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9-N consulta catalana

Rajoy rechaza ofrecer un plan para Cataluña porque la consulta “fracasó”

"No hubo consulta, dos tercios no votaron, el independentismo ha mostrado su debilidad" El presidente apela a los dos tercios de abstencionistas para descartar movimientos

Rajoy considera que la consulta del 9-N es un fracasoFoto: reuters_live | Vídeo: Uly Martín
Carlos E. Cué

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no moverá ni un milímetro su posición política por el hecho de que 2,3 millones de personas, según los datos de la Generalitat, participaran en la consulta alternativa del 9-N. En su primera comparecencia tras el 9-N, Rajoy ha argumentado que no se va a mover, ni va a ofrecer ningún plan especial para intentar que no crezca el independentismo en Cataluña, proque cree que la jornada del domingo fue un "absoluto fracaso" sobre todo porque dos tercios de los catalanes y extranjeros llamados a votar no acudieron.

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"No ha sido una votación democrática, ha sido un acto de propaganda política. No ha habido consulta, fue un simulacro". El presidente, durante una larga rueda de prensa, ha insistido en varias ocasiones en ese dato de los dos tercios de abstencionistas para defender que el independentismo no es mayoritario y por tanto restar dramatismo a la situación. "Fue un profundo fracaso del proyecto independentista. Según sus propias cuentas dos de cada tres catalanes no les han hecho caso. Donde pretendían una exhibición de fuerza nos han mostrado su debilidad".

Rajoy ha negado cualquier posibilidad de negociación de un referéndum y ha marcado lo que considera la única vía para "lo que pretende Mas": la reforma constitucional. "Es el único camino legal", tal como ha marcado, para los planteamientos del presidente de la Generalitat, Artur Mas. "El parlamento de Cataluña está facultado para iniciar el proceso de la reforma constitucional. Es el único camino legal para sus planteamientos y Mas lo sabe", ha afirmado el presidente del Gobierno que ha desvelado que en sus negociaciones con el presidente de la Generalitat siempre le ha planteado que éste es el camino que ha de seguir. Pero esa puerta que apunta Rajoy, también lo ha dejado muy claro, está cerrada. "Yo y mi partido nos opondremos a cualquier reforma de la Constitución que incluya la autodeterminación y por tanto liquide la soberanía nacional". "No voy a dialogar nunca sobre la soberanía nacional", ha añadido.

Todo el argumento del presidente, que no ha querido explicar por qué ha tardado tres días en salir -"cada uno tiene sus opiniones sobre esto"- se basaba en apropiarse de la absteción para concluir que el inpendentismo es minoritario. "En Cataluña hay muchísimos más catalanes que independentistas. Cataluña es plural, muy plural", ha dicho por dos veces Rajoy, que no ha querido valorar el camino judicial del proceso sobre el que la Fiscalía prepara una querella.

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Y como lo considera minoritario, el presidente no tiene ninguna intención de ofrecer un plan a los catalanes para evitar que el independentismo siga creciendo, como detectan todas las encuestas, o para frenar la ola de movilizaciones independentistas que se iniciaron el 11 de septiembre de 2012, con él ya en La Moncloa. En ningún momento el presidente ha querido hablar directamente a los manifestantes o a los votantes del domingo, más allá de trasladar su "respeto". ¿Qué plan ofrece a los que se están haciendo independentistas? le preguntaron. "El domingo participó un tercio del censo pero dos tercios no, yo debo dar una respuesta al conjunto de los ciudadanos. El plan que tengo es seguir luchando contra el paro y seguir resolviendo los problemas, para que esas dos terceras partes que no votaron sepan que su posición también existe". "Vamos a dedicarnos a lo que importa a todos, la economía", aseguró cuando le insistieron en la idea del plan. Rajoy sigue así convencido de que la salida de la crisis traerá una bajada del independentismo.

El presidente del Gobierno se ha defendido de las críticas de varios sectores de inmovilismo: "El Gobierno ha defendido la legalidad y ha adoptado una posición una sensata y adecuada. A algunos organizadores les hubiera gustado otro tipo de fotografía y el Gobierno ha actuado con proporcionalidad, también la justicia". Así, ha alabado la decisión adoptada por un juez de Cataluña que, ante la petición de retirada de las urnas: "Hubiera creado más tensión y dificultades", ha dicho después de destacar que tal vez a los organizadores, esto es a los soberanistas, "les hubieran gustado otro tipo de imágenes", esto es las de la policía cerrando los colegios electorales. 

Vías para la reforma constitucional

V. G. C.

Cualquier Parlamento autónomo y cualquier partido puede plantear una propuesta de reforma de la Constitución. En el caso de los partidos, en este momento solo podrían presentarla, por sí solos, el PP o el PSOE, porque se requiere el apoyo de dos grupos parlamentarios o 70 diputados (un quinto del total de la Cámara).

Una vez presentada y debatida, si la reforma es "agravada" —es decir, que afecta al Título Preliminar (donde se establece, entre otras cosas, la soberanía nacional y la indisoluble unidad de España), a los artículos sobre derechos fundamentales o a los referidos a la Corona—, será necesario el apoyo de dos tercios del Congreso (233 diputados) y de dos tercios del Senado para aprobar un "principio de revisión". A continuación se convocarían elecciones: unas nuevas Cortes tendrían que perfilar y ratificar la reforma, de nuevo por dos tercios, y finalmente la población votaría el texto en referéndum.

Si la reforma no fuera agravada —por ejemplo, si solo afectase al Título VIII, el de la organización territorial del Estado—, sería suficiente una mayoría de tres quintos (210 diputados) para aprobarla, y no habría que convocar elecciones.

"He actuado con proporcionalidad. Creo que he sido sensato a la hora de tomar decisiones. Creo que he hecho lo que tenía que hacer y que he cumplido mi obligación", ha insistido. El Gobierno está reivindicando estos días que Rajoy ha sabido evitar, con su forma de actuar tan distinta a la de José María Aznar, que se llegara a un nivel de tensión o enfrentamiento insoportable. El Ejecutivo defiende que, pese a las críticas internas, Rajoy ha permitido que se celebrara el simulacro de consulta y dio una oportunidad a Mas para que no se involucrara en ella, pero al haber asumido en primera persona la organización ha puesto "las cosas muy difíclies" y ahora se enfrentará a la via judicial, de final incierto.

Ante la insistencia de las preguntas sobre el recorrido judicial posterior al 9-N, Mariano Rajoy ha optado por apelar a la autonomía de la Fiscalía, después de que los fiscales se hayan quejado de la presión del Gobierno. "Yo no soy nadie para decirle lo que tiene que hacer". "Tengo que respetar las decisiones de la fiscalía y del Poder Judicial porque si no, no iríamos por buen camino", ha añadido. "Créanme que no sé si se va a querellar. No he dado ninguna instrucción en este sentido", ha contestado a otra de las preguntas sobre la actuación de la fiscalía.

Rajoy le ha pedido al President que "se ponga a trabajar en lo que importa al conjunto de los ciudadanos de Cataluña", como el paro o los problemas económicos. Ha destacado, asimismo, que Mas "se ha dedicado única y exclusivamente a este proyecto, que ha terminado con una participación más baja de lo previsto".

El presidente no ha querido hablar de nada que no fuera Cataluña. Cuando se le ha preguntado si, dado el ambiente de enorme preocupación que se está instalando en su partido por el riesgo de un batacazo electoral, tenía previstos cambios en el Gobierno o en el partido, ha contestado con un lacónico "no".

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