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Tentaciones

Así es ser gótico en 2017 (más allá de los estereotipos)

Acudimos a la VIII Semana Gótica de Madrid para comprobar que su interés por lo oscuro va mucho más allá de la estética. Bueno, y que a un gótico hasta le puede gustar la playa

Sergio C. Fanjul
Una familia en el festival gótico de Leipzig, uno de los más importantes del mundo.
Una familia en el festival gótico de Leipzig, uno de los más importantes del mundo.Gettyimages

"Aquí vais a aprender muchas cosas oscuras", dice desde el estrado Marjorie Eljach, la directora de este congreso sobre literatura gótica que se encuadra dentro de la VIII Semana Gótica de Madrid (que se llama semana pero que dura un mes). Vine en busca de jóvenes flacuchos y pálidos, con los pelos cardados, muchos crucifijos, botas enormes, pero miro alrededor y, aparte de algunos asistentes vestidos de riguroso negro (como la propia Eljach), el personal es bastante normcore. Esta mañana el sol brilla a través de los grandes ventanales de la flamante facultad de Filología de la Complutense y nos acomodamos en nuestras mullidas butacas de color azul pastel: nada más lejano a un cementerio sobre el que se ciernen las tinieblas de la madrugada.

Yo vine a preguntar si los góticos siempre tienen que estar sumidos en un profunda melancolía, qué se ponen en verano, si les gusta playa, entre otras chorradas. Pero precisamente uno de los objetivos de este festival es contrarrestar estos estereotipos fáciles de ciudadano de a pie y mostrar lo gótico como un amplio movimiento que extiende sus tentáculos por todas las ramas de la cultura: música, literatura, moda, arte y hasta ciencia. Respecto a lo de la playa: "Pues a los góticos sí que nos puede gustar la playa", bromea Eljach, "yo misma soy colombiana caribeña y no puedo estar más de dos meses sin ver el mar". Aclarado: misión cumplida.

Abre las charlas el profesor Miguel Salmerón, hablando de la tragedia en Esquilo, Shakespeare y Wagner. Luego se hablará de Lilith en la cultura popular, de la represión sexual en Charlotte Brontë, del pacto mefistofélico en la película La bruja, del hada Melusine, de opio y oculismo, de lo ecogótico, de esoterismo, de figuras fantasmales como medio de denuncia social, de las dominatrix, de gárgolas y de un sinfín de variopintos asuntos más. Un buen remolino de referencias que dan idea del amplio espectro (nunca mejor dicho) de esta tendencia.

"Pues a los góticos sí que nos puede gustar la playa", bromea Eljach

¿Qué es, pues, lo gótico? "Lo gótico se puede ver como una estética en la indumentaria que va de lo victoriano a lo industrial, como esa expresión literaria de las novelas góticas con maldiciones familiares, castillos donde suenan cadenas, casas encantadas... Si te dicen que lo gótico tiene que ver con un estado de ánimo, se trata más bien de tener un espíritu romántico", explica Eljach. En efecto, la cosa comienza con las novelas góticas de Horace Walpole, Jan Potocki o Ann Radcliffe. Luego viene, más conocido, lo postgótico que incluye gran variedad de autores, de Bram Stoker a H.P. Lovecraft, pasando por Edgar Allan Poe.

Pero tal vez la forma más extendida de lo gótico, o al menos la iniciación de muchos jóvenes en este mundillo, es la música, concretamente el gothic rock, que emana del post punk en el cambio de década entre los 70 y los 80: Sisters of Mercy, Bauhaus, Siouxie and the Banshees, Fields of the Nephilim, The Mission o The Cure. La discoteca seminal donde se coció la poción fue The Batcave Club, en Londres (algo así como el CBGB para el punk estadounidense). En España una de las bandas más oscuras de la época fue Parálisis Permanente. Luego el estilo se fue bifurcando en otros como el dark folk o el electrodark, etc.

"La música ejerce como puerta de entrada y también como aglutinante del movimiento", afirma la directora. El webzine Virus G se dedica a dar cobertura a las última expresiones de estos estilos. "Luego hay mucha gente que viene al movimiento gótico como turista: se pasa una temporada y luego se va", dice Eljach. En efecto, quién no ha tenido un amigo bien formal que le enseña esas fotos tremendas "de cuando era gótico". Locuras de juventud.

"Ven a chavales maquillados por ahí y piensan que son góticos, pero puede que sean siniestros, a los que les gusta todo el rollo del terror"

En este mes se celebran actividades para todos los gustos (oscuros, claro está): encuentros sobre literatura gótica actual (en Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Callao), música y leyendas siniestras mexicanas (Teatrífico, en el museo Lázaro Galdiano), un recorrido por el Museo de Ciencias Naturales con el trasfondo de la quema de brujas, una exposición sobre libros de ocultismo en la Complutense, charlas y presentaciones en Fnac Callao y en Generación X, un desfile de moda inspirada en el ocultismo (Plataforma G, en la sala Taboo) y hasta una actividad de punk rock para niños (SGM Kids Fest, en la misma sala) de la que seguro saldrán a los góticos del mañana, entre otros eventos. La información completa se encuentra en la web de la semana gótica.

¿Cómo anda la escena en la actualidad? Está presente en el congreso alguien que puede tener una buena panorámica del asunto: Rose Garden (el nombre está sacado de una canción de Bauhaus), la que se dice la primera gótica de España. Fue miembro con carnet del primer club gótico en Londres, Creation, y traía desde allí los discos que se pinchaban en Madrid. "Aquí eran tiempos en los que todo el mundo tenía ganas de crear y hacer cosas, pero el ambiente estaba muy dividido", cuenta, "en el Rock-Ola cuando ponían punk bailaban los punks, luego cambiaba la música y los punks se hacían a un lado para que bailasen los mods. Yo no encontraba bien mi sitio, me faltaba algo con lo que identificarme de verdad. Las punks iban con sus botitas militares, yo con mis tacones de aguja; no me gustaba el pogo, me gustaba danzar. Porque lo mío era lo gótico, que no prendió hasta el 84 o el 85".

Parálisis Permanente, uno de los primeros grupos góticos de España.
Parálisis Permanente, uno de los primeros grupos góticos de España.

La gente tiene un concepto equivocado de este movimiento: "Ven a chavales maquillados por ahí y piensan que son góticos, pero puede que sean siniestros, a los que les gusta todo el rollo del terror. A mi el terror me da igual. Yo soy gótica, romántica, erótica, pero no siniestra. Por lo demás, hoy en día noto que en la escena falta innovación, que nos pasamos el día mirando al pasado".

Dentro de la escena existen sesiones como Dark Hole o clubs como Stigmata, en Madrid, Undead Dark Club en Barcelona, o los grandes festivales de Leipzig (Wave-Gotik-Treffen), de Colonia (Amphi Festival) o de Leiria, Portugal (Entremuralhas). Pero hay quien considera que la escena es cada vez más dispersa y menguante. "Sin revistas, sin fanzines, con los conciertos reducidos sólo a las giras que funcionan, sin vías de filtración de grupos nuevos, sin bares de encuentro, sin grupos, sin clubes donde bailar, sin fantasía ni renovación ni grandes ni pequeños acontecimientos, la escena muere porque la gente se queda en casa y se siente vieja para salir", según escribía la periodista Elena Cabrera en la revista Madriz, en 2013.

Pero bueno, hay espacio para el optimismo: "Se dice que la escena gótica se está permanentemente muriendo", concluye Eljach, "pero también dice el chiste que, si no se estuviera continuamente muriendo, no sería gótica". En efecto, a los góticos también les gustan los chistes.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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