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familia
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Seis buenas razones por las que acoger a un ‘au pair’

Es una solución valiente, que no es tampoco conciliación, pero al menos permite a tus hijos pasar más tiempo en casa

Juan Ignacio Salinero Gómez, joven español de 25 años, que trabaja de au pair mientras aprende trabajo
Juan Ignacio Salinero Gómez, joven español de 25 años, que trabaja de au pair mientras aprende trabajoAgentur Focus

Mientras esperamos que algún día se haga realidad la tan anhelada conciliación de la vida laboral y la familiar, esa que permitirá a padres y madres trabajar y a los niños ser felices viviendo en horarios de niños y no con agendas de ministros. No nos queda otra que buscar soluciones para sobrevivir proporcionando una infancia lo más agradable posible a nuestros pequeños.

Después de hacer uso de guarderías infantiles, canguros, horarios extendidos de colegios y campamentos urbanos decidí que ya estaba bien de arruinarles la infancia a mis hijos, y de paso la nuestra, que así no había quien viviera, que no había diferencia entre tener vacaciones en el cole y no tenerlas, porque los pobres seguían madrugando igual y cargando con mochilas todos los días, aun en los periodos de asueto para asistir a campamentos urbanos y actividades lúdicas en días no lectivos.

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Como en muchos otros momentos en los que he tenido que tomar decisiones de cierta relevancia, después de mucho rumiar, de pensar y tontear con la idea de acoger a una au pair en casa, un buen día me lancé y no lo dudé más. Unos cuatro años más tarde, puedo decir que la decisión fue muy acertada. Es una solución valiente, que no es tampoco conciliación, pero al menos permite a tus hijos pasar más tiempo en casa, con sus hermanos, y disfrutar de su hogar.

Antes de acoger una au pair es importante ser muy consciente de las ventajas y los inconvenientes. Seguro que habéis oído historias de boca de conocidos y amigos que os han desalentado por completo, que os han hecho pensar que es una locura y que las familias que se embarcan en esta aventura se equivocan. No os voy a engañar, hay momentos difíciles, y hay un buen puñado de inconvenientes que os pueden echar para atrás. Pero tiene muchísimas ventajas, que para los que están de verdad necesitados de un par de manos que ayuden en casa, tienen mucho más peso que cualquier inconveniente.

Para mí, las ventajas son muchas y se dejan ver enseguida. Aunque es cierto que en mi caso estaba en una situación que rozaba la desesperación: vivir lejos de los familiares más cercanos, trabajar y criar tres hijos puede ser bastante duro. Yo empecé a notar las ventajas de tener una au pair enseguida y conseguí, sobre todo, un poco de libertad.

  1. Ya no tenía que irme a todas partes con los niños, podía ir a la peluquería y dejar así de teñirme las canas en casa, que es un asco y acabas con un color de pelo indecente.
  2. Descubrí que teniendo a otra persona adulta en casa me sentía más tranquila, respaldada cuando mi marido estaba de viaje, y esto se tradujo en una mayor paciencia con los niños, menos estrés para mí y mi pareja y mayor felicidad para los peques.
  3. Hay tantas pequeñas cosas en las que un au pair alivia tu estrés, desde ir corriendo al supermercado cuando está a punto de cerrar y te das cuenta de que no tienes pan, aceite o huevos hasta llevar a los niños a clases de fútbol, de baile o de yudo, o a los cumpleaños infantiles, que maldita la gracia que te hace pasarte la única tarde libre de la semana, la del viernes, en el parque de bolas. Pues ya tienes la solución perfecta. También pueden recogerte y llevarte la ropa a la tintorería, comprarte medicinas en la farmacia, pasar por el estanco a comprar sellos, o incluso echarte una mano con las melenas de las niñas y los indeseables piojos.
  4. Por no decir la relación tan bonita que establecen las niñas con las/los au pairs, son como hermanas mayores para ellas, comparten gustos que por la diferencia de edad ya no comparten contigo, actores, cantantes, música, aficiones…
  5. Y por supuesto, son de gran ayuda en todo lo relativo a su propio idioma. Hasta ahora siempre he sido firme en la decisión de tener au pairs cuya lengua materna sea el inglés porque somos exigentes con el aprendizaje de este idioma y creemos que nadie mejor que una persona nativa. Esto se traduce en que en casa todos hablamos inglés con ella. Aprendizaje real y significativo, mientras cocinamos la cena y charlo con mi au pair aprendo mucho más que en cualquier clase particular de academia. Y los peques lo mismo, juegan con ella, comparten su día a día, en inglés, y evidentemente, ella les ayuda con los deberes, que cuando el colegio es bilingüe, tienen casi la mitad de ellos en la lengua de Shakespeare.
  6. Creo además que enseña a los niños a ser personas respetuosas, tolerantes, abiertas de mente, a aceptar a una persona nueva en su familia, a compartir, a ser generosos, y a convivir con otras culturas, con otros seres humanos, algo que no es tan sencillo como parece. Un buen au pair es un modelo excelente para los niños. Muchas de ellas deciden serlo para tomarse un año sabático antes o después de acabar la universidad y me parece una idea muy interesante para que nuestros propios hijos la pongan en marcha, para completar su formación, algo que está siendo cada vez más considerado por las empresas.

Como no todo es de color de rosa, toca ahora hablar de los inconvenientes. Aunque creo que os los podéis imaginar.

  1. Para empezar hay que tener una habitación disponible para ella sola (o él, que también hay chicos au pair), lo cual es muy importante para que pueda disfrutar de momentos de intimidad.
  2. Hay que pagarle, pero no tratarla como a una empleada, sino como a un miembro de la familia.
  3. Hay que respetar su tiempo libre, no os vayáis a creer que un au pair es una esclava, a la vez que hay que exigirle amablemente que cumpla con sus responsabilidades. Encontrar ese punto de equilibrio puede ser difícil, y ambas partes tienen que querer que la cosa funcione. Es fundamental que se tomen su labor en serio, y no quieran venir a “Spain” por el sol y la fiesta, lo cual algunas veces no llegan a conseguir.
  4. Pueden causaros algún trastorno si sois muy ordenados, y os gusta tener vuestra casa muy limpia. Y no, la mayoría no saben cocinar, así que en muchas ocasiones te verás cocinando para una persona más. Las comidas también pueden ser difíciles, si te gusta hacer una única comida para toda la familia, incluir una persona más puede hacer que algún ingrediente quede excluido de las recetas habituales.

Pero a pesar de todo eso, creo que las ventajas superan con creces los inconvenientes, si haces una buena selección, tu vida puede mejorar muchísimo, no es conciliar, pero se le parece.

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