Los alcaldes de las grandes ciudades piden protagonismo
Los regidores quieren sitio en la ONU y acceso directo a financiación contra el cambio climático
Las ciudades solo ocupan un 2% de la superficie del mundo, pero generan más del 75% de los gases de efecto invernadero y en ellas vive más de la mitad de la población. Sus gobiernos son responsables de tomar decisiones que impactan directamente sobre la vida de millones de ciudadanos. Sin embargo, no cuentan con un papel propio en las Naciones Unidas, donde están representadas por medio de los Estados, y tampoco pueden solicitar financiación directamente a los organismos internacionales para luchar contra el cambio climático. Los alcaldes de las mayores ciudades del mundo, reunidos en Quito con motivo de la gran cumbre sobre urbanismo sostenible, Habitat III, se han unido para reclamar el peso específico que, consideran, merecen en la escena internacional.
La II Asamblea Mundial de Gobiernos Regionales y Locales, que se reunió el pasado domingo, un día antes del comienzo de Habtitat III, solicitó formalmente a la ONU la creación de un órgano donde las ciudades tengan voz y voto para poder implementar la Nueva Agenda Urbana, que saldrá aprobada este jueves en Quito. Se trata de un documento que marcará las políticas de urbanización para los próximos 20 años en el mundo, con el objetivo de conseguir ciudades sostenibles e inclusivas. Paradójicamente, los municipios solo tuvieron un papel consultivo previo en este debate, que será ratificado por los Estados.
Mauricio Rodas, anfitrión del encuentro y alcalde de Quito, reclamó que se defina “un rol concreto, específico y efectivo”, para los gobiernos locales y regionales, dentro del marco institucional de las Naciones Unidas, “de tal manera que sea posible hacer una correcta evaluación y seguimiento de la Nueva Agenda Urbana". El jefe del Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, que es también presidente de la Alianza Euro-latinoamericana de Cooperación entre Ciudades, sumó a esta petición otra: que las conferencias de Habitat se realicen con más periodicidad. La de Quito es la tercera de una serie que se viene celebrando cada 20 años. “Ni siquiera podemos medir si hemos sido efectivos aplicando las directrices de estas reuniones; los que vienen quizás ni sepan por qué se empezaron a aplicar”, lamentó Mancera.
Lo cierto es que no, no han sido efectivos. La política urbanística tras Hábitat II (Estambul, 1996) han sido un “fracaso”, según el Informe Mundial de Ciudades 2016, que sirvió para evaluar lo hecho hasta ahora y marcar las líneas maestras que las ciudades deberán seguir en las próximas décadas.
Sin acceso a financiación tenemos las manos atadas, pero hemos de dar respuestas a los retos globales ADA COLAU, ALCALDESA DE BARCELONA
Uno de los problemas que los alcaldes arguyen para no poder cumplir algunos de sus objetivos, especialmente los concernientes a la mitigación del cambio climático, es su falta de acceso a los organismos internacionales de financiación. La red de las mayores ciudades del mundo (C40) también ha aprovechado el foro internacional para reclamar ayudas para sufragar sus acciones contra el calentamiento global.
Muchos de los objetivos marcados en la Cumbre del Clima de París, que estarán reflejados en la Nueva Agenda Urbana, pasan por ciudades menos contaminantes. Excepto en aquellas con temperaturas más extremas (que gastan ingentes cantidades de energía en calefacción y aire acondicionado), la mayor parte de estos gases son generados por la movilidad, en un orden que puede superar el 70%. Construir infraestructuras de transporte público es tan necesario como costoso.
“Sin acceso a los fondos internacionales de financiación, muchos de nuestros proyectos se truncarán. El principal objetivo de ciudades en el mundo es luchar cambio cambio: si nos quedamos sin aire que respirar, no podremos realizar ninguna otra tarea”, lamentaba el regidor de México. Según su experiencia, para acceder a fondos de organismos como el Banco Mundial o los bancos regionales de desarrollo, al tener que pasar previamente por los Ejecutivos nacionales, se demoran más de un año, lo que hacen que lleguen “demasiado tarde”.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ponía un ejemplo para mostrar cuán necesario es para las ciudades acceder directamente a esta financiación: “En el área metropolitana de Barcelona hay 3.500 muertes prematuras al año por la polución y miles de personas sufren enfermedades por su culpa. Una de las prioridades es reducir el uso del vehículo privado. Necesitamos invertir en transporte público y nos encontramos que el Estado ha recortado a la mitad los fondos en estas infraestructuras: de 200 millones de euros a 98. Las ciudades tenemos las manos atadas, pero estamos obligadas a dar respuestas a retos globales”.
La interlocución para las ciudades a la hora de conseguir este reto es doble. Por un lado, con los propios bancos de desarrollo y, por otro, con los Gobiernos estatales. El presidente de la C40 y alcalde de Berlín, Michael Müller, explicó que Habitat III es precisamente un foro idóneo para negociar esta nueva forma de financiación: “Todos los líderes mundiales están aquí, veremos si lo conseguimos”.
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