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Claudia López reabre la puerta a un metro subterráneo en Bogotá

La alcaldesa capitalina baja la tensión con Petro y explica que el Distrito está a la espera de unos estudios para definir si se puede soterrar parte de la primera línea, que ya está contratada

Lucas Reynoso
Claudia López metro de Bogotá
Claudia López desciende de un vagón del metro de Bogotá, en noviembre de 2022.Chepa Beltran (Long Visual Press/Universal Images)

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha vuelto a chocar este miércoles con la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, por el metro de la capital. Esta vez, el desacuerdo ha sido respecto a qué tan avanzado está un acuerdo para soterrar parte de la primera línea, algo que el Gobierno nacional pide desde hace meses y que ha sido una gran bandera de Petro desde hace años. Una serie de malentendidos se sucedieron esta mañana, uno tras otro: Petro habló en Twitter de “una propuesta común” para hacer ese cambio al contrato firmado en 2019, López desmintió en W Radio que hubiera un acuerdo, y el presidente respondió que su Gobierno había sido “engañado”. Tras los cortocircuitos, la mandataria capitalina clarificó en Twitter que no se cierra a la posibilidad de que el metro sea subterráneo en esa sección y que el Distrito está a la espera de unos estudios del Ministerio de Transporte.

El detonante del nuevo enfrentamiento fue un mensaje que el presidente publicó en Twitter, poco después de las siete de la mañana. “Pasar un metro elevado por el área más densa de la ciudad será un error que le costará un siglo a la ciudad de Bogotá”, reiteró el mandatario en referencia a los posibles daños urbanísticos en la Avenida Caracas, un céntrico eje vial de la capital colombiana. Según Petro, existe “una propuesta común” con la Alcaldía de López para evitar esta situación y se espera un concepto de la Sociedad de Ingenieros para avanzar con una opción subterránea.

La segunda parte del cortocircuito fueron las declaraciones de López en W Radio, en respuesta al trino del presidente. La alcaldesa dijo que no era cierto que hubiera un acuerdo y que la propuesta de soterramiento aún aguarda la revisión y recomendación de la Sociedad de Ingenieros de Colombia, gremio profesional encargado de asesorar al Gobierno nacional. Esto estaba en sintonía con lo que dijo el presidente sobre el estado de la iniciativa —que se encuentra en estudio—, pero matizaba el grado de consenso que existe entre ambas administraciones para respaldarla. En definitiva, no es nuevo que López no tiene el entusiasmo de Petro respecto a que salgan adelante los diálogos y las iniciativas para soterrar el metro.

La clarificación de la mandataria bogotana no le cayó bien al presidente. “Entonces, dada la respuesta de la Alcaldía de Bogotá, que pediremos por escrito, entendemos que el Gobierno nacional (...) ha sido engañado”, respondió Petro en Twitter, con una cita a la noticia de W Radio. Asimismo, el presidente recordó, como en otras ocasiones, que el Estado nacional es “el financiador mayoritario de la obra”.

López clarificó minutos después su postura. “Ni el presidente ha pedido ni mi Alcaldía ha acordado parar el Metro de Bogotá”, comentó en Twitter, antes de enumerar los avances de las obras y reiterar que espera llegar al 35% de ejecución antes de fin de año. Según la alcaldesa, todavía faltan los análisis que el Ministerio de Transporte le ha encargado a la Sociedad de Ingenieros. “A la fecha seguimos a la expectativa de la presentación de dichos estudios”, se lee en el mensaje. Es decir, el Distrito no cierra la puerta a tomar en cuenta esas evaluaciones y cambiar el tipo de obra con la que se hará un tramo de la primera línea del metro.

El enfrentamiento entre ambos mandatarios es parte de una larga saga de desacuerdos. Petro, que fue alcalde de Bogotá (2012-2015), está convencido de que hay que revertir el metro elevado que acordó el exalcalde Enrique Peñalosa con un concesionario chino. López, en cambio, ha dejado atrás su oposición al proyecto de Peñalosa: prefiere avanzar lo más rápido posible con lo que ya está en marcha y que el metro se inaugure en 2028, tras más de 80 años de sueños incumplidos.

En enero, después de varios días de tensión, Petro y López pactaron una tregua. Decidieron conformar una mesa técnica y otra jurídica para estudiar cinco alternativas de soterramiento. El problema fue que tampoco coincidieron sobre cuál era la mejor opción. La alcaldesa favoreció la propuesta del concesionario de realizar una extensión bajo tierra entre la calle 72 y la 100, lo cual no es lo suficientemente ambicioso para el presidente. Desde entonces, mientras avanzan los estudios, la tensión resurge de manera intermitente. En algunas ocasiones, el Gobierno ha recordado que es el responsable de aportar el 70% del financiamiento del contrato ya firmado.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.

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