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El presidente del Congreso escala la pelea contra Petro y aplaza, de nuevo, el debate de la reforma pensional

Iván Name levantó la plenaria del Senado en protesta por los señalamientos del presidente de la República a los congresistas que hundieron la reforma a la salud

Gustavo Petro e Iván Name.
Gustavo Petro e Iván Name.Getty / El País
Juan Miguel Hernández Bonilla

La pelea entre el presidente del Congreso, Iván Name, y el presidente de la República, Gustavo Petro, ha llegado a su punto más álgido. El desencuentro entre las cabezas del Ejecutivo y el Legislativo cada día se pone peor y amenaza un choque entre los dos poderes, en el que las tres grandes reformas sociales del Gobierno siguen siendo las principales afectadas. En la tarde de este miércoles, Name decidió levantar de manera unilateral y sorpresiva la sesión de la plenaria del Senado en la que se iba a discutir el proyecto de ley para cambiar el régimen de pensiones. Lo hizo en “protesta” por los señalamientos de Petro en contra de los senadores que la semana pasada hundieron la reforma a la salud.

Es inadmisible la afirmación del señor presidente Petro, según la cual la Comisión Séptima del Senado de la República decidió el archivo del proyecto de ley de reforma a la salud bajo influencias ilegales y corruptas”, dijo el senador de la Alianza Verde desde el atril de la mesa directiva del Senado. El presidente del Congreso, que si bien es de un partido formalmente oficialista, se ha enfrentado varias veces con Petro, siguió leyendo en tono amenazante: “Las injuriosas y calumniosas declaraciones del presidente atentan contra la dignidad que ostentan todos los miembros de esta célula legislativa”. Muchos senadores golpearon sus mesas de madera en señal de aprobación. Name continuó: “Seguir subiendo el tono en contra de nuestros congresistas y la institución del Congreso solo contribuye al deterioro de las armónicas relaciones entre las ramas del poder público”.

Name afirmó que el Congreso seguirá legislando con libertad, dejó entrever que está dispuesto a llegar a consensos y volvió a su puesto como presidente de la corporación. Sin embargo, cuando debía continuar con el debate, insistió en los reproches a Petro: “Nuestra insatisfacción por ese trato inadecuado. En señal de protesta levanto la sesión y cito para el próximo lunes”, dijo el senador que ocupa la presidencia desde agosto, y se retiró del lugar. La bancada de Gobierno rechazó la decisión, pero no había nada que hacer. Muchos senadores de los partidos de la oposición, que el año pasado eligieron a Name, apoyaron la suspensión del debate y salieron inmediatamente.

Una vez más, el trámite de la reforma pensional se ve afectado por factores ajenos al contenido del proyecto. De las tres grandes reformas, esta es la que más consenso tiene en el legislativo; la de salud ya se hundió y la laboral sigue estancada en el primer debate en la Cámara de Representantes. La mayoría de senadores está de acuerdo en que el cambio al esquema pensional de pilares propuesto por el Gobierno es adecuado. La principal diferencia está en el umbral de ingresos a partir del cual las cotizaciones pasarían de ir al Estado a los fondos privados. La reforma del Petro sugiere que sea a partir de tres salarios mínimos, y la ponencia alternativa dice que sea después de un salario y medio.

Hace unas semanas no se pudo discutir la pensional porque la plenaria se dedicó a rechazar la idea de la asamblea nacional constituyente propuesta por Petro. Días antes, la oposición había logrado descompletar el cuórum necesario para las votaciones y aplazar varios debates. Ahora, la reforma liderada por la ministra del trabajo, Gloria Inés Ramírez, perdió una semana adicional y solo volverá a ser discutida el próximo lunes. Con esto, el proyecto de ley más importante que le queda al Gobierno, después de naufragio de la reforma a la salud, tiene el tiempo muy justo para no hundirse. Deberá ser aprobado en la plenaria del Senado, y después lograr las mayorías en dos debates en la Cámara de Representantes, primero en la Comisión Séptima y luego en la plenaria. Todo eso en menos de tres meses, antes del 20 de junio. El senador Ariel Ávila escribió en su cuenta de X, que con esta decisión la reforma queda en la cuerda floja. “No es ningún acto de protesta, sino una estrategia de dilación para hundir la reforma pensional porque los tiempos no dan, si no se aprueba la próxima semana, no habrá reforma”.

Minutos después de la decisión de Name de levantar la plenaria, el presidente Petro respondió a través de las redes sociales. “Siempre la mayoría del Senado puede apelar la decisión del presidente del Senado si el presidente sabotea la reforma pensional; el sabotaje ocurre porque la mayoría del Senado quiere hundir la reforma pensional; es decir que no quieren que reciban un bono pensional digno los ancianos y ancianas que trabajan en las calles y se mueren de tristeza por la indolencia de la sociedad”, escribió en un mensaje en su cuenta de X.

El presidente aprovechó para atacar de nuevo a los senadores, en un tono similar al que usó la semana pasada al acusarlos de hundir la reforma a la salud para favorecer a multinacionales y empresas del sector: “Prefieren que los dos grandes banqueros del país sean más ricos, no les importa los millones de viejos en las calles que podrían ser sus padres. Salen a las calles a defender banqueros y no a defender a nuestros abuelos colectivos que trabajaron por la Patria y nuestras vidas”.

La senadora del Pacto Histórico María Jose Pizarro, también rechazó la decisión de Name. “El presidente del Senado no puede hacer de sus diferencias políticas con el Presidente, una excusa para evitar que el Senado trabaje. Su intervención no representa al conjunto de la Corporación y menos su decisión de levantar la sesión, con esto, el país no avanza”. Pizarro, que es la vicepresidente del Senado, le insistió en los reclamos: “Hoy no cumplió con su compromiso de brindar garantías a todos los sectores. No pierde el gobierno, pierden los millones de adultos mayores que no tienen ningún apoyo del Estado luego de trabajar toda su vida. Pierde también el Congreso que cada vez se ve más ajeno a la vida cotidiana de las personas que necesitan respuesta de quienes hacemos política”.

En la oposición, sin embargo, celebraron la decisión de Name. La senadora Paloma Valencia, del derechista Centro Democrático, expresó su apoyo al presidente del Congreso. “Se levanta la sesión del Senado, pues no se aceptan las ofensas de Petro al Congreso. Muy bien el presidente Iván Name”. Miguel Uribe, también del partido uribista, habló en el mismo sentido: “Estar en contra de las malas y nocivas iniciativas de Gustavo Petro no nos convierte en delincuentes, sino que, por el contrario, garantiza que Colombia se salve de su pésimo gobierno. No haremos plenaria. Mi respaldo a la medida de protesta del presidente del Senado, Iván Name, por las mentiras y ataques de Petro contra el Congreso”.

El presidente de la Cámara de Representantes, Andrés Callé, que ha tenido varios desencuentros recientes con Name y apoya a Petro, criticó la decisión y acusó de mezquino a Name: “El Presidente del Senado no entiende que su arrebato de ira no es contra el Gobierno de Petro. De su berrinche, los únicos afectados son los viejos que viven en miseria e incertidumbre. Hay que ser muy mezquino para actuar de esa manera; suspendió la sesión y la democracia”. Ahora, solo queda esperar a que el presidente del Congreso decida volver a agendar la reforma pensional en el orden del día de la plenaria del Senado. El gobierno espera que no sea demasiado tarde.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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