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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Cómo aumento las defensas de mi hija ante el nuevo curso?

Eso de que hay niños que las tienen bajas es un mito, pero es cierto que la mala alimentación o la falta de descanso afectan a la inmunidad

Niña cuida su padre en la cama
Niña cuida su padre en la camaHero Images (Getty Images)

Llega el otoño, empiezan las clases y recuperamos también el calvario habitual de las distintas “...itis”, compañeras habituales de estos meses: faringitis, bronquitis, otitis, gastroenteritis... Un poco hartos de tanto virus, porque el pediatra siempre te dice que es un virus y no le da nada, llega esta pregunta, ¿qué hago para aumentar las defensas?

Vaya por delante, que eso de los niños que tienen bajas las defensas es un mito; un niño sano no necesita mejorar “las defensas”; en todo caso lo necesitará mi Real Valladolid, aunque ya veréis como este año con nuestro nuevo entrenador vamos a mejorar la defensa, el ataque y todo lo necesario para volver a la Primera División.

Para ayudar a los padres en la tarea de encontrar información útil, fiable y basada en la evidencia científica, y a la vez, crear una comunidad donde profesionales y familias se enseñen los unos a los otros, nació la web Mamicenter (evolución del grupo de Facebook El médico de mi hij@). En él, profesionales de todos los campos relacionados con la salud infantil atienden a las dudas que nos pueden surgir en el día a día de forma gratuita.

Los niños no necesitan “aumentar sus defensas”, un niño sano tiene todas las defensas que necesita y no necesita de ningún potingue natural ni artificial para eso. Es cierto, que algunos estados de mala alimentación, el estrés o la falta de descanso pueden afectar a la inmunidad, pero esto no se soluciona con elixires mágicos, sino con hábitos saludables.

Preguntad a los jugadores de vuestro equipo local de fútbol si necesitan alguna pastilla o alguna poción mágica para mejorar la defensa… o mejor no, no vayamos a ponerlos en un aprieto con las autoridades deportivas. Bromas aparte, el símil deportivo nos puede servir. No necesitamos productos milagro, ninguno de ellos con eficacia demostrada, para mejorar la defensa; lo que necesitamos es mucho entrenamiento y que el resto del equipo colabore para hacer mejor esa barrera defensiva.

Ya sabéis, “no encajar goles no es labor solo de los defensas y el portero; todo el equipo debe colaborar en esa tarea. (dicho por Zinedine Zidane…o Luis Enrique, o Simeone, o Paco Herrera… o cualquier otro entrenador).

¿Cómo entrenamos al cuerpo para mejorar sus prestaciones? Hay un método de entrenamiento magnífico, de eficacia probada y que ha contribuido a mejorar la defensa de muchos equipos:

LAS VACUNAS. Tener a tu hijo vacunado con todas las vacunas, incluidas en los calendarios vacunales oficiales, hará que las defensas contra esas enfermedades estén bien entrenadas. Y cuando los malvados virus y bacterias intenten meternos un gol por la escuadra, los anticuerpos, bien preparados, nos defiendan como si fueran la línea defensiva de un equipo italiano (o del Atlético de Madrid, que si no le cito se me enfada Jesús Martínez).

Si además, queremos hacer horas extra en el gimnasio, la LACTANCIA MATERNA es otro método de entrenamiento muy eficaz para complementar al anterior. Y cuando somos un poco más mayorcitos, hay que aumentar el entrenamiento del portero, de manera que cuando el virus ha descolocado al resto de la línea, y hay que jugarse un uno contra uno, saque una pierna salvadora al estilo Iker Casillas en la final del Campeonato del Mundo.

Una ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA Y UN BUEN DESAYUNO antes de ir al colegio nos dará ese poquito más que necesitamos para llegar con esa puntera salvadora.

Pero las vacunas solo nos protegen de algunas enfermedades, ¿cómo podemos protegernos del resto? Aquí entran en juego los demás jugadores y las protecciones personales.

La mejor protección para impermeabilizar esa línea defensiva, y que no se cuelen los microorganismos del otro equipo, es el LAVADO DE MANOS, de uno mismo y del resto de jugadores. Si nos lavamos las manos con frecuencia y nuestros compañeros de equipo (profes, papás, hermanos, compañeros de clase…) también lo hacen, aumentaremos la eficacia de nuestra línea defensiva de forma notable.

Los entrenadores (profesores) y la directiva (centros escolares) tienen mucho que aportar. Por parte de la directiva, hay que tener en cuenta que las aulas no deben estar masificadas, cuantos menos niños tengamos en el mismo cuarto más difícil será el contagio; para niños menores de un año, no se recomiendan más de 8 – 12 niños por estancia. Las zonas destinadas a la higiene (baños, cambios de pañales) y a la preparación de la alimentación deben estar separadas de la sala principal. Si tenemos juguetes, deben ser lavables. En cuanto a los profesores, es importante que se laven las manos con mucha frecuencia, que mantengan las clases bien ventiladas y que también estén al día en sus calendarios de vacunación.

También es importante que los compañeros de equipo ayuden, ya sabéis, mantener la portería a cero es trabajo de todo el equipo. Todos los niños deben ser conscientes de la importancia de lavarse las manos con frecuencia. Deben saber que cuando están lesionados (enfermos), es mejor que no acudan al colegio. También es importante que utilicen pañuelos desechables y que desde pequeñitos les entrenemos a que cuando tosen o estornudan se cubran la boca y la nariz con el codo, no con las manos.

En este Rap de la tos y el codo de la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía y los niños y niñas del C.E.I.P La Paz de Torremolinos lo explican muy bien:

En resumen, si queremos mejorar las defensas de nuestros hijos, no debemos acudir al dopaje, ni natural ni artificial; no tiene eficacia demostrada. Lo que de verdad funciona, es que todo el equipo ayude con acciones sencillas para mantener a raya a los molestos delanteros del equipo Microorganismos CF.

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