Rajoy celebra que el PNV renuncie a vetar los presupuestos
El presidente advierte de que el independetismo perjudica la candidatura europea de Barcelona
Ni una sola pregunta sobre corrupción ha tenido que contestar Mariano Rajoy en la rueda de prensa que ha puesto fin al Consejo Europeo a 27 –por primera vez sin el Reino Unido—que ha aprobado las directrices de la negociación del Brexit. Tras una semana negra, que ha puesto contra las cuerdas al PP, la decisión del PNV de no presentar enmienda a la totalidad de los presupuestos y el anuncio de moción de censura de Podemos han dado un balón de oxígeno al presidente del Gobierno, que ha destacado el valor de la estabilidad política y ha llamado a “no organizar debates sobre temas que están en manos de los tribunales”, una forma eufemística de referirse a los casos de corrupción.
Rajoy ha destacado el “alto valor político” de la decisión del PNV y ha admitido que, sin su renuncia a vetar los presupuestos generales del Estado, habría sido “muy difícil, prácticamente imposible”, que salieran adelante. No ha querido, sin embargo, detallar las contrapartidas que el Gobierno ha ofrecido a los nacionalistas vascos, alegando que la negociación aún no se ha cerrado, aunque confía en lograr un acuerdo en un “plazo relativamente breve”.
El anuncio de moción de censura de Podemos, lo ha despachado con ironía. Tras asegurar que ha estado “muy atento” a los movimientos de Pablo Iglesias, incluida su intención de consultar a las bases de su partido si finalmente la presenta o no, ha añadido que él no piensa ponerle una moción de censura a Iglesias, “supongo que no me conviene, por lo que no voy a consultar a nadie de mi partido”.
Satisfecho con la futura relación con Gibraltar
Rajoy se ha mostrado satisfecho de la aprobación de las directrices y, en particular, del apartado que condiciona la futura relación de Gibraltar con la UE a 27 al visto bueno de España. Tras subrayar que ninguno de los asistentes al Consejo ha puesto objeciones a este punto, ni tampoco al que aclara que la salida del Reino Unido de la Unión implicará la de todos aquellos territorios cuyas relaciones exteriores dependen de Londres, como el Peñón, Rajoy ha subrayado que “lo que se dice es una obviedad”. Preguntado por un periodista británico qué posición adoptará España en relación a Gibraltar, se ha limitado a señalar que será “constructiva” y que no habrá “líneas rojas ni de ningún otro color”.
Pactadas previamente las directrices, que los jefes de Estado y Gobierno ratificaron en pocos minutos, Rajoy centró su intervención a puerta cerrada en la candidatura de Barcelona como sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). El presidente, que charló brevemente con la canciller alemana Angela Merkel al inicio de la cumbre, no ha querido confirmar que haya una entente hispano-germana para repartirse las dos sedes europeas que deben salir de Londres --la MEA para la capital catalana y la EBA (Agencia Bancaria Europea) para Fráncfort--, alegando que el asunto interesa a muchos países.
Lo que sí ha hecho es vender las ventajas de la candidatura de Barcelona, “una de las más potentes”, tanto por el peso de la industria farmacéutica catalana como por disponer desde el primer momento de una sede (el emblemático edificio de Jean Nouvel que albergaba la sociedad Aguas de Barcelona), y ha aventurado que sería la elegida si pudieran votar los empleados de la agencia.
No obstante, se ha mostrado cauto sobre el resultado, ya que hay países que la reivindican con el argumento de que no tienen ninguna sede europea, lo que no es el caso de España. “Vamos a dar esa batalla, que se puede ganar o perder”, ha advertido. Y ha sugerido que el desafío independentista, lanzado por el Gobierno de la Generalitat, puede perjudicar la candidatura barcelonesa. “La estabilidad institucional es un factor importante y opera a favor. La inestabilidad es difícil que lo haga a favor”, ha dejado caer. Está previsto que el procedimiento de adjudicación de las sedes se decida en el Consejo Europeo de junio y que la decisión definitiva llegue en septiembre, precisamente cuando los partidos separatistas tienen previsto celebrar su referéndum.
Rajoy no ha querido contestar a la anunciada carta del presidente Puigdemont en la que le pedirá que permita la celebración del referéndum –“le contestaré cuando me escriba o me llame”--, pero ha reiterado lo que ya le ha dicho en anteriores ocasiones: que “ni puede ni quiere acceder a su pretensión” de someter a consulta de los catalanes una decisión que afecta a la unidad de España y, por tanto, al conjunto de la soberanía nacional, "y todo lo demás es confundir”.
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