Margallo designa al nuevo ‘embajador’ en Palestina
Exteriores cubre los consulados generales en Jerusalén, Nueva York y La Habana
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha nombrado al diplomático Rafael Matos González nuevo cónsul general en Jerusalén, un puesto que lleva aparejada la representación ante la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Varios partidos, como el PSOE y Podemos, incluyen en su programa electoral el reconocimiento del Estado palestino, que tuvo el apoyo casi unánime del Congreso en la pasada legislatura. Aunque aún no se ha dado ese paso, España otorga un estatuto equivalente al diplomático a la representación palestina en Madrid. Rafael Matos González de Careaga (Bilbao, 1950) ha sido embajador en Haití y Qatar.
El consulado en Jerusalén es uno de los nueve puestos denominados de asterisco, cuya designación se reserva el ministro dentro del proceso de asignación de destinos en la carrera diplomática.
Los restantes, según adelantó la página web especializada The Diplomat in Spain, son los consulados generales en Nueva York (Rafael Conde de Saro) y La Habana (Carlos Pérez-Desoy), así como las segundas jefaturas de las embajadas en Alemania (Juan Antonio Martín Burgos), Irak (Daniel Losada Millar), Venezuela (José Hornero), Afganistán (Miguel Heine), Guinea Ecuatorial (Marco Antonio Peñín) y la OTAN (María Elena Gómez Castro).
Aunque los puestos de asterisco, los más delicados políticamente, están excluidos de lo que en la jerga diplomática se denomina el bombo—el concurso de méritos para asignación de destinos—, Exteriores ha sido cuidadoso para que los elegidos resulten profesionalmente incuestionables, según varias fuentes.
Por ejemplo, el nuevo cónsul general en La Habana, en un momento crítico para las relaciones bilaterales, era ahora subdirector de la Cancillería, pero tiene una dilatada experiencia en Cuba, donde estuvo destinado en dos ocasiones por un total de ocho años.
Con estos perfiles profesionales, Margallo ha querido blindarse ante las posibles críticas del PSOE, que advirtió de que, al estar funciones, debía abstenerse de realizar nombramientos para puestos tan delicados. Lo que sí se ha paralizado, hasta que se forme nuevo Gobierno, es el relevo de 44 embajadores que han cesado o deben hacerlo durante este año. En su caso nadie discute que son altos cargos y el Gobierno en funciones no puede nombrarles sustitutos.
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