Censura, autocensura y otros demonios en RTVC

Ningún país es un paraíso. Ningún ser humano es perfecto. No hay gobiernos prodigiosos. Comienzo con estas premisas básicas que ojalá todos fuéramos capaces de entender para no perdernos en la nebulosa del dañino fanatismo que enceguece como lo hacen las mentiras.

Los medios públicos, lo dije hace algunas semanas, no son medios de comunicación de un gobierno, sino de los ciudadanos. Por ende, los medios públicos no deberían convertirse en canales para promover de manera propagandística y unívoca las ideas de un gobierno particular, sino en garantes del derecho a la información de todo un país entendiendo y reflejando la diversidad de puntos de vista que un asunto cualquiera pueda generar. Claro está: todo esto enmarcado en la Constitución y el respeto a los derechos humanos.

Lamentablemente, este principio que no me inventé yo, sino que es columna vertebral de la Guía Editorial de la BBC (marca insignia de los medios públicos del planeta), viene siendo violada de manera innegable por la actual dirección de la Radio Televisión Nacional de Colombia.

Dice el manual de la BBC que la libertad de expresión es aquella que permite el intercambio de información e ideas sin la interferencia del Estado. Esto a su vez anima el debate público, alentando la curiosidad y la opinión crítica. ¿Hubo intercambio de ideas ayer en la emisión del programa Señal de la Mañana cuando invitaron únicamente a un panelista para condenar la lentitud de la Corte Suprema en la elección de Fiscal? ¿Hubo debate público si sólo se escuchó una visión de los hechos y nadie habló defendiendo a la Corte?

Dice el manual de la BBC que sus medios deben trabajar por el interés público ofreciendo información que permita a la población a comprender mejor y tomar mejores decisiones en asuntos de importancia general, evitando ser engañados por personas u organizaciones. ¿Esto se cumplió cuando hace un par de días en consejo editorial decidieron en uno de los medios de RTVC no hablar de la carta que los medallistas olímpicos le enviaron al presidente pidiendo apoyo al sector? ¿Se acalló un grupo representativo de colombianos?

Dice el manual de la BBC que ante hechos controversiales se debe garantizar un amplio rango de visiones y perspectivas, más aún cuando la controversia está viva. ¿Pasó esto cuando hace dos días en la emisión central de Noticias RTVC (siete de la noche) no se reportó respecto a las marchas de la oposición sino la condenable agresión a un periodista de los medios públicos?

Luego de hablar con varios reporteros de los medios de RTVC y recibir un relato sobre lo que viene ocurriendo en los consejos de redacción es claro que el miedo reina. El futuro de sus contratos está en entredicho. De hecho, durante semanas en RTVC defendieron a Olmedo López y sus carrotanques hasta que el presidente le soltó la mano. El caso de corrupción era propuesto por los periodistas, pero no se abría el espacio por decisión editorial.

Dice el manual de la BBC que como medios públicos financiados por los ciudadanos tienen una obligación de rendir cuentas y mantener el esfuerzo de equilibrio cuando ellos sean epicentro de la noticia. ¿Ha pasado eso en los últimos días?

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