“Solo el 10% de Mosul queda en manos del ISIS”
El veterano político defiende que Irak avanza pese a la difícil lucha contra el califato, las fricciones sectarias y el creciente pulso entre Irán y EE UU para ejercer influencia
La batalla para expulsar al ISIS de Mosul, la gran ciudad iraquí donde se declaró el califato en 2014, monopoliza con su importancia estratégica y valor simbólico las miradas internacionales sobre Irak. Mientras tanto, el país afronta en precario equilibrio otros pulsos igual de trascendentales para su supervivencia. Por un lado, la difícil coexistencia ente confesiones (chií, mayoritaria, y suní) y etnias (árabes y kurdos); por el otro, el creciente pulso entre Irán y EE UU para ejercer influencia en este Estado.
Ibrahim al Jafari (Kerbala, 1947), ministro de Exteriores desde 2014 y presidente del gobierno entre 2005 y 2006, defiende con vigor una visión optimista para el futuro. Cree que este año será el de la liberación de Mosul, sostiene que las potencias exteriores asesoran pero no erosionan la independencia del país y apunta un esperanzador dato: “en Irak, un 27% de los matrimonios son mixtos”. En un país en el que el 50% de los 34 millones de habitantes tiene menos de 19 años, de mantenerse, ese indicador puede convertirse en un poderoso factor de tolerancia y construcción de un pluralismo sereno.
Con respecto a la gran batalla de Mosul, Jafari sostiene que “solo queda en manos de Daesh —ISIS— un 10% del territorio de la ciudad”. El ISIS “utiliza tácticas no convencionales, como el uso de escudos humanos, y por ello, para proteger al máximo a los civiles, nuestro Gobierno decidió ralentizar la ofensiva. Podríamos haber liberado la ciudad en 2016, pero el coste civil hubiese sido demasiado elevado. No sería sabio dar plazos precisos, pero sí creemos que 2017 será el año de la liberación”. Precisamente este jueves en Washington, horas después de que se realizara esta entrevista en Madrid, el Pentágono reconoció haber matado a más de 100 civiles en un bombardeo sobre Mosul.
Jafari subraya que la ofensiva terrestre es conducida “exclusivamente por las Fuerzas Armadas de Irak, en sus distintas unidades, las brigadas de lucha antiterrorista, los peshmergas —fuerzas kurdas— y las fuerzas de movilización popular —las milicias—; la coalición internacional ofrece apoyo aéreo”.
Una de las cuestiones fundamentales en el nuevo Irak es comprender el grado de influencia de Irán sobre las milicias chiíes que juegan un papel determinante en los combates y en la vida cotidiana. Preguntado al respecto, el ministro de Exteriores afirma que “Irán tiene relación con todos los sectores de la sociedad iraquí. Pero si me pregunta sobre existencia de soldados o incluso de altos mandos militares iraníes dentro de Irak, no. Tenemos la puerta abierta para el asesoramiento. Los asesores que vienen trabajan bajo supervisión de nuestro gobierno. Esto se aplica a todos los países que mandan asesores”.
- ¿Cuántos asesores militares iraníes hay en Irak?
- Creo que mucho menos que otros países que están en Irak. Los primeros son los americanos.
Se estima que hay alrededor de 5.000 militares estadounidenses en Irak, y paulatinamente han asumido funciones más activas y cercanas a la primera línea de frente. Algunos observadores creen que el número de los iraníes es superior.
La actividad de las milicias chiíes —su respeto de los derechos de la minoría suní— es uno de los elementos clave para la convivencia entre las dos confesiones. Ante las reivindicaciones de sectores de la comunidad suní, Jafari responde que la arquitectura de poder de Irak es sumamente generosa con las minorías en el reparto de cargos centrales. Desafía al entrevistador a citar países europeos que reserven cuotas de poder a las minorías equiparables.
Con respecto a la espinosísima cuestión kurda —los dirigentes de Erbil han anunciado su intención de celebrar un referéndum de independencia, incluso tan pronto como este otoño— el ministro de Exteriores recuerda que gozan de amplia independencia. “Gestionan su gobierno, tienen su Parlamento y además les hemos asignado una cuota del presupuesto nacional del 17%, muy superior al 12,9% que destinaba la ONU en el marco del programa alimentos por petróleo de principios de los noventa”.
Frente al desafío del referéndum, Jafari declina precisar cómo responderá el Ejecutivo. Dice que “la justicia y el Parlamento tendrán que decidir si es constitucional” y, a continuación, recuerda que la cuestión kurda “sobrepasa el ámbito interno iraquí. Esto afecta a los otros cuatro países con sectores kurdos de la sociedad: Turquía, Irán, Siria y Rusia”.
Este complejo escenario tiene como trasfondo una inquietante contracción económica vinculada a la caída del precio del crudo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una recesión equivalente a un 3% del PIB. Ello, pese a que la producción de petróleo haya llegado a los 4,5 millones de barriles diarios, frente a los dos que se producían hace una década. Según datos ONU, solo 8 millones de iraquíes integran la fuerza laboral sobre 34 millones de habitantes. De esos 8 millones, un 40% son empleados públicos.
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