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EL NUEVO PAPA

Benedicto XVI llama a la unidad de los cristianos en su primera homilía

Los 114 cardenales abandonan la casa de Santa Marta y regresan a sus países tras el final del cónclave

Benedicto XVI, nombre con el que el cardenal Joseph Ratzinger ha tomado la mitra papal, ha oficiado esta mañana su primera misa como Papa en latín, por expreso deseo del Pontífice. En la homilía, se ha comprometido a "trabajar sin desperdiciar energías por la reconstrucción plena y visible de la unidad de los cristianos". Además de apostar por el diálogo interreligioso, se ha comprometido a seguir la estela del Concilio Vaticano II y la herencia de Juan Pablo II: "una Iglesia más joven, más libre y valiente". Mientras tanto, muchos de los 114 cardenales que participaron junto al propio Ratzinger en el cónclave han abandonado ya el Vaticano para regresar a sus lugares de origen, informa Bernardo Marín desde Roma.

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Consciente del perfil duro que de él han ofrecido los medios, el nuevo Pontífice ha dejado claro en su primera homilía que sus objetivos serán el diálogo interreligioso y la unidad entre los cristianos, precisamente uno de los puntos de los que se decía es mucho más reacio que su antecesor. Durante su primera homilía, en nuevo Papa ha tenido palabras de recuerdo para Karol Wojtyla, de quien se dijo era la mano derecha e incluso la izquierda. "Juan Pablo II deja una Iglesia más libre, más joven, una Iglesia que mira con fe hacia el futuro y con serenidad hacia el pasado". "El Papa Juan Pablo II había indicado que la guía para orientarse en el Tercer Milenio era el Concilio Vaticano, y yo también quiero afirmar con fuerza que continuaré la senda trazada por el Concilio Vaticano II y en la fidelidad bimilenaria de la Iglesia", ha añadido.

El aliento de Juan Pablo II

Y en la misma línea que Wojtyla, Ratzinger se ha dirigido directamente a los jóvenes. "Queridos jóvenes, futuro y esperanza de la Iglesia y de la humanidad, continuaré dialogando, escuchando vuestros deseos, intentado ayudaros a encontrar siempre lo más profundamente posible a Cristo viviente, eternamente joven", ha dicho. Benedicto XVI ha lucido durante el oficio religioso la cruz de Juan Pablo II, en lo que puede ser interpretado como un gesto aparente de continuidad, aunque todavía se desconoce si Ratzinger elegirá esta cruz como símbolo de su pontificado. En todo caso, ha subrayado: "Me parece sentir su mano fuerte [la de Juan Pablo II] que aprieta la mía, sus ojos sonrientes y sus palabras 'no tengais miedo', pero que esta vez se dirigen a mí".

Además, ha confesado que tiene "sentimientos encontrados" desde su nombramiento ya que, aunque está "agradecido" por su designación, considera inmerecido el nombramiento debido a sus "debilidades". La misa de esta mañana se ha oficiado a puerta cerrada en la Capilla Sixtina con la única asistencia de los miembros del colegio cardenalicio y parte del persojal vaticano, aunque se ha retransmitido en directo por televisión. Sin embargo, la misa solemne de Benedicto XVI, la que dará inicio a su Pontificado, se celebrará el próximo 24 de abril a las diez de la mañana en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Los Reyes de España presidirán la delegación española, en la que no participará el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, pero sí los ministros de Defensa, Justicia e Interior. El lunes, Benedicto XVI recibirá a las delegaciones oficiales.

El apoyo alemán

Ya se habla de cual será el primer viaje del Papa. Según fuentes vaticanas, a finales de mayo viajará Bari, en el sur de Italia, para clausurar el Congreso Eucarístico Nacional. El propio Ratzinger ha confirmado durante la misa que a mediados de agosto viajará a Colonia, en Alemania, participar en la Jornada Mundial de la Juventud. No se descarta que, aprovechando ese viaje a su Alemania natal, acuda también a Cracovia (Polonia), para rendir homenaje a Juan Pablo II. Tras la misa, Benedicto XVI ha acudido, como hacía cada mañana antes de ser nombrado Papa, a la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigió los últimos 24 años, para saludar a sus colaboradores, con los que se ha hecho una foto. Numerosas personas le han acogido con aplausos y vivas.

Tras la misa, la mayoría de los 114 cardenales que participaron en el cónclave junto a Ratzinger han abandonado la residencia de Santa Marta, informa Bernardo Marín desde Roma. Uno a uno, han ido saliendo en coche del Vaticano y, aunque muchos de ellos, como el purpurado de Sevilla Carlos Amigo y el arzobispo de Madrid José María Rouco Varela, parecían dispuestos a detener su marcha para hablar con la prensa, los carabinieri lo han impedido, y con malos modos. El que sí seguirá viviendo de momento en Santa Marta es el Papa, mientras se adecúan las dependencias del Palacio Apostólico que ocupó durante 26 años su predecesor. El portavoz vaticano, Joaquín Navarro-Valls, lo ha confirmado, para precisar que Ratzinger ya ha visitado los apartamentos papales, que estaban sellados desde la muerte de Wojtyla.

Con motivo de esta visita, la ventana de la habitación del Papa, en el tercer piso del palacio, se ha abierto de nuevo. A pesar de las numerosas peticiones de las decenas de personas que han acudido hoy al Vaticano, muchos de ellos alemanes pertrechados con pancartas de apoyo, el Papa no se ha asomado a saludar. Y eso que la muchedumbre no se ha cansado de reclamar en varios idiomas "a la ventana, a la ventana". Aunque aún es pronto para saberlo, gestos como éste parecen indicar que no va a ser un Papa de masas como lo era Juan Pablo II. Sin embargo, un sabio taxista romano responde al preguntar su opinión sobre el Papa: ¿Cuál Papa, el nuevo? Aún es pronto para saberlo". La gran estrella del día, a falta de la foto del Papa en la ventana, ha sido hacerse con un L'Osservatore Romano a modo de souvenir. Los han vendido a miles, al precio de un euro el sencillo y de dos con una gran foto del Papa para enmarcar. El diario oficial del Vaticano salió ayer a la calle en edición especial a las 19.10 y, desde entonces, no han parado de vender ejemplares como churros.

El Papa Benedicto XVI en el momento de la consagración en la misa de hoy.
El Papa Benedicto XVI en el momento de la consagración en la misa de hoy.REUTERS

"Estoy verdaderamente emocionado"

Por la tarde, el nuevo Pontífice ha hecho su primera salida del Vaticano para dirigirse al apartamento en el que habitaba hasta ahora, situado a pocos metros de la Plaza de San Pedro. Ratzinger ha sido recibido con aplausos y gritos de "viva el Papa" por las numerosas personas que se encontraban en la zona de la Plaza Citta Leonina, donde se encuentra la vivienda que ha ocupado en los últimos 24 años.

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