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La legislatura efímera y extravagante

Esta semana se cierran las Cortes después de tres meses de actividad insólita, formas diferentes e imágenes originales

Pablo Iglesias y Xavier Doménech celebran su estreno en las Cortes con un beso.
Pablo Iglesias y Xavier Doménech celebran su estreno en las Cortes con un beso. EFE

La XI legislatura de la democracia empezó un 13 de enero con diputados en mangas de camisa, un bebé en los escaños, juramentos insólitos y unas rastas pasando por delante de la corbata de Mariano Rajoy. Ha tenido besos entre diputados en el hemiciclo y está a punto de acabar más de tres meses después con un actor disfrazado de Cervantes en la presidencia del Congreso y actores profesionales entre los escaños.

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Un giro radical, porque hace solo dos legislaturas, anteriores presidentes del Congreso como Manuel Marín y José Bono instaban a usar corbata en el pleno y denegaban el uso del hemiciclo para la grabación de una serie sobre Adolfo Suárez y otra sobre Clara Campoamor con el argumento de que la Cámara no es un plató de cine. Con Patxi López de presidente y, sobre todo, con la Cámara fragmentada ha sido posible todo, salvo someter a control al Gobierno en funciones y aprobar proposiciones de ley, porque por más que lo hayan intentado los plazos del procedimiento legislativo lo hacen imposible y su trabajo ha sido inútil, dentro de una ficción institucional.

Las formas han cambiado en la legislatura más corta, aunque todos los grupos admiten que el envoltorio, las normas de funcionamiento de la Cámara no se han podido modificar y la institución sigue a falta de reforma legal. Simbólicamente, el miércoles en el último pleno antes de la disolución de las Cortes, se dedicará parte del debate a una iniciativa de reforma del reglamento que volverá a decaer cuando el 2 de mayo se disuelvan las Cortes por falta de acuerdo para la investidura. El círculo se cerrará y, por diferentes motivos, terminará otra legislatura sin reformar ese reglamento. Y van ya ocho legislaturas, desde 1982, de reforma frustrada.

Otra novedad es que, por primera vez, el Congreso ha servido como sede de las negociaciones para formar Gobierno, en una frenética actividad de los líderes ante los medios, con días de políticos constituidos en rueda de prensa permanente.

Para la vicepresidenta de la Cámara y diputada del PP, Celia Villalobos, “todo ha sido muy diferente, porque se han roto muchas barreras y se ha saltado por los aires el reglamento y otras cosas que se habían hecho siempre de manera diferente”.

"Pues no lo veo"

Cuando en diciembre se negociaba la Mesa del Congreso, Podemos intentó buscar un acuerdo para elegir presidenta a Carolina Bescansa sin el PSOE y frente a Patxi López. Pablo Iglesias llamó, entre otros, al portavoz de Democràcia i Llibertat, Francesc Homs, para pedirle su voto y se produjo un diálogo revelador de lo que ha sido la breve legislatura.

-“Tenéis que apoyar a Bescansa”, le vino a decir el líder de Podemos.

-¿Y qué gano?, ¿Qué consigo con eso?”, preguntó Homs.

Iglesias replicó: “Que haya una presidenta del pueblo”.

-“Pues no lo veo”, zanjó pragmático Homs.

Villalobos, por ejemplo, critica que la Cámara haya intentado el control al Gobierno en funciones, por primera vez, y considera que se incumplió el informe jurídico de la Secretaría General del Congreso que limitaba su actividad.

Explica que “hay malestar entre los funcionarios del Congreso” y asegura que “lo de Cervantes fue una miajita ridículo”. En su opinión, “se han perdido muchas cosas, aunque es verdad que ha habido otras positivas como el diálogo y la necesidad de acuerdo”.

En la breve legislatura ha habido escaramuzas políticas como la batalla luego rectificada que situó a Podemos en el gallinero y acuerdos para aprobar una veintena de proposiciones de ley pidiendo derogar el legado normativo del PP, como la reforma laboral, la LOMCE, la Ley de Enjuiciamiento Criminal o la ley mordaza, aunque solo con un valor simbólico. Nada que ver con el rodillo implacable de la mayoría absoluta del PP.

"Es verdad que está siendo una legislatura muy especial para todos, pero en la que estamos aprendiendo a encajar un tiempo nuevo, sin mayorías y sobre todo, por fin, sin el rodillo del PP que tanto daño ha hecho a la ciudadanía y a la propia democracia estos cuatro años", explica el portavoz del PSOE, Antonio Hernando.

Para Marcelo Expósito, representante de En Comú Podem en la Mesa, “ha cambiado el clima, el Congreso, se ha aireado y se han aplicado nuevas formas basadas en el diálogo y se ha visualizado un eje de izquierdas en las iniciativas que se han debatido y aprobado”.

Explica que ha habido avances en transparencia de la Mesa, aunque quedarán para la siguiente legislatura.

Se ha puesto el foco sobre beneficios económicos de los diputados, pero con pocos efectos prácticos porque se han mantenido casi todos. Por ejemplo, Podemos propuso eliminar los coches oficiales para los miembros de la Mesa, pero tras una reunión con el comité de empresa de los conductores, rebajaron su idea y se dejó en que ni ellos ni los del PSOE tuvieran vehículos asignados, sino que utilizarían los disponibles para desplazamientos urgentes.

También se han mantenido los viajes oficiales de diputados. Expósito admite que no les ha dado tiempo a introducir cambios. En la web del Congreso constan viajes como uno de la delegación española en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo entre los días 25 a 29 de enero de 2016 con un importe de 95.925,99 euros.

En este momento la diputada de Podemos y miembro de la Mesa, Gloria Elizo, está en Mongolia en viaje oficial.

Sobre el contenido de las iniciativas, Podemos muestra como ejemplo de temas nuevos que han llegado al Congreso su Ley 25 de emergencia social. Se admitió a trámite, pero con críticas a su redacción como la del diputado de ERC Joan Tardà, nada sospechoso de afinidad al PP, que muestra el nivel de técnica legislativa de algunas iniciativas. “Estamos convencidos de que ustedes no tenían la voluntad de hacer la chapuza que han hecho. Sí, porque es inconcebible, inconcebible. Nos comemos un sapo. Creemos que ustedes van a valorar este sacrificio entrecomillado que hacemos”, dijo.

Este miércoles, el diputado de Podemos-En Comú Jaume Moya terminó su intervención en la tribuna en el debate sobre el voto a los mayores de 16 años con un grito: “¡Visca la revolució!”. El grito, que en otra legislatura llevaría a escándalo, pasó inadvertido y en el Diario Oficial de Sesiones consta como: “El señor diputado termina su intervención en catalán”.

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