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Semana de la Moda de Nueva York

La sensualidad se antepone a la sexualidad en Nueva York

Las diseñadoras proponen un modelo de mujer más terrenal

Desfile de Oscar de la Renta.
Desfile de Oscar de la Renta.LUCAS JACKSON (REUTERS)

La paridad de género en la industria de la moda femenina es una asignatura pendiente. Lo señalaba con datos un artículo reciente de The Business of Fashion. En Nueva York, la ciudad con mejores cifras al respecto, las mujeres diseñadoras que desfilan representan un 47.3 % frente a los hombres. Este resultado inquietante abre otra pregunta: ¿Ellas atienden y se aproximan a la mujer de una forma distinta y específica? Poniendo la mirada a las propuestas que desvelaron algunas de las diseñadoras más relevantes, se pueden encontrar algunos nexos en común.

A primera hora de la mañana The Row recibía a los invitados, en la entrada de su tienda en el Upper East Side de Nueva York, con grandes vasos de café caliente para llevar y pastas. Una cálida bienvenida que presagiaba otra manera de hacer las cosas. Como su ropa, en su interior todo era reposado. Un interiorismo minimalista e invitados de gestos tranquilos vestidos con alguna de sus prendas monocolor fueron el telón de fondo de un desfile que habló de otra forma de entender el lujo. En medio de la vorágine de la Semana de la Moda, la contemplación de sus prendas depuradas con especial atención a los tejidos - destacaron unos vestidos de tirantes con tiras de tela entretejidas - se tornó casi en una experiencia zen. Y aunque pocos se pueden permitir sus exquisiteces, reducir el vestuario a blanco y al negro está al alcance de todos.

Muy cerca de su aproximación a la moda se alinea la propuesta de María Cornejo. La diseñadora chilena afincada en Nueva York lleva hilvanando este discurso desde hace más de 20 años. Ella, todavía fue más allá e inundó la pasarela de un solo color: el blanco. Inspirada en Nueva Orleans, “una ciudad mágica”, desgranó una serena colección de prendas holgadas confeccionadas con un único tejido: una versión ecológica de la viscosa que habitualmente utiliza, manifestando así su máxima prioridad hacia una moda sostenible. “Allí donde podamos cambiar las cosas, lo haremos. Es muy importante para nosotros, así como mostrar que las prendas pueden seguir siendo igual de interesantes”, comentaba después del desfile.

“Es tejido orgánico”, señalaba ese mismo día Rosie Assoulin en el backstage de su presentación mientras enseñaba la colección a unas compradoras. Una de las diseñadoras emergentes que más suenan entre editores y estilistas, Assoulin también mostró preocupación por la sostenibilidad. Con una estética que se aleja de los universos místicos de The Row, la diseñadora se inspiró en la playa para una colección divertida, con mucho color y en la que la fantasía no está reñida con la comodidad. Por su parte, Victoria Beckham, una voz femenina con gran poder mediático saludaba el día anterior al final de su desfile con la melena suelta, una amplia camisa blanca, unos pantalones beige y unas sandalias planas. Una imagen muy lejana de la Victoria encorsetada y en tacones de sus inicios como diseñadora.

Más allá de las mujeres, otras citas importantes se dieron en el calendario. En Oscar de la Renta se presentó una colección de transición que puso en primera línea al equipo que habitualmente se esconde detrás. A la espera de que se encontrara un sustituto para Peter Copping, los trabajadores han seguido adelante en su misión de preservar el legado de De la Renta. Tras una colección que incluyó un amplio y diverso repertorio de vestidos: minimalistas, cincuentones o bohemios, las pequeñas manos salieron a saludar y con visible emoción aplaudieron levantando los brazos en memoria del fundador. Con la incorporación de Laura Kim y Fernando García, ex-empleados de la casa y diseñadores de éxito con su firma Monse, empieza una nueva etapa.

De noche y en el paseo elevado High Line, uno de los nuevos espacios peatonales que la ciudad ha ganado en los últimos años, los chicos de DKNY, Maxwell Osborne y Dao-Yi Chow, presentaron su tercera colección para la marca. Resulta interesante observar como de forma progresiva este dúo creativo ha dio llevando la enseña a su terreno para trabajarla desde una perspectiva mucho más actual. Bajo la pregunta “En el futuro, ¿qué definirá el estilo de Nueva York?”, tocaron algunos de los temas principales del momento: los cruces de referencias entre la ropa de vestir y las prendas deportivas, la redefinición de feminidad - “ellos hablan de tensión entre deseo y funcionalidad” - y la fluidez de género. La sudadera-blazer que lució Bella Hadid es un buen ejemplo de esta mirada hacia delante. Sentada en primera fila y al lado de su hija, Donna Karan, con la pierna escayolada, sacaba fotos entusiasmada. Sin conocer todavía si la venta de la marca del grupo LVMH a G-III Apparel Group este verano afectará el planteamiento actual de la marca, Osborne y Chow mostraron nervio y ganas de seguir evolucionando su visión de las famosas iniciales.

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