La bandera nacional ondeará en los actos del Partido Comunista de España
Por 169 votos a favor, ninguno en contra y once abstenciones, el comité central ampliado del Partido Comunista de España ha tomado el acuerdo de colocar la bandera bicolor del Estado español, en todos sus actos, al lado, de la bandera comunista. Una bandera roja y gualda de grandes dimensiones estaba situada ayer, efectivamente, en la sala de la reunión. Esta decisión, unida a la promesa de apoyo a la Monarquía si ésta avanza hacia las libertades y a la defensa de la unidad de la Patria, constituyen los puntos más sobresalientes de las resoluciones adoptadas por el citado órgano del PCE tras dos días de reunión en Madrid.
El comité central del Partido Com.unista de España ha trabajado, durante dos días, en medio de una situación muy tensa, «aunque es a tensión no ha alterado la calma de nuestras deliberaciones». Esta fue una de las primeras afirmaciones de su secretario general, Santiago Carrillo, en la rueda de prensa que siguió a la reunión del mencionado comité. Una bandera nacional y otra comunista estaban colocadas en el local, junto a la presidencia.Han sido aprobados ya el programa electoral del PCE y sus listas de candidatos al Congreso en todas las circunscripciones. No se ha hecho lo mismo con el Senado, porque el PCE continúa defendiendo la necesidad de una candidatura de unidad democrática. Asimismo, el comité central reivindica, según el señor Carrillo, la legalidad de cuantos partidos la han solicitado, así como la rápida liberación de todos los presos políticos.
«El comité central -prosiguió-ha examinado las consecuencias de la legalización del Partido Comunista de España. Este es un acto de gran importancia; vemos en él un cambio considerable de la situación política española. Ese cambio representa la inclusión del Partido Comunista en la vida nacional, con todos los derechos y deberes correspondientes.»
La bandera bicolor
«Es ese cambio -continuó- el que nos ha llevado a reconsiderar nuestra actitud hacia los símbolos y emblemas del Estado que nos reconoce. En tanto que representativa de ese Estado que nos reconoce, hemos decidido colocar, al lado de la bandera roja del partido comunista, la bandera bicolor del Estado español.» (Surgieron algunos aplausos en la sala.)
«En lo sucesivo -recalcó el señor Carrillo- la bandera con los colo res oficiales del Estado figurará al lado de la bandera del Partido Comunista. Siendo una parte de ese Estado, la bandera de éste no puede ser monopolio de ninguna fracción política, y no podíamos aban donarla a los que quieren impedir, el paso pacífico a la democracia.»
«El comité central recibió con grandes reservas la instauración de la Monarquía. Pero nosotros somos hombres que se atienen a los hechos. Los hechos que estamos presenciando es que bajo el Gobierno de la Monarquía se avanza hacia las libertades democráticas entre ellas la legalización del Partido Comunistd, aunque falten todavia otras medidas.»
«Si la Monarquía continúa obrando de manera decidida para restablecer la democracia, en unas próximas Cortes nuestro partido podría considerar la Monarquía como el régimen constitucional democrático. Si no fuera así, no tendríamos ningún compromiso en ese sentido. Hemos defendido la República, y las ideas de nuestro partido son republicanas; pero hoy, la opción no es entre Monarquía o República, sino entre dictadura o democracia.»
Apoyo a la unidad nacional
Carrillo se refirió después al peligro de las provocaciones en la hora. actual, e invitó a las fuerzas democráticas a que se mantengan vigilantes ante la violencia terrorista, venga de donde venga. Asimismo puso de manifiesto la decisión del PCE de jugar el juego democrático y aceptar e¡ fallo electoral; repitió, una vez más que no les anima el deseo de revancha ni de venganza.
Por otra parte, el comité central ha reafirmado sus conocidas posiciones sobre el reconocimiento pleno de la personalidad de las nacionalidades, pueblos y regiones de España. «No concebimos una España unida sin ése reconocimiento», dijo, y agregó: «España es una realidad histórica que defenderemos, y al mantener el derecho a la diversidad, defenderemos la unidad de nuestra Patria común.»
Terminada la exposición, el secretario general del PCE respondió a distintas preguntas de los periodistas. Recalcó que «nosotros estimamos necesario el entendimiento y consenso de todas las fuerzas que consideran necesario el paso pacífico de la dictadura a la democracia». Asimismo afirmó que si se hubiera abierto un registro de partidos políticos en el que simplemente se apuntaran todos, sin intervención de las autoridades, quizá se habría evitado «lo que la prensa dice del Ejército estos días».
Igualmente indicó que «nos consideramos en situación de garantizar el orden y la seguridad de todos nuestros actos»; aseguró que el regreso de Dolores Ibárruri a España «no va a suponer ningún seísmo en este país», y anunció que una comisión financiera del partido, encabezada por los señores Sánchez Montero y Tamames, se ha puesto ya a trabajar de cara a las elecciones. El PCE abrirá una gran suscripción nacional, editará bonos y acudirá al crédito para financiar su campaña electoral.
Programa electoral
El programa electoral del PCE, que ha sido aprobado en esta reunión del comité central ampliado, establece como primer objetivo «poner fin a la inseguridad y acabar con el temor de los españoles a votar con arreglo a su opinión, sea ésta cual sea; convencerles de que votar por la democracia contribuirá a abrir un largo período de tranquilidad, de seguridad para todos los españoles, independientemente de sus ideas e intereses. Conseguir que cada español vote conforme a su conciencia, rechazando con dignidad las coacciones y la propaganda del miedo».
Considera que «el voto comunista es un voto por la democracia», y reitera su voluntad de cooperar con todas las fuerzas dispuestas a ello para lograr que el Congreso elabore una Constitución que garantice el libre juego democrático a todos los partidos de izquierda, centro y derecha; la supremacía del Parlamento y de los órganos elegidos por sufragio universal y la completa independencia del poder judicial; los derechos humanos individuales en su más completa integridad; las libertades políticas, sindicales, de prensa, de cultura, de religión y el apoyo para su pleno ejercicio; la completa igualdad de derechos para la mujer; los derechos políticos y sociales de los jóvenes, entre ellos el del voto a los dieciocho años; la autonomía para las nacionalidades, los pueblos y regiones que componen el Estado; la plena democratización de la vida municipal; la separación de la Iglesia y el Estado; la posibilidad de transformar las estructuras económicas y sociales; la renuncia a la,guerra como instrumento de política internacional.
El programa afirma que para afrontar la crisis económica, los trabajadores deben ocupar el espacio que les corresponde en los órganos del poder político. Propone «el logro de la confianza del conjunto de las fuerzas sociales en un plan de saneamiento económico y en nuevas formas de desarrollo democrático», y cita como puntos de apoyo «una reforma fiscal progresiva, la reforma y control de la Seguridad Social, el control democrático de los recursos financieros de la banca privada y las Cajas de Ahorro, la utilización democrática del Instituto Nacional de la Vivienda y el Instituto Nacional de Urbanismo, "para evitar las secuelas negativas de la disponibilidad privada del suelo", y el saneámiento y democratización del INI y demás empresas públicas».
Habla también de asegurar al sector agrario la paridad de renta con los demás sectores, y expropiar a los grandes latifundistas «en los casos de explotaciones por debajo de los niveles racionales de aprovechamiento, dedicando estas tierras a mejorar la dotación de las explotaciones familiares viables y a constituir nuevas explotaciones por los obreros agrícolas que lo soliciten».
Por otra parte, «el PCE prestará la mayor atención a la defensa de los derechos de la familia, sobre la base de la igualdad jurídica de los cónyuges. En ese sentido, el PCE se pronunciará por el derecho al divorcio civil cuando la incompatibilidad entre marido y mujer lo haga necesario». También considera indispensable adoptar medidas en favor del reconocimiento y protección de los derechos de los trabajadores emigrados.
Declara asimismo que «promoverá y apoyará todas las medidas convenientes para la modernización de las fuerzas armadas de tierra, mar y aire», así como «una política democrática de orden público», incluida la defensa de los derechos civiles y económicos de quienes integran los cuerpos encargados de esta función.
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