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Caño: “Se ha perdido una oportunidad pero aún estamos a tiempo”

Un debate sobre el futuro del País Vasco, en el que participa el director de EL PAÍS, analiza las posibles fórmulas de reconciliación

Luis R. Aizpeolea
Antonio Caño, en Casa de América, el pasado 29 de junio.
Antonio Caño, en Casa de América, el pasado 29 de junio.JULIÁN ROJAS
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“Se ha perdido una oportunidad de oro estos cuatro años. Estamos a tiempo, pero no tenemos mucho tiempo”, señaló este lunes el director de EL PAÍS, Antonio Caño, en referencia a la consolidación del final del terrorismo etarra, en una mesa redonda que compartió con el historiador Juan Pablo Fusi y el veterano periodista vasco Mariano Ferrer.

Caño precisó que ETA debe desarmarse y sus presos asumir la reinserción individual y la legalidad penitenciaria e instó al Gobierno de Rajoy a que “cree las condiciones para que se proceda a ese desarme así como a la reinserción de presos etarras con otra política penitenciaria más adecuada a una situación sin terrorismo”.

Tras reconocer el esfuerzo de Urkullu para buscar un final ordenado del terrorismo, así como su autocrítica por el retraso en el reconocimiento a las víctimas del terrorismo, le animó a “jugar un papel positivo en las negociaciones para formar gobierno si lo puede hacer con la agenda vasca”, que contiene las propuestas sobre el final ordenado de la violencia.

En tono autocrítico reconoció que los medios de comunicación “debíamos habernos involucrado más para cerrar de manera efectiva los restos pendientes de la etapa terrorista”.

El historiador Juan Pablo Fusi constató que “la batalla del relato que se ha abierto en el País Vasco postETA no es nada excepcional” y aclaró que “la historia la escriben los historiadores: no los vencedores”. No ocultó “cierto pesimismo por el eclipse de lo vasco”. “Sería peor que nos olvidáramos de lo que aquí ha ocurrido”.

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Ferrer fue especialmente crítico por la política penitenciaria del gobierno de Rajoy y denunció que “con su endurecimiento trata de mantener vivo el problema de ETA e impedir que la izquierda abertzale haga política”. Resaltó a su vez “los avances del gobierno vasco en el reconocimiento de las víctimas”.

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