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Estados Unidos se sintoniza con el enfoque de Petro frente a las drogas

El secretario de Estado Antony Blinken visitó Colombia y habló con el presidente Gustavo Petro

Reunión del presidente de Colombia Gustavo Petro con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en Bogotá, el 3 de octubre de 2022.Foto: Mauricio Dueñas (EFE) | Vídeo: EPV
Camila Osorio

Uno de los hombres más cercanos al presidente Joe Biden, el secretario de Estado Antony Blinken, se reunió esta tarde con el presidente colombiano Gustavo Petro para discutir varios temas como migración irregular en el continente, o las posibles alianzas en la lucha contra el cambio climático. Pero, aunque la reunión de alto nivel fue privada, una rueda de prensa posterior dejó claro que el tema que giró intensamente en la mesa de debate fue realmente uno: el enfoque ante la guerra contra las drogas.

Primero habló Gustavo Petro contando que —tal como se lo dijo a Blinken después de ganar las elecciones, y como lo repitió en su discurso de la ONU— es necesario darle un vuelto a la política antidrogas de Estados Unidos, que ha sido un fracaso para los países productores y consumidores, y hay que darle “una visión más integral”. Por integral Petro se refiere, por ejemplo, a la compra de tres millones de hectáreas de tierras productivas, para entregarlas a campesinos que están hoy en día cultivando coca.

“Sería una barrera contra la producción de drogas en este país”, dijo Petro, que quisiera el apoyo de Estados Unidos para dicha compra de tierras y para la reforma agraria integral que prometió en campaña. Estados Unidos —que apoya el proceso de paz en Colombia y sabe que este incluye una reforma rural— no se comprometió a financiar la enorme compra, pero Blinken anunció que se comprometieron a ser garantes del capítulo étnico del acuerdo, que busca reparación a las poblaciones indígenas, negras, raizales y palenqueras.

La propuesta de Petro en el tema de drogas también implica cambiar el enfoque de la política criminal cuando se persigue el narcotráfico. El presidente colombiano diferenció entre el “proletariado del narcotráfico” —que describió como personas vulnerables a la violencia que muchas veces son obligadas a ponerse al servicio del tráfico de drogas—y “el capital del narcotráfico”, que son quienes dirigen el negocio. Petro quisiera dejar de criminalizar al primer grupo, y enfocarse en el segundo, en personas que “quizás han estado en estos salones del palacio de Nariño”, dijo, o que dirigen una estructura ilegal desde ciudades como Bogotá, Miami y Nueva York. Contra ellos, los dueños del capital, Petro le pide a Estados Unidos que se fortalezcan los servicios de inteligencia de ambos países.

Luego fue el turno de Blinken. Aunque es un alto funcionario del país que promovió la guerra contra las drogas en los últimos 50 años, sus respuestas no estuvieron muy lejanas al discurso de Petro. Ante una pregunta del diario Los Angeles Times, el secretario de Estado dijo que los norteamericanos ha estado escuchando atentamente las propuestas del nuevo presidente colombiano y añadió que en Estados Unidos “respaldamos vivamente el enfoque holístico que está adoptando el presidente Petro a través de la justicia, el desarrollo, la protección ambiental, la reducción de la oferta y la demanda”. Y sobre la posibilidad de perseguir sobre todo a los grandes responsables del narcotráfico, añadió que en Estados Unidos “estamos en sintonía al respecto”.

El punto en el que hay menos sintonía es en el de la extradición. Petro mencionó cómo está considerando que organizaciones armadas ligadas al narcotráfico se sometan a la justicia a través de lo que ha denominado la Paz Total, y esto implicaría frenar su posible extradición a Estados Unidos si cumplen con garantías de no repetición y con medidas de reparación a las víctimas. Solo si no cumplen con dichas garantías, serían extraditados a Estados Unidos, y Petro se comprometería a pedir las penas máximas para ellos.

Frente al tema de frenar la extradición de estos narcos que se someterían a la justicia en Colombia, pero no obligatoriamente en Estados Unidos, Blinken fue mucho más escueto. “Vamos a seguir trabajando sobre este punto”, dijo el secretario de Estado. Blinken celebró las políticas del gobierno anterior para la protección de migrantes venezolanos, y los esfuerzos por buscar energías renovables que frenen el cambio climático. Pero frente a esa carta de la extradición, Estados Unidos aún no está muy flexible.


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Sobre la firma

Camila Osorio
Corresponsal de cultura en EL PAÍS América y escribe desde Bogotá. Ha trabajado en el diario 'La Silla Vacía' (Bogotá) y la revista 'The New Yorker', y ha sido freelancer en Colombia, Sudáfrica y Estados Unidos.

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