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Ejército e islamistas egipcios se enfrentan en los aledaños de Tahrir

Tras semanas de calma y manifestaciones menores los Hermanos Musulmanes pretenden ocupar la mítica plaza cairota

Islamistas se enfrentan a miembros del Ejército egipcio.
Islamistas se enfrentan a miembros del Ejército egipcio.KHALED KAMEL (AFP)

Después de varias semanas de manifestaciones menores en el centro de El Cairo, el viernes los Hermanos Musulmanes volvieron a sacar miles de personas a la calle contra el golpe de Estado militar del pasado 3 de julio. Desde puntos diversos, los islamistas intentaron tomar la plaza Tahrir, pero las fuerzas de seguridad lo evitaron a base del lanzamiento de gases lacrimógenos y de disparos. Según el ministerio de Sanidad, en los disturbios en la capital murió al menos una persona, y una quincena resultaron heridas. En varias provincias se registraron también altercados, que en Assiut se cobraron la vida de 4 personas.

Desde el derrocamiento de Morsi, el pasado 3 de julio, las fuerzas de seguridad han impedido a los activistas islamistas acercarse a Tahrir. Los primeros días, la plaza estaba sellada. Luego se relajó el control, pero aún ahora está cerrada su parada de Metro. Y es que Tahrir continúa teniendo un gran valor simbólico que las nuevas autoridades no quieren conceder a sus adversarios.

A causa del acoso policial, los militantes de la Hermandad no conocen el punto de inicio de las manfistaciones de los viernes

El domingo es una fiesta nacional en Egipto, y se celebrarán el 40 aniversario de la última guerra contra Israel. Ya hace días que los militantes de la Hermandad están calentando motores, y en las paredes de la capital se puede ver algunas pintadas del 6/10. En las resdes sociales corría la noticia que los islamistas pretendía ocupar Tahrir el domingo, pero se han adelantado dos días.

A causa del acoso policial, los militantes de la Hermandad no saben el punto de concentración de las manfistaciones de los viernes hasta horas antes de su inicio. Una de las más multitudinarias tuvo lugar en el barrio de Manial, al sur de Tahrir. Después de dar varias vueltas por la zona, la manifestación se ha dirigido al norte. “Me parece que vamos a Tahrir”, dijo con una sonrisa Hassan, un joven miembro de la cofradía.

Los altercados llegan un día después de la visita de Cahterine Ashton

En Manial, se vivieron algunos momentos de tensión cuando un grupo de adolescentes ha atacado la marcha con piedras, un anticipo de la violencia que vendría. No obstante, la manifestación ha transcurrido en un ambiente festivo, entre gritos contras las autoridades militares. Había bastantes chicas, todas estrictamente veladas, e incluso alguna familia. A medida que avanzaba la tarde, la manifestación iba creciendo hasta reunir a varios miles de personas. “La mayoría de la población está con nosotros. No será fácil, pero al final derrotaremos a los golpistas”, decía convencido Hassan, contradiciendo las opiniones de la mayoría de analistas.

Aparte de algún retrato de Morsi, una mano negra sobre un fondo amarillo era la protagonista de la mayoría de carteles y banderas. Se trata del símbolo de la masacre del campamento Rabá al-Audawiya, donde murieron centenares de seguidores de Morsi a mediados de agosto. Una de las manifestaciones de la Hermandad trató de reocupar también los aledaños de la mezquita, pero las fuerzas de seguridad lo evitaron.

Al acercarse a Tahrir, Hassan compró una mascarilla en una farmacia. Avezado en las protestas -estuvo en Rabá al-Audawiya-, presagiaba altercados. Apenas unos minutos después, el aire se ha impregnado de un fuerte olor de gases lacrimógenos, y la marcha ha retrocedido. Mientras algunos manifestantes intentaban convencer al resto de continuar la marcha, en la boca de la calle han aparecido dos tanquetas militares con sendas ametralladoras. Han acelerado hacia los manifestantes, miestras se oía una retahíla de disparos, y la multitud se ha dispersado en desbanda.

La batalla se prolongado durante diversos minutos en las calles adyacentes a Tahrir, pues a la refriega se han sumado grupos de civiles que, armados con cuchillos, han lanzado botellas y piedras a los activistas islamistas que huían despavoridos. “Son vecinos del barrio que detestan a los Hermanos”, ha explicado un tendero que observaba atentamente los disturbios frente a la puerta de su comercio.

Los altercados, replicados en varias ciudades del país, llegan un día después de que la máxima responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, realizara una visita a la capital egipcia. Ashton se entrevistó con los principales líderes del país, incluido el ministro de Defensa, Abdelfattá al Sissi, y una delegación de los Hermanos Musulmanes.

Antes de volver a Bruselas, Ahston hizo una llamada a la reconciliación, pero aseguró que no era portadora de ninguna iniciativa de mediación. “La solución está en las manos de los egipcios”, declaró. Así las cosas, de momento, no se ve un final cercano a la crisis política que atraviesa el país.

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