La Casa Blanca asegura tener pruebas sobre la autoría del ataque por parte de El Asad
Un avión Su-22 del régimen sirio emitió el agente nervioso sobre la población civil el 4 de abril a las 6.55 de la mañana, según un informe de la Administración estadounidense
El Gobierno de Estados Unidos defendió este martes ante la prensa que tiene pruebas “claras y sólidas” de que el presidente sirio, Bachar el Asad, es el responsable del ataque con gas sarín de la madrugada del 4 de abril sobre la población civil, y de que Moscú está ayudando al mandatario, a quien apoya junto a Irán, a “encubrir” su autoría de maniobras de distracción apuntando a los terroristas. "Siria y su principal aliado, Rusia, han intentando confundir a la comunidad internacional sobre la responsabilidad del ataque", dijeron en un informe de cuatro páginas.
En una conferencia telefónica, fuentes de la Administración de Donald Trump aseguraron contar incluso con “pruebas fisiológicas” que apuntarían a El Asad y que estos y otros de los datos recogidos resultan incompatibles con las “falsas narrativas” que, según los funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, tanto Siria como Rusia están difundiendo.
El informe de la Casa Blanca asegura que un avión ruso Sukhoi Su-22 de la fuerza aérea siria partió de la base de Shayrat y sobrevoló Jan Sheijun, el lugar del ataque, unos 20 minutos antes de las primeras noticias del gaseo que, según los primeros testimonios en las redes sociales comenzó a las 6.55 de la mañana. Sobre el mediodía, comenzaron a aparecer evidencias gráficas en Internet de víctimas con síntomas de un ataque químico. Además, aseguran tener constancia de que personal “históricamente vinculado” al programa sirio de armas químicas estaba en la base aérea el día del ataque y estuvo preparando la matanza en esa misma base durante el mes de marzo.
Aunque fuentes del Gobierno ya avanzaron el lunes que no tenían pruebas de que Moscú supiera de antemano la intención de El Asad de atacar, este martes volvieron a poner la posibilidad sobre la mesa.
“¿Cómo es posible que sus fuerzas estuvieran acuarteladas junto con las fuerzas sirias que planearon, prepararon y realizaron este ataque con armas químicas en la misma instalación, y no tuvieran conocimiento previo?”, se preguntó un alto funcionario.
El informe también apunta a algunas contradicciones. "Moscú sostiene que los gases se emitieron a causa de un bombardeo en un depósito de munición en suburbios orientales de Khan Shaykhun. Sin embargo, una fuente militar siria dijo a medios estatales rusos que ese día no hubo nignún bombardeo".
El Pentágono también dio por seguro que el Gobierno sirio está detrás del ataque. El secretario de Defensa, Jim Mattis, advirtió al régimen de El Asad que pagará un “precio muy severo” si vuelve a utilizar armas químicas que había declarado haber entregado. A su lado, en una rueda de prensa en el Pentágono, el máximo responsable militar en Oriente Próximo, el general Joseph Votel, señaló que EE UU “permanece posicionado de forma apropiada para responder si es necesario”, informa Joan Faus.
Sin embargo, Mattis evitó especificar si, dentro de la categoría de armas que llevarían al Pentágono a actuar de nuevo, entraría el uso de cloro por parte del Ejército sirio. “Estados Unidos no permanecerá pasivo mientras El Asad ignore claramente la ley internacional y utilice armas químicas que había declarado destruidas”, dijo el secretario de Defensa. Pero subrayó que la doctrina militar estadounidense no ha cambiado y que la prioridad en Siria sigue siendo la lucha contra el Estado Islámico.
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