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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Putin y Erdogan se acercan

Los presidentes de Rusia y Turquía rehacen y exhiben su alianza mientras se distancian de Occidente

Erdogan y Putin, el pasado martes en San Petersburgo.
Erdogan y Putin, el pasado martes en San Petersburgo.Mikhail Svetlov (Getty Images)

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La detención de los pilotos turcos que derribaron un caza ruso en otoño, acusados de gulenistas, no es solo otro capítulo en la caza de brujas que lleva a cabo Erdogan tras la intentona golpista, sino también la ofrenda que ha servido en bandeja el presidente turco al ruso en un curioso cambio de corrientes. Putin y Erdogan estaban enfrentados por la guerra en Siria —Rusia apoya a Bachar el Asad y Turquía, a los rebeldes— y tras denunciar varias violaciones del espacio aéreo turco por parte de cazas rusos, se produjo el derribo. Hoy las tornas han cambiado. Erdogan vuelve a acercarse a una Rusia fuerte al ritmo en que se deteriora su relación con la UE, a la que reprocha su frialdad tras el golpe. El acuerdo migratorio funciona, pero la represión aleja a Erdogan de Europa.

Esta semana, ambos presidentes acordaron en San Petersburgo un contacto permanente para intercambiar información sobre Siria y Ankara dio signos de que puede permitir la permanencia de Bachar el Asad en una etapa transitoria, que hasta ahora negaba. Sus cazas volverán a atacar al Estado Islámico en Siria tras 10 meses de parón. Pero, sobre todo, los dos exhibieron ante el mundo que no están aislados.

Putin, jaleado por la simpatía de Trump y de ultraderechistas europeos, escala además en demostraciones de poder a medida que se acercan las elecciones parlamentarias rusas de septiembre. Ha desplegado sistemas antimisiles en Crimea tras denunciar operaciones terroristas de Ucrania en esta península que se anexionó en 2014; ha destituido a su jefe de Gabinete, entre otros relevos; y se acerca a este Erdogan más autoritario, consciente no solo de su importancia geoestratégica, sino de que es un miembro de la OTAN y aspirante a la UE en un pésimo momento para el proyecto europeo. Que las relaciones entre ellos sean buenas no es preocupante; que eso ocurra en detrimento de Europa y de los valores democráticos a los que ambas poblaciones deben aspirar es lo arriesgado.

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