Todos quieren vestir la zamarra de Italia del Mundial ‘82 (por ejemplo)
Las camisetas de fútbol que lucieron las generaciones más míticas de los clubes no están en la tienda del equipo, sino en las de moda
La gloria no tiene nada que ver con la victoria. La Holanda de Cruyff perdió la final del Mundial de 1974 contra Alemania, pero su fútbol total permanece en la memoria de los aficionados. El Brasil del 82, tal vez uno de los mejores equipos de todos los tiempos –en su once se alineaban Sócrates, Zico, Junior–, cayó en los cuartos del mundial de España en Sarriá frente a la Italia de Paolo Rossi (3-2), a la postre pichichi del torneo.
Un trocito de historia de estos equipos se vende en forma de camisetas vintage en tiendas como Coolligan. Son réplicas de las que vistieron los jugadores. “Los clientes buscan recordar momentos legendarios de este deporte. Aunque muchos no son fanáticos del fútbol, sino gente a la que le gusta la moda”, cuenta Jon Segovia, fundador de la marca. La moda de las camisetas retro salta así de las gradas del estadio a la calle. Aficionados o no al fútbol compran según los colores. Pero nada que ver con sus sentimientos, sino con el diseño, el estilo y la manera de combinarla con unos vaqueros. Nada de enfundársela en una pachanga con los amigos.
El Aston Villa vende la de la final de la Copa de la Liga de 1971, que perdieron frente al Tottenham
En España la venta de camisetas vintage corresponde a este tipo de tiendas en lugar de a las oficiales de los clubes. En Reino Unido, donde cuidan la tradición o donde al menos tienen más claro esto de que llegar a una final puede constituir un éxito, las comercializan junto a las equipaciones de la temporada actual.
El Aston Villa vende la de la final de la Copa de la Liga de 1971, que perdieron frente al Tottenham. “Aunque la más popular es la de la final de la Copa de Europa de 1982, que ganamos”, dice Gemma Duah, de prensa del club de Birmingham. Precisamente el Tottenham vende la de 1986, cuando quedaron terceros en liga, llegaron a la final de la Copa y a la semifinal de la Copa de la Liga. Maradona la vistió en el homenaje a Ardiles, jugador de los Spurs en los ochenta. El orgullo tampoco tiene que ver con la victoria.
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