Sánchez consultará uno a uno a todos los barones el voto en la investidura
El líder del PSOE pretende llevar una posición única al comité federal del sábado. Su punto de partida es un no tanto a Rajoy como a una abstención
Pedro Sánchez discutirá a solas con cada uno de los líderes territoriales del PSOE qué hacer ante el dilema de permitir que gobierne el PP o repetir por tercera vez las elecciones generales. El líder del PSOE se reunirá durante esta semana con los secretarios regionales para llevar una posición única al comité federal del sábado. Su punto de partida es un no a Mariano Rajoy y no a abstenerse para permitir que resulte investido.
El PSOE es consciente de que Mariano Rajoy, y todo el PP, confía en que tanto ellos como Ciudadanos no puedan soportar la presión que sobre ellos se producirá para que por la vía del sí o la abstención permitan que salga adelante la investidura del candidato de la derecha.
Si al final es así, no va a ser un camino de rosas para el presidente del Gobierno en funciones, habida cuenta del grado de desazón, por un lado, y de rechazo muy generalizado, con el que el PSOE vive las llamadas a que propicien un gobierno del partido conservador.
Del qué hacer empezará a hablar el líder socialista, Pedro Sánchez, con el “poder” de su partido, es decir, con los secretarios territoriales entre los que seis de ellos son presidentes de gobierno autonómicos. De manera escalonada, entre hoy y el viernes, Pedro Sánchez, que ha estado descansando y fuera de todo foco desde la noche electoral, se reunirá en privado y bilateralmente con los líderes territoriales.
"Yo no me abstendré"
Las voces en el PSOE, de momento minoritarias, que ven al final del camino una posible abstención en la investidura de Mariano Rajoy, corresponden a dirigentes que no se verán en esa tesitura porque no son diputados.
Este domingo lo hizo Josep Borrell en un artículo en El Periódico de Catalunya. Quienes sí lo son mantienen el no a Rajoy, marcado por la dirección federal y la mayoría de los líderes territoriales, y manifiestan inquietud ante la hipótesis de que se abriera camino "la abstención mínima". Esto es que solo tuvieran que ausentarse de la votación los imprescindibles numéricamente.
Nadie quiere asumir ese papel. Muchos lo dicen en privado pero pronto empezarán a manifestarse en público como este domingo hizo la responsable federal de Administraciones Públicas, Susana Sumelzo. Esta diputada por Zaragoza escribió ayer en Twitter que con ella no cuenten: “El PSOE pidió el voto para cambiar al PP, no para mantenerlo en el Gobierno. Yo NO me abstendré para facilitarlo, traicionaría a los votantes". El ‘no’ con mayúscula es suyo.
En esta ocasión no considera conveniente una reunión con todos a la vez sino que prefiere escucharlos, uno a uno, sin condicionamientos. El fruto de estas reuniones se recogerá en el comité federal del próximo sábado en el que Sánchez quiere saber qué posiciones se encontrará.
No parte de una tabla rasa por cuanto que ha mantenido conversaciones telefónicas con la mayoría de los dirigentes territoriales, ellos saben lo que él piensa y viceversa, y hay una base común en el no a propiciar un gobierno del PP.
Esta línea general será el primer punto que apruebe el comité federal del PSOE en su reunión del próximo sábado, aunque hasta que no culminen las conversaciones de esta semana no es posible adelantar más precisiones.
Otra coincidencia que se adelanta es la de no dar por cerrada definitivamente la posición del PSOE, sin decirlo claramente, y dejar abierta la puerta a otra reunión de este máximo órgano de poder del PSOE, según evolucionen los acontecimientos.
Con otros partidos
Saldrá el no del PSOE y el requerimiento a Rajoy para que no mire a los socialistas sino que trabaje su investidura con Ciudadanos y los nacionalistas de CDC y del PNV, aventuran tanto desde la dirección federal como la mayoría de los dirigentes territoriales.
Así será durante un tiempo aún sin determinar. “No nos pueden pedir de inmediato que apoyemos un gobierno de la derecha; es un sarcasmo después de la campaña que nos han dado, después de estos cuatro años de legislatura…”, responde un presidente autonómico cuando se le pregunta si el no a Rajoy, o a un candidato del PP, es definitivo.
Este dirigente y otros de los consultados, que piden el anonimato, sí dan por cerrada la negativa a formar parte de un gobierno con el PP. “Nosotros estaremos en la oposición”, dicen en alto la presidenta andaluza, Susana Díaz; el presidente asturiano, Javier Fernández; y sus compañeros de Valencia, Ximo Puig; de Aragón, Javier Lambán; de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; de Baleares, Francina Armengol; y de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara.
La preocupación en los socialistas está en cómo quedan de comprometidos si facilitan que gobierne el PP. Para muchos, de manera profunda, como recalca la presidenta balear, que con toda claridad pedirá a Pedro Sánchez que el no sea definitivo. Abstenerse y pasar a la oposición es una hipótesis que los socialistas tendrán que contemplar si el centro-derecha no suma, como sugirió el presidente extremeño.
A título personal, como precisó a EL PAÍS, antes de volver a las urnas unos cuantos diputados del PSOE podrían ausentarse de la votación de investidura de Mariano Rajoy. No es un tema baladí por cuanto que esa actitud divide al partido en el caso de que, finalmente, se adopte. Para algunos “no es serio” y de tener que abstenerse mejor hacerlo en bloque. No es algo que hoy por hoy resulte digerible.
¿Por qué el PP exige a los socialistas que asuman la responsabilidad de que haya Gobierno? Esta es la pregunta que con cierta impotencia surge de múltiples foros socialistas y de la que son conscientes los líderes territoriales del partido. “Si nadie quiere pactar con Rajoy, ¿por qué nosotros?”, se preguntan líderes territoriales que no responden cuando se les indica que su no significará nuevas elecciones.
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