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Un complejo artístico para reivindicar la cultura popular de Colombia

El Centro Nacional de las Artes tiene 17.000 metros cuadrados y duró casi siete años en construcción. Esta semana abrió sus puertas e iluminó el corazón de la capital

Evento inaugural del Centro Nacional de las Artes, en Bogotá, el 21 de marzo de 2023.
Evento inaugural del Centro Nacional de las Artes, en Bogotá, el 21 de marzo de 2023.Cortesía
Catalina Oquendo

Hay tres momentos, 1892, 1954 y 2023, que servirían de guía para entender cambios de paradigma en la historia de la cultura colombiana. Al menos estas tres escenas tienen lugar en el corazón histórico de Bogotá, en apenas un par de manzanas. En la primera, la inauguración del Teatro Colón, el escenario cultural más emblemático del país que se abrió para conmemorar lo que en ese entonces se llamaba el ‘Descubrimiento de América’; la segunda, el año en que por primera vez una mujer afro, Delia Zapata Olivella, se presentó en ese escenario, hasta ese momento destinado a las élites; y la última, la apertura del complejo cultural más grande de Colombia, el Centro Nacional de las Artes (CNA).

Todas están ligadas y confluyen en este enorme edificio de 17.000 metros cuadrados que se conecta con el Colón y que, en palabras de su director Iván Benavides, “más que un centro de vitrina es un espacio de reivindicación de la cultura popular colombiana”. Zapata, una bailarina y folclorista que en su juventud veía obras desde el gallinero, como se conoce a las sillas más económicas del Colón, tiene hoy una sala dedicada a su trabajo y a su nombre. “Delia Zapata (1926-2001), además de ser la primera mujer negra en pisar el escenario del Colón, también fue la pionera haciendo grandes giras internacionales con nuestras tradiciones, nuestras músicas y nuestras danzas”, agrega Benavides.

Iván Benavides
Iván Benavides, director del Centro Nacional de las Artes, posa para un retrato en Bogotá, el 22 de marzo de 2023.VANNESSA JIMENEZ

Ahora en el CNA confluyen la sala original del Colón con el famoso telón de boca que tiene personajes de diferentes óperas clásicas, como Hamlet, Rigoletto y Fausto; y la sala Delia Zapata, con su propio telón de boca: la imagen de la artista en pleno baile, ondeando un vestido que se convierte en una flor y rodeada por pescadores en una balsa. En ese espacio, la Corporación Cultural Atabaques y Tambores de Cabildo, una puesta en escena de danza afro contemporánea de Cartagena, inauguraron el Centro Nacional de las Artes. “Delia es el corazón de este lugar y representa la reivindicación de la tradición, la mujer, lo afro, de la dignidad de los artistas y la internacionalización de nuestras artes”, agrega Benavides, reconocido gestor cultural y productor de músicos colombianos.

Otra mujer muy recordada por los colombianos también tiene un espacio en este complejo cultural. Hay una sala con el nombre de la argentina Fanny Mikey, fundadora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, dedicada a la innovación y experimentación artística. Mikey, madrina del teatro latinoamericano, cuyo funeral en 2008 fue una celebración teatral en Bogotá, es un personaje muy querido por los colombianos. En la sala se presentarán obras de arte expandidas sobre la crisis de cambio climático, otro de los ejes que tendrá el centro y presentaciones de Afrofuturismo. También habrá una tercera sala de ensayos para orquestas.

Por su tamaño, el complejo cultural que se destaca en el centro de Bogotá pone al país a tono con la infraestructura cultural de otros países de América Latina. Ha sido comparado con el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires, el Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago de Chile y el complejo cultural Ciudad de las Artes de Río de Janeiro. La construcción de la obra diseñada por el estudio medellinense Aqua & Terra Arquitectos comenzó en 2016, y atravesó los Gobiernos de Juan Manuel Santos e Iván Duque. En total se invirtieron más de 123.000 millones de pesos, unos 250 millones de dólares al cambio actual. En 2022, el entonces presidente Duque inauguró las instalaciones, pero solo hasta esta semana, ya en el Gobierno de Gustavo Petro, se abrieron las puertas.

Centro Nacional de las Artes
Sala Delia Zapata del Centro Nacional de las Artes, en Bogotá.Cortesía

La programación artística de 2023 incluye 280 funciones de distintos tipos de espectáculos. Se espera que pasen 1.500 artistas, así como 80.000 espectadores. Su modelo de sostenibilidad está pensado como una suma de los dineros que aporta el Estado y la cooperación internacional, más ingresos por alquiler. Para Benavides, el edificio no será un espacio solo para presentar espectáculos, “sino que sea un lugar de encuentro, de creatividad y de diálogo con las comunidades, con los territorios y con el planeta”.

Su objetivo es que en los escenarios se presente “el fruto de procesos o que desate procesos”. Por eso trabajan laboratorios con pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, con comunidades afro de Tumaco y Urabá; preparan una obra con comunidades sordas y otra con personas ciegas, entre otros proyectos. Sin embargo, explica Benavides, esto no quitará espacio a la presentación de artistas consagrados de la música clásica y la ópera.

“Más que una inauguración esto es como la fundación de un hogar. Queremos que este lugar que es, finalmente, un taller, un laboratorio y un espacio de proyección, también sea una casa”, dice Benavides mientras en una de las salas un grupo de representantes de comunidades indígenas celebra el día del agua y hace una armonización del complejo cultural.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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