Miles de personas se manifiestan en León contra los recortes a la minería del carbón

Varios miles de personas han recorrido durante la noche del martes las calles de León para defender la minería del carbón y pedir unidad de acción frente a los recortes de más del 60% al sector, en una marcha que ha concluido frente a la Diputación, donde se ha vitoreado a los mineros encerrados allí desde el 4 de junio.

La manifestación arrancó pasadas las diez de la noche de la explanada de la Junta y fue a desembocar en la plaza de Botines, donde la multitud ha jaleado a los mineros encerrados, tanto a los seis de la Diputación como a los siete que se encuentran en un pozo de Santa Cruz del Sil (León) desde el 21 de mayo.

Muchos de los participantes lucían cascos con lámparas y buzos de trabajo. Se gritaron consignas como "Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra" y "Aquí están, estos son, los que sacan el carbón", y se hicieron explotar petardos a lo largo de todo el recorrido.

Durante la jornada de ayer, martes, decimosexto día de huelga indefinida en la minería del carbón, hubo nuevos enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad. Fue un día más de piquetes en carreteras y vías de tren y de enfrentamientos entre mineros y antidisturbios.

Los mayores incidentes ocurrieron en Asturias. Por la mañana, un tren estuvo parado una hora entre Puente de los Fierros y Malvedo al romperse una de sus lunas por el impacto de una cadena colocada sobre la catenaria. Mientras, los representantes sindicales de la minería asturiana mantuvieron un encuentro con el presidente del Principado, Javier Fernández.

La circulación también estuvo interrumpida en carreteras del Principado debido a las acciones de los piquetes de trabajadores. Estos colocaron barricadas con neumáticos ardiendo en distintos lugares, entre ellos la autopista A-66, que comunica Asturias y León, a la altura de Campomanes; la A-8, en Colunga, y la A-63, en Vega de Anzo. En Campomanes, además, los mineros se encaramaron a los montes y lanzaron cohetes pirotécnicos a través de tubos para dirigirlos hacia la carretera y hacer frente a los agentes, que respondieron con pelotas de goma, alcanzando a alguno de los manifestantes.

Estas acciones se produjeron después de que en la noche del lunes la sede central del Partido Popular en Oviedo y las localidades de Mieres, Laviana, Siero y Aller sufrieran ataques. En el caso de las dos primeras se lanzó pintura negra contra las ventanas; en la tercera, huevos; y en las otras dos fueron rotos los cristales. Juan Antonio del Peño, portavoz del PP de Aller, en cuya sede fue encontrado un saco de carbón que introdujeron los autores del ataque, ha asegurado que su partido va a apostar por el mantenimiento de las ayudas a la minería. Del Peño ha recordado que ha pedido que se solucione el problema que sufre el sector y que ha llevado a la huelga indefinida que están manteniendo los mineros en protesta por los recortes. El secretario general del PP de Mieres, Luis Miguel Fernández Berandón, ha señalado que "nuevamente la sede del partido es blanco de las iras de aquellos que con este tipo de actos restan valor a sus reclamaciones".

Los mineros anuncian que aguantarán el pulso

Los líderes sindicales de la minería asturiana advirtieron este martes al Gobierno de que la huelga indefinida se prolongará mientras no proponga un aumento de las partidas para el sector en los Presupuestos de este año, porque, a su juicio, de nada sirve reabrir negociaciones sin propuestas económicas.

Los representantes de los trabajadores hicieron estas declaraciones a su llegada a la sede de la Presidencia del Principado de Asturias, antes de entrar a una reunión con el jefe del Gobierno regional, Javier Fernández, sobre la que no han querido hacer comentarios a priori.

Para el secretario general del sector minero de CC OO de Asturias, Maximino García, el conflicto "va a durar y se va a ir incrementando dependiendo de lo que el Gobierno decida hacer". García, preguntado sobre la nueva llamada al diálogo hecha por el ministro de Industria, José Manuel Soria, consideró que el diálogo que él entiende es el de la imposición, por lo que no supone ninguna novedad.