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Equinoccio de primavera: el hemisferio norte da la bienvenida a la nueva estación

Este martes 20 a las 17.15, hora española, ha comenzado la nueva estación que durará 92 días y 18 horas, según el Observatorio Astronómico Nacional

Buganvilla en el Jardín de Monforte, Valencia.Foto: atlas
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Equinoccio de primavera: ¡Adiós invierno!

Pese al gris del cielo, las fuertes lluvias y las bajas temperaturas en la Península y Baleares, este martes 20 de abril a las 17.15 horas comienza oficialmente la primavera en España, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, dependiente del Instituto Geográfico Nacional. La estación, que en términos meteorológicos ya comenzó el 1 de marzo, durará 92 días y 18 horas y terminará el 21 de junio, con el comienzo del verano.

Mientras que el hemisferio norte del planeta dice adiós al invierno, la otra mitad le da la bienvenida al otoño. El equinoccio —del latín aequinoctium, que significa "noche igual"— es el instante preciso en el que la duración del día y la noche prácticamente coinciden en cualquier punto de la Tierra. Durante la primavera, los días aumentan progresivamente, alcanzando unas 12 horas de luz y, por lo tanto, las noches tardan más en llegar conforme van pasando los días. A las latitudes de la Península, amanece cada vez antes (un minuto de diferencia cada día que se avanza hacia el verano), y por la tarde el sol se pone más tardíamente.

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Las fechas de los equinoccios varían año a año debido al modo en que la duración de la órbita de la Tierra alrededor del Sol (conocida como año trópico) encaja en la secuencia de años bisiestos del calendario. Durante el siglo XXI, el equinoccio de primavera puede darse a lo sumo en tres fechas distintas del calendario: los días 19, 20 y 21 de marzo. El inicio más temprano sucederá el año 2096, y el más tardío ocurrió en 2003, según datos del Centro Nacional de Información Geográfica.

Con motivo de este cambio de estación, el próximo domingo 25 de marzo los relojes se adelantarán una hora. Dicha modificación forma parte de una directiva europea, que afecta a todos los países de la Unión, con la que se pretende aprovechar mejor las horas de luz solar y un consumo menor de electricidad.

Dos lluvias de estrellas iluminarán el cielo durante esta primavera. La lluvia de Líridas, en primer término, se verá mejor el 22 de abril a las 20.26 horas, cuando el fenómeno podrá dejar 18 meteoros por hora. La de eta-Acuáridas —una de las más intensas del año después de las Perseidas de agosto y las Gemínidas de diciembre— tendrá su máximo visible el 6 de mayo a las 10.02 horas, con hasta 60 meteoros por hora.

La visibilidad de los planetas también cambia en esta época del año. Mientras que Venus se verá después de la puesta de Sol, Marte y Saturno podrán observarse al amanecer. Júpiter también se dejará observar al amanecer en estos primeros días de la primavera, y pasará a hacerse notar toda la noche en el mes de mayo. Sin embargo, no se producirán eclipses de Sol o de Luna durante estos tres meses. La primera luna llena de la primavera será el 31 de marzo, las siguientes serán el 30 de abril y el 29 de mayo.

En cuanto a la incidencia del polen, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) prevé que esta primavera los niveles del mismo sean un poco más intensos que los del año anterior en el centro y suroeste del país. Los niveles serán moderados en la zona centro peninsular, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid, y se alcanzarán niveles máximos en Toledo, con 4.874 granos por metro cúbico de aire. Los niveles serán moderados altos en el suroeste peninsular, especialmente en Extremadura o Sevilla, donde se esperan niveles superiores a 5.000 granos. Canarias, en cambio, tendrá niveles muy leves —hasta 500 granos por metro cúbico de aire—, así como el litoral mediterráneo —con un valor máximo en Barcelona de 1.231 granos—, y en la cornisa cantábrica, con un valor máximo en Vitoria de 2.761 granos.

Estos niveles de polen se deben a las bajas temperaturas de este invierno, según el presidente del Comité de Aerobiología de la organización, Ángel Moral, con temperaturas medias en febrero por debajo de años anteriores. El frío ha retrasado el crecimiento de todas las plantas, como ha sucedido con los cipreses y las arizónicas, que han retrasado su polinización. Cuando terminen las lluvias, los alérgicos a estas plantas empezarán a tener síntomas. Pese a que las predicciones son similares a las del año pasado, en aquella ocasión el calor hizo que los niveles terminaran siendo más leves en abril y mayo.

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