Cuando Sinatra descabezó a un purasangre

Después de Paul está muerto y otras leyendas urbanas del rock, el periodista cinéfilo Héctor Sánchez (Salamanca, 1985) repite jugada en Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas de cine (Errata Naturae) —otra vez con el mismo cómplice, el ilustrador David Sánchez—, con el foco puesto en el cine. Y, rebatiendo aquello de segundas partes nunca fueron buenas, les ha quedado un tocho de ágil lectura fragmentada cargado de información ideal para aficionados curiosos.

¿Cómo ha sido el proceso de elaboración?

El punto de partida fueron leyendas conocidas, como el rodaje de la llegada a la Luna por Kubrick, la congelación de Walt Disney o el epitafio de Groucho Marx. Investigando sobre éstas, iba descubriendo otras.

Leyendas y chascarrillos de Hollywood hay en abundancia, ¿cómo ha sido el proceso de selección?

He intentado que tocar distintos palos: malentendidos, frases muy populares que en realidad no se pronunciaron en las películas, accidentes, escándalos sexuales, posibles interpretaciones de escenas extrañas… En total son treinta y tres capítulos. El listado previo tenía unas cincuenta ideas. Dejé fuera, entre otras, la maldición de Superman y la muerte de un extra durante el rodaje de Ben-Hur. Ya había demasiados cadáveres y maldiciones.

¿Querías desentrañar lo que es verdad y lo que es falso?

El objetivo es desmitificar estos bulos. Sólo me he centrado en historias que eran falsas, por lo que se puede considerar el libro como una colección de mentiras del cine, todas ellas tratadas desde un punto de vista irónico e informativo.

Hoy que los medios desgranan hasta lo más nimio de la vida de los actores, y ellos cuelgan su vida al detalle en las redes sociales... ¿Hay sitio para la leyenda?

Sí. La posibilidad de que en Internet todo el mundo pueda dar su versión provoca un exceso de información o de desinformación.