Paros en la televisión pública griega por el despido de dos presentadores
Los presentadores, que criticaron al titular de Orden Público, acusan al Gobierno de "censurar la televisión pública" Ambos revelaron datos de un presunto caso de torturas policiales que el ministro niega
Periodistas de la televisión estatal griega (ERT, en sus siglas griegas) han acusado al Gobierno de ejercer la censura y comenzado una serie de paros en protesta por el despido, este lunes, de dos presentadores de un programa de la NET (primer canal de ERT) que criticaron al ministro de Orden Público. Kostas Arvanitis y Marilena Katsimi fueron despedidos de forma fulminante tras sostener en la emisión matinal de NET que un informe médico forense confirmaba las torturas sufridas a manos de la policía por militantes antifascistas durante una manifestación celebrada en septiembre, excesos que el titular de Orden Público niega. Los informadores se preguntaron también si Nikos Dendias, el ministro aludido, dimitiría por ello. Fuentes de los trabajadores de ERT han anunciado que los paros, de dos horas de duración, pueden ser seguidos de jornadas de 24 horas de huelga si la dirección de la cadena pública no revoca los despidos.
La expulsión de Arvanitis y Katsimi se suma a la detención y el procesamiento de otro periodista griego, Kostas Vaxevanis, por publicar en la revista Hot Doc la denominada lista Lagarde, una relación de 2.059 griegos con cuentas en Suiza. La fiscalía le acusa de violar la ley de privacidad de datos. La sucesión de acontecimientos —sólo transcurrió un día entre ambos episodios— ha sembrado dudas sobre el respeto a la libertad de expresión en Grecia, de cuya deriva alerta incluso un colegio profesional. A las advertencias formuladas ayer por la organización Reporteros sin Fronteras (RSF), la Federación Europea de Periodistas y la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), hoy se ha sumado la de la Unión de Editores de Diarios de Atenas. “La siempre precaria libertad de prensa en Grecia, donde la mayoría de los medios [de comunicación] privados están en manos de oligarcas con buenos contactos, es papel mojado”, escribía hoy, por ejemplo, la periodista griega Maria Margaronis en The Nation.
El Colegio de Abogados de Atenas, por su parte, ha cuestionado la detención de Vaxevanis por la “proverbial rapidez” con que se ha desarrollado el proceso: el fiscal emitió la orden de detención el sábado; la detención se produjo el domingo a primera hora de la mañana y el periodista será juzgado este jueves, en un alarde de celeridad que contrasta, según la asociación profesional, con los dos años transcurridos “sin procesos legales de ningún tipo” desde que la lista Lagarde llegó a manos de las autoridades griegas. El colegio subraya la inacción de las autoridades, pese a que "son por ley las responsables de utilizar la lista".
Censura en la televisión pública
Mientras tanto, Kostas Arvanitis ha manifestado que la decisión despedirlos a él y a Katsimi tiene motivaciones políticas y constituye un intento de amordazar a los medios de comunicación. “Esto no tiene sólo que ver con nosotros, tiene que ver con la censura en la televisión pública. ¿Nos van a dar a partir de ahora una lista con las palabras y los comentarios que podemos hacer?”, declaró Arvanitis a la agencia Reuters. “También me gustaría pedir perdón porque ayer hicimos comentarios sobre las elecciones de EEUU y no se nos ocurrió llamar a Obama para que nos diese su punto de vista”, ironizó el presentador sobre uno de los motivos que esgrime la dirección de ERT para el despido: no haber solicitado la opinión del aludido Dendias.
El delito de Arvanitis y Katsimi es haber osado entrar de lleno en un caso que el establishment mediático ha venido orillando y que pese a ello no deja de engordar, el de la presunta connivencia policial con los desmanes de la ultraderecha y, en concreto, las agresiones a inmigrantes y militantes antifascistas por parte del partido neonazi Aurora Dorada, que tiene 18 diputados en el Parlamento griego y al que una encuesta de intención de voto convierte en tercera fuerza política si hoy se celebraran elecciones. El diario británico The Guardian ha sido especialmente beligerante en la investigación de las relaciones entre ultras y policías: a la información sobre los excesos policiales en la manifestación antifascista de septiembre, se añade la publicación de un revelador —y preocupante— vídeo, obra del periodista griego Aris Jatzistefanu, en el que un alto cargo policial confirma la infiltración de los ultras en el cuerpo policial, con la aquiescencia de sus responsables.
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