Una enfermera italiana, investigada por no vacunar a al menos 500 niños
Los fiscales de Treviso (en el noreste del país) sospechan que Emanuela Petrillo acercaba las jeringuillas, sin inocular el suero
Durante años los compañeros de trabajo pensaron que Emanuela Petrillo tenía que ser la enfermera de las manos de oro. Los niños que vacunaba nunca lloraban. Un día tras otro, hasta que algunos empezaron a sospechar que Petrillo —31 años y una licenciatura cum laude —, en realidad no vacunaba a los niños. La justicia italiana ha abierto una investigación por negligencia con respecto a al menos 500 casos: los fiscales de Treviso (en el noreste del país) sospechan que Petrillo acercaba las jeringuillas, sin inocular el suero. Petrillo se ha defendido en la prensa local afirmando que ella vacunó siempre a todos los niños que pasaron por el centro de prevención “La Madonnina”, donde trabajaba desde principios de 2016. Lo que también creían los padres que les acompañaban, hasta que la unidad sanitaria número dos de la ciudad presentó pruebas de que al menos en unas dos docenas de casos no había sido así.
No es la primera vez que la enfermera se encuentra bajo la lupa por su conducta. Anteriormente, esta había sido investigada por la misma razón, pero los jueces instructores no encontraran pruebas suficientes para abrir un juicio. “Los niños no lloraban porque en la universidad aprendí una nueva técnica que hace que se perciba menos el dolor del pinchazo”, ha afirmado la mujer en declaraciones recogidas por el diario Corriere della Sera. Sin embargo, los investigadores sospechan que Petrillo haya actuado intencionalmente por defender o adherir a algún tipo de teoría antivacuna, aunque ella lo niegue rotundamente.
“A veces estaban los padres conmigo”, ha añadido según Corriere, “¿Cómo podía hacer eso?”. Sin embargo, ella tampoco sabe cómo justificar las pruebas presentadas por la unidad sanitaria que ha analizado una muestra de menores que pasaron por "la Madonnina" y que han resultado no estar inmunizados hacia algunas enfermedades. “Se trata solo de unos caso”, se ha defendido Petrillo. Según recoge el periódico italiano, el director general de la unidad sanitaria, Francesco Benazzi, sin embargo, tiene claro que son suficientes pruebas para demostrar que su conducta ha sido intencional.
Su homólogo de la unidad sanitaria número 3 de Udine, donde la mujer trabajó de 2009 a finales de 2015, ha ido más allá y ha ordenado volver vacunar a todos los que pasaron por el centro médico de Codroipo cuando Petrillo estaba en servicio. Se trata de 7.000 niños y adultos que necesitarían unas 21.000 dosis y un coste de centenares de millares de euros, según ha informado el diario La Repubblica. Todos tendrán que ser vacunados otra vez contra enfermedades como tétanos, hepatitis B, varicela o sarampión. Esta última es una de las patologías que ha registrado en los últimos meses un incremento preocupante en el número de casos en todo el país y ha hecho saltar las alarmas de las autoridades sanitarias nacionales.
La investigación de la fiscalía di Treviso sobre la supuesta “objeción de conciencia” de Petrillo se suma a una serie de casos polémicos que se han dado a conocer y que están relacionados con la difusión de las teorías antivacunas. El caso de un bebé de seis meses que tuvo que ser ingresado “en condición crítica” en Falconara (Ancona) en marzo se encuentra entre los que tuvieron mayor eco mediático. Los padres hicieron pública su denuncia de otros padres que habían rechazado vacunar a sus hijos contribuyendo a la difusión de la enfermedad. El instituto Superior de Sanidad ha registrado más de 2.500 casos en lo que va de año. En 2016 no llegaron a ser 900 en los 12 meses.
Las controversias sobre la difusión de teorías pseudocientíficas, según las cuales las vacunas no permitirían el pleno desarrollo de los niños, han llegado a calentar el clima político hasta que la ministra de Salud Beatrice Lorenzin quiso poner un punto y aparte. A principios de mayo, esta anunció tener listo un borrador de ley sobre la obligatoriedad de las vacunas para todos los niños cuyos tiempos de aprobación y detalles están todavía por definir. Mientras tanto la investigación sobre Petrillo sigue bajo el foco de los medios. La mujer ha declarado al diario La Repubblica, estar tan cansada y desconcertada de no saber ya cuál es la realidad: “bajo una montaña de acusaciones es difícil seguir confiar en nosotros mismos, o de nuestros recuerdos”.
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