El pasaporte africano está lejos de ser una realidad
Ya es oficial, después de muchas especulaciones, el pasado 17 de julio, durante la ceremonia de apertura de la 27 Sesión ordinaria de la Asamblea de la Unión Africana (UA) en Kigali, se presentó el nuevo pasaporte africano en medio de mucha pompa y como una realidad inminente al alcance de todos los africanos. Muchos medios de comunicación han recogido la buena noticia sin analizar que este documento está muy lejos de hacerse una realidad disponible a todos los ciudadanos del continente, al menos en un plazo corto de tiempo.
Al menos que se sea el presidente de Ruanda, Paul Kagame, o el de Chad, Idriss Deby, que durante la ceremonia mostraban orgullosos sus nuevos documentos (rojos y dorados), un funcionario de la UA o un alto funcionario de algún gobierno del continente, no está todavía muy claro cuándo este pasaporte estará disponible para la gran mayoría de los ciudadanos del continente.
Es importante resaltar que este lanzamiento cumple con una de las más importantes aspiraciones de la Agenda 2063 que prevé un África integrada y unida. Este documento, adoptado en 2010 por la UA, sueña con hacer realidad la idea de una estrategia global para optimizar los recursos del continente con el propósito de beneficiar a todos los africanos.
Hasta ahora, no se ha fijado el plazo en el que el nuevo pasaporte biomético estará disponible para la mayoría de los habitantes del continente, aunque la organización muestra su deseo de que el nuevo documento esté a disposición de todos los ciudadanos en 2018. Pero según Quartz Africa, la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini-Zuma, parece no estar muy segura de que los tiempos establecidos se puedan cumplir porque ha pedido a los gobiernos africanos que hagan disponible el pasaporte “de acuerdo a sus políticas nacionales, y siempre y cuando estén listos”, lo que es decir nada.
La mayoría de los dirigentes políticos africanos están convencidos de que este nuevo documento es el primer escalón de una serie de medidas que facilitarán la movilidad de los africanos al interior del continente, al mismo tiempo que ayudará a crear nuevos puestos de trabajo y estimular la actividad económica en toda África. Todo esto, siguen pensando, incrementará el comercio y el crecimiento enconómico a nivel continental
Hoy día, los estrictos requisitos para conseguir un visado y los altos costes del transporte aéreo en África, siguen siendo un obstáculo para que se haga realidad la visión de la UA de conseguir un “continente fuerte, prospero e integrado”. Aunque países como Seychelles, Mauricio, Ruanda y Ghana hayan tomado la iniciativa de aligerar los trámites para conseguir un visado y levantar la necesidad de este requisito para personas que viajan desde otro país africano, la gran mayoría de los estados africanos siguen poniendo muchas restricciones a la libre circulación de las personas por el continente.
A pesar de ello, la Unión Africana prevé que este nuevo documento sea un pasaporte biométrico o electrónico, que utilizará la tecnología de las tarjetas inteligentes sin contactos (contactless), en lugar del pasaporte tradicional porque representa una probabilidad menor de fraude.
Pero estamos muy lejos de que este sueño se haga realidad. Como estamos insinuando desde el inicio de esta entrada, toda una serie de obstáculos se interponen entre el deseo de tener un pasaporte panafricano y el que este se plasme en un documento accesible a todos los ciudadanos del continente. Algunos analistas piensan que estos son demasiados para ser superados antes de 2018.
Según Quartz Africa, el primero de todos es que muchos países africanos carecen de los medios básicos para poner en marcha la iniciativa. Por ejemplo, no tienen acceso a los sistemas biométricos necesarios para registrar los pasaportes. Actualmente, solo 13 de los 54 países que son miembros de la Unión Africana ofrecen este tipo de pasaportes.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que en todo el continente se está dando lo que podríamos llamar una resistencia a la migración que se especifica en barreras a la concesión de visados a personas provenientes de otros estados africanos. País como Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Santo Tomé y Príncipe o Sudán exigen muchos requisitos para conceder el visado a ciudadanos africanos. Condiciones que tendrían que ser derogadas antes de que se pueda adoptar el nuevo documento panafricano.
Estos países han mostrado su negativa a la adopción del pasaporte africano, con el argumento de que no se pueden abrir las puertas indiscriminadamente a todos los migrantes.
También es bueno recordar que algunos países son reacios a permitir la entrada de más migrantes debido a las altas tasas de desempleo que registran. Es el caso de Sudáfrica donde existe la percepción de que los extranjeros están ocupando demasiados puestos de trabajo, lo que ha llevado a ataques xenófobos en varias ocasiones. Por tanto, este país, al igual que otros que se enfrentan a situaciones similares, puede ser reacio a adoptar este pasaporte.
De igual modo, hay que tener en cuenta que son bastante los países africanos que, en la actualidad, están reforzando sus políticas de refugio y migración, alegando para ello razones de seguridad, como puede ser el caso de Kenia.
Todo esto pone de manifiesto que, a pesar de las buenas intenciones y las declaraciones realizadas por los políticos, va a ser muy difícil superar todos los obstáculos que a nivel continental pueden impedir que el nuevo pasaporte panafricano sea accesible a todos los ciudadanos del continente, fuera de los diplomáticos y unos pocos privilegiados, en un corto espacio de tiempo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.