Por qué todo el mundo quiere ‘hackathon’
Las empresas cambian las reglas del juego para innovar y buscan la colaboración de genios fuera de sus plantillas
En 2003 Henry Chesbrough, profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Berkeley (California), se dio cuenta de que las empresas no podían seguir innovando con la puerta cerrada. El secretismo en torno a la innovación ya no tenía sentido. Las compañías estaban obligadas a asumir que el conocimiento estaba distribuido por todo el mundo y que ningún departamento de I+D tendría capacidad para atraer y retener todo ese talento. Las reglas del juego habían cambiado: para acelerar la innovación era necesaria la colaboración de los genios de fuera, especialmente en el caso de las compañías tecnológicas. Chesbrough acuñó ese nuevo modelo de innovación industrial como Open Innovation (en español, innovación abierta).
El término se popularizó muy rápido en Estados Unidos. Al buscar la palabra Open Innovation en Google en 2003, se podían encontrar 200 resultados, cifra que en 2010 ya superaba los 13 millones, según contó el propio Chesbrough, también profesor en Harvard Business School durante ocho años, en un artículo publicado en la revista Forbes.
En medio de ese escenario, con una nueva fórmula para la innovación más descentralizada y fuertemente participativa, se multiplicaron los llamados hackathons, encuentros de programadores para resolver de forma colaborativa un reto o un problema técnico de una compañía en tan solo 24 o 48 horas. La palabra es el resultado de la fusión de hacker y maratón.
No existen datos oficiales de cuántos hackathons se han organizado en todo el mundo, pero según la web especializada hackathon.io se han celebrado más de 3.300 desde 2012. El de mayor envergadura lo organizó el pasado abril la NASA desde Pasadena (California): equipos de 72 países se conectaron simultáneamente para desarrollar aplicaciones móviles, software, hardware y visualización de datos para mejorar la vida en la tierra y contribuir a nuevas misiones espaciales.
Todo empezó en Silicon Valley. “Para las tecnológicas era muy complicado encontrar perfiles técnicos, así que comenzaron a reunir los viernes por la noche a jóvenes a los que les apasionaba el código, les compraban unas pizzas y les retaban a desarrollar soluciones”, explica Michiel Das, fundador de Hackathon Spain, una web nacida en 2014 en España para asesorar sobre el funcionamiento de estos eventos y para registrarlos. Sus datos señalan que hasta la fecha se han organizado 57 en los últimos tres años.
Consejos para participar en un 'hackathon'
1. Prepárate antes de ir al evento. Investiga sobre el objetivo del hackathon, los códigos de programación o requisitos, y la historia de la empresa.
2. Empieza a crear cuanto antes. No alargues demasiado la fase inicial, cuando tengas una primera idea ponte a trabajar directamente para perder el mínimo tiempo.
3. Concéntrate en lo más importante. Es imposible presentar un prototipo o una idea completa en 24 o 48 horas, así que sé selectivo con los extras que añades a la idea.
4. Utiliza las herramientas que ya tienes. Si ya dispones de una demo, software o producto medio terminado, no te pongas a crearlo tú mismo. Supondrá un gran ahorro de tiempo.
5. Pregunta. Los organizadores están allí para ayudarte, pídeles feedback regularmente sobre tus avances.
6. Evita distracciones. Cuantas menos distracciones, mejor. Cierra la pestaña de Facebook y activa el modo avión en tu móvil.
7. Es más divertido en grupo. En la mayoría de los hackathons te pedirán que te inscribas con un equipo. Si no tienes uno, no te desanimes, muchas veces los organizadores crean nuevos equipos con participantes individuales.
8. Prepara bien la presentación final. El momento más importante del hackathon es la presentación de tu proyecto, así que cuida la ortografía, presentación visual y los puntos clave que quieres mencionar al jurado.
9. No te olvides de hacer networking. Muchos hackathons cuentan con la presencia del departamento de recursos humanos de las empresas organizadoras. Aprovecha esta oportunidad para hacer networking y mejorar tus posibilidades de conseguir un empleo.
Estas son las recomendaciones de Michiel Das, fundador de Hackathon Spain.
“Para las empresas es una forma de recibir ideas frescas a un coste bastante bajo, muy por debajo de lo que pagarían a una consultora”, destaca Das. En la mayoría de los casos, las compañías que organizan hackathons ofrecen un premio al equipo de programadores que resulta ganador. O bien les brindan productos tecnológicos como tabletas o una recompensa monetaria que puede alcanzar varios miles de euros.
Los hackathons no siempre se hacen de puertas hacia fuera. Muchas tecnológicas los organizan internamente para motivar a sus empleados a explotar su creatividad. Facebook es un ejemplo de ello y desde su lanzamiento ha celebrado más de 50 hackathons internos de los que han salido funciones como el botón Me gusta o su chat.
Atraer talento joven es otra de las misiones de los hackathons. Es el caso de Javier Luna, sevillano de 19 años, que programó su primera calculadora con ocho y su primer ordenador con solo 10 años. Sentado junto a su compañero de equipo en el hackathon Join, organizado por Telefónica en septiembre, cuenta cómo IBM le intentó fichar a los 17 años para desarrollar aplicaciones de Android o cómo el pasado verano una tecnológica belga le contactó por Linkedin y le ofreció 45.000 euros al año por sumarse a su plantilla.
Luna, que todavía no ha terminado el grado de Ingeniería de Software en la Politécnica de Madrid, reconoce que la universidad es un “mal necesario”. “Aunque casi todo lo que sé hacer lo he aprendido de forma autónoma, voy a acabar los estudios porque en España todavía es necesario tener un título”, cuenta. Este es su segundo hackathon y su motivación para acudir a estos eventos es la de conocer a otros apasionados de la tecnología y hacer contactos.
“Los jóvenes son los líderes de la revolución digital, hay que contar con ellos”, asegura Rosalía O’Donnell, responsable de Posicionamiento Público Joven en Telefónica. Para su empresa, los hackathons tienen tres focos: desarrollo de producto, captación de nuevos perfiles e impulso del talento joven. “Si el reto que planteas les motiva, es fácil que venga gente con potencial”, añade.
En los últimos años, compañías españolas de diferentes sectores se han subido al carro de los hackathons. No solo tecnológicas, también energéticas, arquitectónicas, médicas o de servicios jurídicos. “El mercado evoluciona rápido, y no basta con los empleados de dentro de la compañía innovando. Las empresas tienen que crear plataformas de innovación abierta y dejar que gente de fuera juegue con sus herramientas”, señala Pedro Moneo, fundador de la consultora de innovación Opinno -con sedes en San Francisco, México, Colombia y España-, que ha asesorado, entre otras, a Endesa. Además del posicionamiento de marca y la imagen de transparencia que aportan estos eventos, Moneo cree que también sirven para reclutar talento. “Siempre será mejor verles en acción que una simple entrevista; es importante ver cómo se ajustan a un puesto concreto”.
Desde Google, Andrés Leonardo Martínez, director de Relación con los Desarrolladores, reconoce que los hackathons se están popularizando en España. Sin embargo, hace una crítica. Cree que son poco efectivos. “Si no cuentas con perfiles con un cierto nivel de conocimiento técnico o compenetración, los resultados suelen ser pobres. Los productos tendrán poca utilidad desde el punto de vista tecnológico”. Él defiende que las comunidades de desarrollo de software open source preexistentes funcionan mejor que juntar a grupos que no se conocen entre sí o que no conocen con profundidad un determinado lenguaje de programación. La naturaleza de esas comunidades es la pasión por el código pura y dura, sin recompensa económica de por medio. “Según un estudio de Vision Mobile, el 40% de los perfiles que participan en estas comunidades, lo hacen con el único afán de aprender”, añade.
Según una encuesta realizada por Hackathon Lovers –una comunidad de desarrolladores- a 186 participantes en hackathons, los principales motivos por los que acuden a estos eventos son aprender, conocer gente y divertirse, en ese orden.
Llevar la tecnología más allá de los límites para los que fue creada. Ese es el máximo objetivo de los hackathons según Chema Alonso, uno de los hackers más reconocidos en España que el pasado mayo era fichado por Telefónica como máximo responsable de su división de big data. “Hoy ya no sirven los powerpoint, tienes que demostrar que tu idea funciona desarrollándola. Participar en estos eventos sirve como carta de presentación porque ahora ya no te preguntan qué has estudiado, sino qué has hecho que se pueda ver”. Alonso critica el exceso de pensadores y reclama más doers, o sea, gente que se ponga manos a la obra. El lema que lo resume todo es Put your code where you put your mouth (en español, pon tu código donde pongas tu boca), algo que podría traducirse del lenguaje hacker como déjate de cuentos y ponte a programar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.