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Un colchón en su oficina y acoso a estudiantes: el caso del destituido profesor de filosofía de la Universidad Nacional

Porfirio Ruiz, exdecano de la facultad de Ciencias Humanas, fue sancionado por el tribunal disciplinario de la institución por acosar sexualmente a dos alumnos gais

Sally Palomino
Porfirio Ruíz Castiblanco
Porfirio Ruiz, profesor de la Universidad Nacional, señalado por acoso sexual.Universidad Nacional.

Frustrado porque su denuncia no avanzaba, Diego, que prefiere no revelar su verdadero nombre, decidió contar su caso en redes sociales y buscar a otras víctimas de Porfirio Ruiz, el profesor de filosofía de la Universidad Nacional que lo había acosado sexualmente. Juan, otro estudiante, que también pide la reserva de su identidad, le escribió para contarle que también había sufrido acosos de Porfirio. Entre 2018 y 2019 instauraron las quejas ante la universidad y pidieron investigar al docente. Esta semana, se ha conocido que el tribunal disciplinario de la institución lo ha sancionado en primera instancia con 20 años de inhabilidad. Diego y Juan por fin encuentran algo de justicia.

Una tercera denuncia espera fallo. Otro estudiante contó en 2020 la agresión que sufrió por parte del profesor. “El profesor Porfirio Ruiz me empieza a tocar el torso, se abre su pantalón y empieza a masturbarse. Me pide que lo bese. Me pide varias veces que acceda a besarlo. Después de su insistencia me veo en la obligación de hacerlo para poder librarme. Sentía miedo, ansiedad y mucho asco. Pude salir del edificio e irme de la universidad”, dice por escrito el testimonio, en un proceso que permanece sin resolver en la veeduría disciplinaria de la universidad.

El profesor había acondicionado una especie de habitación privada en su oficina dentro de la institución. En la facultad era sabido que tenía una colchoneta que ofrecía para que sus estudiantes más cercanos descansaran. Él también la utilizaba. Un exalumno, que pide que no se le cite con su nombre, dice que aunque era cercano y buscaba la simpatía de algunos jóvenes, sobre todo de los que tenían mejores calificaciones, no era un secreto que en las clases saboteaba a los que les iba peor o a los que no pensaban como él. “Porfirio era un bully, un acosador. Le encantaba joder a la gente. Hacía chistes pesados, se ensañaba con algunos estudiantes. Era violento verbalmente”. Muchos evitaban tomar sus clases, pero era difícil escapar porque era uno de los profesores con más peso en la facultad.

La Veeduría disciplinaria de la Universidad Nacional recibió la denuncia de Diego en octubre del 2018 y la de Juan en julio del 2019 e inició la investigación disciplinaria. Tras más de dos años formuló pliego de cargos contra el profesor por acosar a los dos estudiantes “aprovechando su condición de superioridad dada su calidad de docente”. El profesor los hostigó físicamente y por internet. La denuncia dice que Porfirio buscó establecer conversaciones de índole sexual con los estudiantes, que lo empezaron a ver con temor. En una de las citas en su despacho, le ofreció café a uno de los estudiantes y este “ante la posibilidad de que quisiera drogarlo, agarró su celular y le escribió a sus amigos por WhatsApp con el nombre del edificio y el número de la oficina, en caso de que le sucediera algo”, señala un documento de la organización Colombia Diversa, que acompañó los casos.

El profesor, según la denuncia, hostigó a al menos dos estudiantes con comentarios de doble sentido e insinuaciones de carácter sexual en sus conversaciones, además de invitaciones a encuentros fuera de la universidad. “Un día antes de iniciar una clase dijo que me veía ‘despampanante’ y que ‘lo había dejado flechado’, ya que ese día estaba usando traje y corbata. Eran usuales sus miradas morbosas”, señala uno de los testimonios.

“No me gustaba ver clases con Porfirio, lo evité siempre. Era un tipo al que le gustaba hacerle la vida imposible a las personas más débiles. La decisión que ha tomado la universidad es correcta, debieron haberlo hecho antes para evitar haber llegado hasta acá”, dice un exalumno.

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En el proceso, el profesor intentó defenderse con argumentos como que era heterosexual y que siempre hacía “chistes vulgares”. Incluso presentó testigos. Porfirio era temido por algunos, pero aplaudido por otros. Algunos estudiantes recuerdan que siempre lo seguía un séquito de alumnos que le celebraran sus comentarios fuera de tono.

El caso contra Porfirio es el primero conocido en el que la universidad sanciona una conducta de acoso sexual contra hombres gais. La orientación sexual de los estudiantes fue determinante para que el profesor decidiera acosarlos, apunta Colombia Diversa, que acompañó los casos por solicitud de las víctimas. “No estaba seguro de lograr un avance en el caso y requería nuestro apoyo para no sentirse solo en la lucha contra el acoso que venía dando desde 2018″, dice la organización. “Pusimos la lupa en cómo la conducta del profesor se escudaba en un supuesto trato cercano, desparpajado y heterosexual, para empatizar y acercarse a sus víctimas, que podían no sospechar de sus intenciones sexuales por considerarse un hombre heterosexual y disfrazar su acoso de prácticas pedagógicas”, señala Colombia Diversa.

Ni la Universidad Nacional ni su departamento de Filosofía se han pronunciado oficialmente sobre el caso.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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