Las dudas que deja el desplome del 44% de las utilidades de Ecopetrol
La caída del precio internacional del crudo es tan solo uno de los argumentos a la hora de buscar respuestas para explicar el bajonazo en el rendimiento de la petrolera de mayoría estatal
Algo no anda del todo bien en Ecopetrol. La empresa petrolera de mayoría estatal colombiana tuvo en los primeros nueve meses de este año un desplome del 44,1% en sus ganancias. Una cifra atribuida desde la compañía a factores como el bajonazo en el precio internacional del crudo (64%), la valorización del peso frente al dólar (28%), o el aumento de los impuestos (15%). Por encima de esas explicaciones, sin embargo, algunos analistas del sector llaman la atención sobre la ausencia de ciertos detalles que ayudarían a armar mejor el rompecabezas.
Visto en perspectiva, asegura la analista de renta variable en Itaú Valeria Álvarez, el balance de la compañía hasta septiembre ha sido neutro. Subraya que la caída en las utilidades está jalonada por el alza de los impuestos, que aumentaron del 32,8% en el tercer trimestre del año pasado al 47% en el mismo periodo de 2023. Una carga plomiza que se deriva de la reforma tributaria aprobada en noviembre del año pasado.
Desde la compañía han confirmado que el mayor peso fiscal lo han ejercido la nueva sobretasa a los hidrocarburos y la eliminación de la deducibilidad de las regalías. Pero, tras revisar las cifras con detenimiento, el académico de la Universidad de los Andes Sergio Cabrales encuentra más de un punto ciego: “En la provisión de impuestos a la ganancia, al menos para este trimestre, no se ve un aumento significativo con respeto al mismo periodo del año pasado”.
No obstante, sí detecta variaciones llamativas en asuntos operacionales: “Aumentan un 700% los gastos exploratorios. Eso es, más o menos, un billón de pesos en gastos nuevos que dejan muchas preguntas. ¿Por qué estamos incrementando los gastos operacionales en un contexto de bajada en los precios internacionales?”.
César Loza, presidente de la Unión Sindical Obrera, el principal sindicato, recuerda que a raíz de la invasión rusa a Ucrania, el barril de Brent llegó a cotizarse en 120 dólares durante el tercer trimestre de 2022. El promedio de este año, a pesar de que en julio legó a 110, bordea los 85 dólares. “Con todo”, prosigue Loza, “los aportes de Ecopetrol al país siguen siendo significativos”. El incremento del 2,8% en la producción de barriles en lo que va de año es uno de los puntos positivos que ha sostenido con aliento la operación. Se trata, según Ecopetrol, de la cifra más alta de 2015, espoleada por la cuota de los campos Rubiales y Caño Sur, ambos en el departamento del Meta.
“La producción fue supremamente buena, las cargas en las refinerías permitieron que la venta de otros productos fuera mayor e, incluso, al negocio de transporte le fue muy bien”, indica Valeria Álvarez, de Itaú. Sergio Cabrales, sin embargo, estima “sorpresivo” que la mayor parte de la producción de barriles diarios hoy provenga del campo Permian, en la frontera entre Nuevo México y Texas. “El único factor diferencial que está apalancando la producción de crudo de la empresa es el fracking en Estados Unidos. No sé si sea un cambio estratégico, pero me genera muchas preguntas a futuro”.
Por otra parte, el agujero financiero causado por el subsidio a la gasolina englobado dentro del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles se ha convertido en la gran urgencia para Ecopetrol y su mayor accionista, el Estado colombiano. Ecopetrol es quien recibe menos ingresos por sus ventas de gasolina y recibe pagos posteriores del Gobierno. A pesar de que el presidente de la petrolera, Ricardo Roa, celebró como un logro el recorte gradual del dinero adeudado, el saldo aún llega a los 25,7 billones de pesos.
Para Sergio Cabrales, habría que mirar con algo más de paciencia los factores que la compañía ha enlistado: “Para saber con certeza cómo se da esta caída de las utilidades y si su lectura contiene indicadores que nos permitan saber hacia dónde va Ecopetrol”. Opina, por ejemplo, que la estrategia podría estar girando el eje central e histórico del negocio, los hidrocarburos, hacia un modelo de empresa de energía que, salvo en el caso aislado de ISA, es un terreno aún desconocido.
“¿Van a dejar el negocio de los hidrocarburos para pasar a uno menos rentable como lo es la generación de energía?”, insiste Cabrales, “Hoy están poniendo toda sus fichas al negocio del gas. ¿Quién va a poner la plata para unos proyectos sumamente caros? Hay más preguntas y ruidos que certezas”.
Cabrales cita algunos reportes de prensa sin confirmar sobre un supuesto recorte en el plan de inversiones del próximo año. Un asunto que el presidente de la USO, César Loza, confirma: “Este año el Capex por exploración fue de 4.500 millones de dólares. Para el próximo año se llegó a calcular que esas inversiones de capital serían de 2,500 millones de dólares. Una reducción significativa a la cual nosotros nos opusimos porque afecta la producción a mediano plazo y los ingresos del país por exportaciones”.
Ricardo Roa se reunió la semana pasada con representantes sindicales para discutir el tema. “Nos dijeron que ese plan quedaba recogido y que a finales de este mes se definía el nuevo escenario, que está entre los 3.500 millones y los 4.200 millones de dólares”, cuenta Loza.
Otro frente gira en torno a los cambios de los estatutos para elegir los miembros de la junta. Una opción que el Gobierno ya había sondeado el año pasado y que causaba no pocas reticencias en algunos círculos, debido a la propuesta de añadir una silla para un representante sindical. Cesar Loza, por lo pronto, despeja una de tantas dudas. “Ya hay una asamblea extraordinaria convocada por el accionista mayoritario para hacer unas modificaciones a la junta. Para que haya mayor participación de mujeres y, probablemente, para que se dé la llegada del compañero Edwin Palma, viceministro de Trabajo [y directivo del sindicato]”.
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