienda por qué está pasando la mujer en vez de criticarla y decirle que está menopáusica”, declara.
“Parte de lo que nos enfrentamos es a que se considere que la llegada de la menopausia es como el fin de la feminidad, es el periodo que marca el fin de ser mujer y eso no es cierto desde ningún punto de vista”, concluye Borda. La menopausia puede ofrecer una oportunidad para replantear la salud, los objetivos y el estilo de vida, subrayan los especialistas. “No es una enfermedad, es una etapa de la vida”, puntualiza Buelvas.
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