Givenchy rinde tributo al rosa Balenciaga
El Orfeón Donostiarra estrena un uniforme negro diseñado por el modisto francés que se inspira en el maestro de Getaria
Hubert de Givenchy fue amigo y un gran admirador de Cristóbal Balenciaga. A estos dos maestros de la alta costura les une, además de la moda, su simpatía por el Orfeón Donostiarra, una prestigiosa coral con 120 años de historia. Las voces femeninas de esta agrupación, que han vestido desde 1964 el uniforme blanco que creó el diseñador de Getaria, añaden ahora a su vestuario un nuevo traje que lleva la firma del modisto francés. Es una túnica negra ceñida bajo el pecho con un lazo de color “rosa Balenciaga”.
La alta confección seguirá estando presente en todos los conciertos del Orfeón Donostiarra, tanto sea con la vestimenta blanca de Balenciaga como con la negra de Givenchy, y refuerza así el vínculo que el coro mantiene desde mediados del siglo pasado con diseñadores de primera fila. “Las cantoras son todas muy bellas, pero esto da más glamour al Orfeón”, asegura su presidente, José María Echarri. La confección de los patrones del nuevo vestuario se encargó al modisto Lorenzo Caprile, que ha vestido, entre otras, a la reina Letizia.
Givenchy (Beauvais, Francia, 1927) asistirá el próximo 26 de mayo al estreno de la indumentaria que ha creado desinteresadamente. Un grupo de 15 cantoras vestidas de negro austero actuará ese día en el Museo Balenciaga, en Getaria (Gipuzkoa), con ocasión de la inauguración de la exposición dedicada a la colección textil y documental de Rachel Lowe Lambert Melon. Será la puesta en escena de “un traje de corte imperio, con escote en pico”, que deja suelta la cintura y se ciñe bajo el pecho con una lazada de color rosa, explica Elma Francés, una de las modistas que ha participado en la confección del uniforme.
El modelo resulta “cómodo y elegante”, opina Ane Urrutikoetxea mientras le hacen los últimos retoques a su túnica. Esta soprano que canta desde hace 16 años con el Orfeón explica que el creado por Givenchy tiene las mangas más amplias y cortas (tipo japonés) y el cuello es más abierto, lo que les dará “más libertad de movimientos” que el traje blanco de Balenciaga (Getaria, Gipuzkoa, 1895-Jávea, Valencia, 1972). El uniforme de Givenchy está realizado en crepe satén, una tela pensada para “aprovechar su lado mate y brillante”, afirma Francés. “El lazo es un gross grain de color rosa que da un aspecto de seda para dar un toque glamuroso al conjunto”, añade.
La idea de diseñar un nuevo traje para las orfeonistas surgió el 7 de junio de 2011 durante la inauguración del Museo de Getaria, donde está expuesto el uniforme del Orfeón. Echarri recuerda que la vicepresidenta de la Fundación Balenciaga, Sonsoles Díez de Rivera, le planteó entonces la posibilidad de confeccionar un nuevo traje para las cantantes de la coral: “Primero se pensó en un concurso de ideas restringido a cuatro o cinco diseñadores internacionales, pero el presupuesto se disparaba. En ese momento, surgió Givenchy. Aceptó la propuesta y nos envió gratis cinco o seis bocetos”.
Los patrones que preparó Caprile han permanecido estos años guardados en la sede del Orfeón porque “la crisis económica impedía confeccionar los uniformes”, afirma Echarri. Un convenio con el Ayuntamiento de San Sebastián ha permitido recuperarlos. El Cluster Donostia Moda se encargará de confeccionar gratis las 130 túnicas de las orfeonistas. “Con estos trajes made in San Sebastián vamos a conseguir una repercusión internacional que nos permitirá dar a conocer la producción textil realizada en nuestra ciudad", dice el concejal Ernesto Gasco. Todas las cantoras del Orfeón lucirán el modelo Givenchy en el concierto que esta agrupación ofrecerá el 14 de diciembre en el Kursaal donostiarra.
Los recuerdos sobre los trajes que han lucido las voces femeninas del Orfeón son bastante difusos. Desde 1909, cuando el coro pasó a ser mixto, todas las mujeres han vestido de color blanco, aunque en los primeros años con modelos y cortes diferentes. En los cuarenta se uniformizó la indumentaria con “un vestido blanco largo de cuello en pico y manga larga”, hasta que a mediados de esa década Balenciaga puso su sello particular. En 1945, las orfeonistas que trabajaban en el taller del modisto de Getaria obtuvieron de este un patrón especial para el viaje que el Orfeón iba a realizar a Portugal, pero apenas hay referencias exactas de las características de aquel modelo.
Fue en 1964 cuando intervino directamente Balenciaga para sustituir la indumentaria por otra más minimalista y que se mantiene más de cinco décadas después. Balenciaga creó un patrón que eliminaba la lazada del escote en pico y lo sustituyó por uno redondeado, mantuvo el cinturón blanco y la manga larga. Se implicó de tal manera en la renovación del uniforme que llegó a retrasar uno de sus viajes a París para ultimar los detalles del diseño final. El presidente del Orfeón en aquella época, José María Aguirre, donó 100.000 euros para costear el nuevo vestuario que iba a ser estrenado en un concierto junto a la Orquesta Nacional bajo la dirección de Rafael Frühbeck de Burgos. La agrupación coral nombró a Balenciaga socio de honor en 1964 por su “brillantísima colaboración”, que fue totalmente desinteresada, según las crónicas de la época.
La vestimenta femenina conserva hoy el patrón original y su sobrio diseño, aunque en 2000 se cambió el tejido por uno más cómodo para las cantoras. “El nuevo traje de Givenchy es representativo de una evolución. Estamos innovando”, sostiene Echarri. El uniforme blanco de Balenciaga y el negro del modisto francés convivirán a partir de ahora en las galas del Orfeón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.