Paciencia: al ritmo de Rajoy la paridad se logrará en 2024
Si los progresos de Mariano Rajoy para avanzar en igualdad de género alcanzan a una mujer cada cuatro años, necesitaremos otras dos legislaturas más para llegar a la paridad. Con suerte y de seguir la lenta progresión aritmética que acostumbra el presidente (hemos pasado de cuatro mujeres en 2011 a cinco en 2016), en un eventual Gobierno del Partido Popular de 2024 podríamos llegar a ¡siete ministras junto a siete ministros! No haremos chistes sobre el clásico de 1954 Siete novias para siete hermanos.
Esto es una boutade, claro, pero lo que no es una boutade es el desprecio del Partido Popular a la ambición de paridad que propugna la Ley de Igualdad de 2007 y que hoy se hace aconsejable en cualquier práctica democrática que se precie.
Sáenz de Santamaría renunció a su baja maternal como muchos esclavos siguieron sirviendo a sus amos cuando se abolió la esclavitud
Además tenemos dos problemas: el primero es la dis-paridad numérica. El segundo es que, entre las elegidas, no se vislumbran grandes defensoras de la paridad.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría tomó posesión por primera vez en este cargo en 2011 renunciando a su baja de maternidad, una opción tan legítima como decepcionante para la causa de la conciliación. Muchos esclavos también renunciaron a la libertad cuando se abolió la esclavitud en Estados Unidos y estaban en su derecho, sí, pero eso no añadió nada positivo al avance en derechos humanos. Flaco favor.
En esta ocasión, Soraya Sáenz de Santamaría mantiene su cargo de vicepresidenta única del Gobierno, al que suma las competencias de interlocución con las comunidades autónomas y resta el de portavoz. María Dolores de Cospedal es la nueva ministra de Defensa, en un país donde convertir lo inexplicable en mal explicado (la indemnización en diferido de Bárcenas) se premia en lugar de castigarse. Isabel García Tejerina y Fátima Báñez repiten al frente de Agricultura y Empleo. Y Dolors Montserrat se sitúa al frente de Sanidad en un relevo (también en diferido) de Ana Mato, que cayó por su vinculación con el caso Gürtel y de su fugaz sucesor, Alfonso Alonso.
Dolors Montserrat, que también es ministra de Igualdad, se ha manifestado contra las cuotas, una herramienta de inclusión que sería indeseable, claro, si no hiciera falta.
La hora de las mujeres no ha llegado a España, por tanto. Mientras Hillary Clinton acaricia la presidencia de Estados Unidos, Theresa May gobierna en Reino Unido y Angela Merkel en Alemania, como Dilma Rousseff lo hizo en Brasil, la ejemplificación de la igualdad en España va más despacio. Paciencia.
Dolors Montserrat, una ministra contra las cuotas al frente de Sanidad e Igualdad
“El Gobierno atenderá al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en el nombramiento de las personas titulares de los órganos directivos de la Administración General del Estado y de los organismos públicos vinculados o dependientes de ella, considerados en su conjunto, cuya designación le corresponda”. Es el artículo 52 de la Ley de Igualdad de 2007 que, como vemos, no se ha cumplido.
Nos vemos, pues, en 2024.
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