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CLAVES
Columna
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Funambulismo

La cuestión territorial es la espinita clavada en la armonía ideológica entre Ciudadanos y el votante de centro

Sandra León
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y el alcalde de Mijas (Málaga), Juan Carlos Maldonado, durante un encuentro con militantes.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y el alcalde de Mijas (Málaga), Juan Carlos Maldonado, durante un encuentro con militantes. Jorge Zapata (EFE)

Quien aspire a ser influyente en el Parlamento actual se obliga a un ejercicio de funambulismo. La acrobacia consiste en otorgar estabilidad al Gobierno mediante acuerdos, sin dejar de explorar alianzas alternativas con las que marcar la agenda política, desmarcarse del resto de formaciones y apelar a la base electoral.

Ciudadanos camina por la legislatura procurando mantener ese equilibrio. Decidió apoyar la investidura de un partido con el que compite electoralmente, ganando visibilidad a riesgo de acabar difuminado bajo la órbita del PP. Para evitarlo ha intentado apelar a la lucha contra la corrupción como estandarte del partido. También ha separado su ideario a izquierda y derecha, redefiniendo su ideología como liberal progresista.

El liberalismo como recurso electoral topa con una derecha tradicionalmente más apegada a los valores conservadores de autoridad y tradición que a los de tolerancia moral, religiosa o cultural. Aunque el conservadurismo disminuye con la edad, la oportunidad electoral de Ciudadanos entre los jóvenes de derechas depende de que la moderación de éstos se deba a un cambio generacional y no a un rasgo que se pierde con la edad.

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La apuesta liberal puede ser atractiva para el elector de centro, cuyas preferencias en temas como libertad, seguridad, impuestos o inmigración son próximas a las del votante de Ciudadanos. Con una excepción: el tema territorial. En esta cuestión el votante moderado tiene una posición más cercana a los socialistas y el de Ciudadanos es más próximo al PP.

La cuestión territorial es la espinita clavada en la armonía ideológica entre Ciudadanos y el votante de centro. ¿Debería sacarla, moderándose en la cuestión territorial? Si lo hiciera seguramente tendría que renunciar a ser competitivo en las provincias pequeñas, rurales y centralistas en las que ya se resintió el 26-J. Ganar diputados en esas provincias amortigua el castigo del sistema electoral.

Ciudadanos se mueve en una franja electoral peligrosa, en la que pequeños cambios porcentuales pueden reforzar en su contra el sesgo mayoritario del sistema electoral. Camina como funámbulo sin red. @sandraleon_

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